Sid Meier es un nombre bastante conocido entre los fans de la estrategia y simulación. Su obra magna son los Civilization (de los que hablaremos algún día en esta sección), pero hoy no empezaremos con ninguno de ellos, sino con otro. Y es que este se basa en el caribe, en plena era de oro de la piratería (allá por el Siglo XVII). Hoy, en Jugando con la Historia, jugaremos con la historia de la piratería en el caribe. Hoy, en Jugando con la Historia, jugaremos al Sid Meier’s Pirates!, de la mano de Piraxis. Introducción a la piratería Existen en realidad dos juegos bajo el nombre de Sid Meier’s Pirates! El primero fue lanzado en 1987 y desarrollado por la compañía MicroProse. En 1993, MicroProse pasó a ser una subsidiaria de una compañía mayor, lo que generó cierto descontento debido a políticas y recortes que llevaron a Sid Meier y su compañero Brian Reynolds a abandonar la empresa. Posteriormente, fundaron Firaxis, conservando los derechos sobre el juego original. El segundo juego (que es el que nos ocupa hoy) añadió nuevas mecánicas y expandió el título original, manteniéndose fiel a su jugabilidad. ¿Y de qué trata exactamente? La introducción es bastante sencilla. El protagonista forma parte de una familia que, al no poder saldar sus deudas a tiempo, es apresada por un Marqués, quien les arrebata todas sus posesiones. El protagonista logra escapar y pasa diez años vagando hasta unirse a una tripulación. Sin embargo, pronto provoca un motín y se apodera del barco, dando inicio a lo que espera sea una larga y próspera carrera como pirata. Al principio podemos personalizar al protagonista, cambiando su nombre, la dificultad de nuestra partida, su habilidad exclusiva y la fecha de inicio de su carrera (aunque en la dificultad más fácil solo nos deja una opción). ¡Levando anclas! ¿Cuál es el objetivo principal de Sid Meier’s Pirates!? Rescatar a nuestra familia y vengarnos del Marqués que nos lo quitó todo. Y enriquecernos en el proceso, por supuesto. Y para ello, tendremos que navegar el mar del Caribe en busca de pistas sobre el paradero de este. Pero una aventura de este calibre no es gratis, y necesitaremos dinero para pagar a la tripulación. Por supuesto, la forma más obvia de ello es asaltando barcos y ciudades. Para ello, podemos obtener permiso de uno de los 4 países que hay en el Caribe (España, Francia, Inglaterra y Holanda) y asaltar barcos enemigos en su nombre, así como ganar favor con ellos. Aunque nada nos impedirá traicionarlos luego, en cuanto nos convenga; la lealtad de un Pirata como nosotros es solo para nuestra familia. Y el oro, por supuesto. Por supuesto, la fuerza y riqueza de cada país dependerá de la época que elijamos: Por ejemplo, en 1600 los Españoles estarán por casi todo el caribe y llenos de riquezas pero con una baja defensa, haciéndolos un objetivo muy atractivo para nuestra piratería. Pero los más pacifistas podéis estar tranquilos, pues puedes enriquecerte dedicándote al comercio (recuerda la regla de oro: «Compra barato, vende caro»). Y para los más justicieros, os podéis dedicar a la caza de piratas rivales, así como robar sus tesoros. Porque como es de esperar, nos encontraremos con multitud de piratas reales en nuestras travesías, piratas de la talla de Barbanegra o el mismísimo Bartholomew Roberts. Batallas de alta mar Los combates marítimos del Sid Meier’s Pirates! (que serán el 90 % de combates que hagamos) son bastante sencillos: solo controlaremos un barco, incluso si nuestra flota tiene más y con él tenemos que hundir o apresar los barcos rivales. Haremos eso a cañonazos, con tres tipos de munición, una normal, una enfocada a dañar el barco y la otra enfocada a dañar la tripulación. También podemos asaltar el barco, que dependiendo de la diferencia en número entre nuestros tripulantes y los enemigos, el combate acabara con su rendición o nos tendremos que batir en duelo con el capitán. Aparte de los ya mencionados duelos y los combates marítimos, también tendremos combates en tierra firme si decidimos asaltar una ciudad, en un estilo por turnos, cuyo objetivo será llegar a la ciudad o derrotar a sus defensas. Las peleas en tierra no son demasiado complejas, pero aun así tendremos que tener en cuenta cosas como el terreno, o la dirección a la que miran las unidades. Una mujer en cada puerto Si nos ganamos el suficiente favor con un gobernador, este puede presentarnos a su hija, a la que podemos intentar encandilar. Complacerla es tan fácil como darle regalos y dar una buena impresión en los bailes a los que nos invitara. Si tenemos éxito, esta nos recompensará con tesoros e información (ya sea de objetivos jugosos para un pirata, o de donde puede estar nuestra familia o gente relacionada con el Marqués). Claro está, a veces tendremos que hacer otras cosas para mantener el corazón de la dama, como batirnos en duelo con nuestro rival amoroso o rescatarla de un secuestro. Nada más que nuestro propio talento (y quizá nuestra moralidad) nos impide tener citas con distintas mujeres, así que es buena idea robar corazones, igual que robamos la carga de los barcos rivales para hacernos con sus tesoros e información. En los bailes tendremos que seguir las instrucciones de la dama, algo más fácil de decir que de hacer, sobre todo en las dificultades más altas. El mayor enemigo de un pirata: el tiempo hay que añadir que la felicidad de la propia tripulación va bajando con el tiempo y eventualmente tenemos que hacer parones para repartir beneficios y dejar que se vayan si no queremos arriesgarnos a un motín. Por supuesto, tenemos que gestionar esos parones bien, pues el tiempo nos pasa factura: a medida que pasan los años nuestro rendimiento en combate, así como nuestra capacidad para reclutar nuevos tripulantes baja. Llega un punto en que nos veremos obligados a dejar nuestra vida pirata atrás. El juego nos puntuará dependiendo de nuestras riquezas, nuestras relaciones