El baño de sangre ha comenzado. El juego de terror y supervivencia en primera persona Eternal Evil, desarrollado por el estudio independiente Honor Games, ya está disponible para PlayStation 5 y Xbox Series X|S. A partir de hoy, puedes sumergirte en una ciudad en ruinas tomada por vampiros sedientos de sangre… y cada vez que fallas, ellos se vuelven más fuertes.
Sobrevive a una ciudad invadida por vampiros
Eternal Evil te lanza a un mundo oscuro y sangriento donde cada decisión cuenta. Armado con un arsenal variado, deberás enfrentarte a enemigos cada vez más inteligentes y letales, en un combate realista que exige precisión y sangre fría. Aquí no sirve disparar sin pensar: las balas escasean y cada encuentro puede ser el último.
Los vampiros en este mundo no son simples monstruos. Cazan, se alimentan y evolucionan. Si titubeas, ellos ganan.
Exploración, acertijos y horror clásico
Además del combate, Eternal Evil te desafía con acertijos complejos y exploración sin ayudas. No hay marcadores ni tutoriales. Tendrás que examinar tu entorno con atención, administrar bien tu inventario y mantenerte alerta mientras recorres laboratorios abandonados, calles devastadas y mansiones infestadas.
El juego apuesta por una experiencia clásica de survival horror: interfaz mínima, recursos limitados y una presión constante que no te deja respirar. Todo con un toque moderno, gracias a un sistema de daños con física realista que permite desmembrar enemigos de formas brutales.
Dos historias, un mismo infierno
Puedes vivir la pesadilla desde dos perspectivas distintas. Elige entre Hank Richards, un detective en busca de respuestas, o Marcus, un exmilitar atrapado en medio del caos. Cada uno aporta una narrativa diferente que revela nuevas piezas del misterio.
Terror puro, sin atajos
En Eternal Evil no encontrarás salud regenerativa ni ayudas automáticas. Cada paso es una decisión táctica. Las cinemáticas en estilo cómic, los escenarios perturbadores y una banda sonora espeluznante se combinan para crear una experiencia intensa, perfecta para quienes extrañan los días dorados del género.