En plena era dorada de la Nintendo DS, cuando la doble pantalla nos parecía lo más innovador del mundo y el stylus era nuestra varita mágica, llegó un juego que, sin hacer mucho ruido, se ganó el corazón de muchos. Hoy se cumplen 18 años desde el lanzamiento en Europa de Final Fantasy Fables: Chocobo Tales, y para quienes lo vivieron, fue una de esas pequeñas joyas que se recuerdan con una sonrisa.
Porque sí, era Final Fantasy, pero no como lo conocíamos. Nada de dramas épicos, combates a vida o muerte ni invocaciones gigantescas que arrasaban el mapa. Aquí el protagonista era un Chocobo adorable (¡como debe ser!), y lo que nos esperaba era una mezcla de cuento, minijuegos y combates por turnos con mucho encanto.

Una aventura para sonreír… y también para pensar
La historia de Chocobo Tales giraba en torno a un tranquilo pueblo donde nuestro simpático Chocobo vivía junto a otros personajes clásicos del universo Final Fantasy. Todo iba bien, hasta que uno de los libros mágicos libera sin querer a Darkmaster Bebuzzu, un antiguo mal que amenaza con convertir todo en un caos.
A partir de ahí, el juego nos invitaba a explorar distintos libros de cuentos esparcidos por el mundo. Cada uno era una reinterpretación de fábulas clásicas al estilo Final Fantasy, con un toque humorístico y muy original. Y dentro de esos libros nos esperaban minijuegos de todo tipo, desde puzzles hasta pruebas de reflejos, pasando por duelos de cartas.
Minijuegos, estrategia y ese toque mágico de Square Enix
Uno de los grandes aciertos del juego fue su variedad. No solo podías avanzar en la historia, sino que había un montón de minijuegos opcionales para picarte a mejorar tu puntuación, desbloquear cartas o simplemente pasar un buen rato. Algunos eran más relajados, otros te hacían sudar, pero todos tenían ese punto adictivo que hacía que dijeras “va, uno más y lo dejo”.
Y hablando de cartas… Chocobo Tales también tenía un sistema de combate basado en cartas, donde tenías que elegir tus movimientos sabiamente para anticiparte a tu rival. Era sencillo, pero muy estratégico, y ofrecía un buen contraste con la parte más relajada de la aventura.
Además, todo estaba acompañado por una banda sonora encantadora, con temas clásicos de Final Fantasy reversionados de forma más alegre y ligera. Era un juego que no intentaba ser épico, sino entrañable, creativo y divertido, y lo conseguía con creces.
18 años después, sigue siendo una rareza entrañable
Puede que Chocobo Tales no sea el juego más conocido de la saga, pero tiene un lugar especial en el recuerdo de quienes lo jugaron. Era distinto, inesperado, y ofrecía una manera muy original de explorar el universo Final Fantasy desde una perspectiva más infantil y desenfadada… pero sin ser simplón.
Con el paso del tiempo, se ha convertido casi en un título de culto. No ha tenido reediciones ni remakes, y eso lo hace aún más especial: uno de esos juegos que solo pudieron existir en una consola tan peculiar como la DS, y que hoy en día cuesta encontrar, pero vale la pena redescubrir.
Si alguna vez te reíste con un Chocobo disfrazado, si sufriste para ganar cierto minijuego imposible, o si simplemente te enamoraste de su estética de cuento ilustrado, este aniversario es también un poco tuyo.
Porque Final Fantasy Fables: Chocobo Tales no fue solo un spin-off simpático: fue un regalo inesperado, un libro de aventuras interactivas que todavía hoy merece la pena volver a abrir.