Parece que fue ayer, pero ya han pasado 20 años desde que Dragon Ball: Advanced Adventure aterrizó en Europa para Game Boy Advance. Corría el año 2004, y para muchos fans de Dragon Ball, sobre todo aquellos que crecieron viendo el anime en los 90, este juego fue una auténtica sorpresa. En una época en la que los combates explosivos de Dragon Ball Z dominaban el panorama, este título decidió mirar atrás y rescatar los orígenes de la historia: los primeros pasos del joven Goku, su bastón mágico, su nube voladora y esa mezcla de humor, inocencia y aventura que lo hacía tan especial.
Una vuelta a los orígenes
Lo más bonito de Advanced Adventure es que no pretendía ser el juego más espectacular, ni el más profundo. Su encanto residía en algo mucho más simple: revivir con cariño la historia original de Dragon Ball. Desde ese primer encuentro entre Goku y Bulma hasta el Torneo de Artes Marciales, pasando por las aventuras con el Maestro Roshi, la lucha contra el Ejército Red Ribbon, la Torre Karin o el enfrentamiento con Tao Pai Pai. Todo estaba ahí, representado con un mimo y una fidelidad que se notaban en cada pequeño detalle.
Y eso era lo que lo hacía especial. No era solo un juego de acción con plataformas. Era una carta de amor a la primera etapa del universo creado por Akira Toriyama. Nos recordaba una época más inocente, cuando Goku era solo un niño curioso con una fuerza sobrehumana, y el mundo era un lugar lleno de secretos por descubrir.
Un plataformas con corazón
En lo jugable, Dragon Ball: Advanced Adventure ofrecía una mezcla muy divertida de acción, plataformas y combates uno contra uno en momentos clave de la historia. Goku podía golpear con el bastón, lanzar ráfagas de ki, escalar paredes, y usar su fiel Nube Kinton para sortear obstáculos. Además, el juego no se limitaba a contar la historia con Goku: también permitía desbloquear otros personajes para revivir los combates desde diferentes perspectivas.
Los gráficos, en 2D, eran encantadores. Las animaciones tenían una fluidez sorprendente para la Game Boy Advance, y los escenarios estaban llenos de color y vida. A eso se sumaba una banda sonora que, aunque discreta, sabía acompañar perfectamente la atmósfera nostálgica del juego.
Una joya algo olvidada
Hoy en día, Dragon Ball: Advanced Adventure no siempre aparece en las listas de los mejores juegos de la franquicia, eclipsado por títulos de lucha más modernos o entregas en 3D. Pero quienes lo jugaron en su momento lo recuerdan con un cariño especial. Porque era más que un simple juego: era una forma de volver a la infancia, a esa época en la que lo importante no era ganar torneos intergalácticos, sino buscar las bolas de dragón, hacer amigos y vivir aventuras.
Quizá por eso sigue siendo tan querido. No intentaba competir con los grandes, ni se preocupaba por impresionar. Su única misión era transmitir el espíritu de las primeras aventuras de Goku, y eso lo logró de una manera sencilla y honesta, como solo lo hacen los juegos hechos con corazón.
Dos décadas de recuerdos
Veinte años después, jugar a Advanced Adventure sigue siendo una experiencia mágica. Aunque los tiempos hayan cambiado, y ahora llevemos consolas en el móvil o tengamos mundos abiertos gigantescos, hay algo muy reconfortante en volver a ese pequeño cartucho y redescubrir lo que hizo especial a Dragon Ball desde el principio.
Puede que ya no tengamos una Game Boy Advance en el bolsillo, pero el recuerdo de aquellos días sigue ahí. En las tardes frente a la consola, en los combates contra el General Blue, en las persecuciones a través de la Torre Karin, en el humor absurdo de Oolong o el Maestro Roshi… y, sobre todo, en ese pequeño Goku que no paraba de maravillarse con el mundo que lo rodeaba.
Gracias, Advanced Adventure, por enseñarnos que a veces no hace falta lo más nuevo para vivir algo inolvidable.
Feliz 20 aniversario. Y que la aventura nunca se acabe.
