Hoy, 8 de mayo de 2025, se cumplen 10 años desde que Kirby and the Rainbow Curse llegó a Europa para Wii U. Una década desde que ese adorable héroe rosa volvió a sorprendernos con una de las propuestas más originales y artísticas de la saga.
Quizá no sea el Kirby más recordado por el gran público, pero quienes lo jugaron en su momento saben que es una de esas pequeñas joyas que hacen que merezca la pena redescubrir la Wii U.

Una aventura dibujada a mano
Kirby and the Rainbow Curse era la secuela espiritual de Kirby: Power Paintbrush (conocido como Canvas Curse en América) de Nintendo DS, y retomaba su concepto central: controlar a Kirby dibujando líneas en la pantalla táctil en lugar de manejarlo directamente.
Pero lo que más llamaba la atención desde el primer momento era su precioso apartado artístico. Todo el juego parecía hecho de plastilina animada, con texturas que imitaban la arcilla y animaciones llenas de encanto. Era como ver una película stop-motion, pero con el mando en las manos. A día de hoy, sigue siendo uno de los juegos más bonitos que ha firmado HAL Laboratory.
Un Kirby que rueda, salta y flota… con tu ayuda
En esta aventura, Kirby no podía caminar por sí mismo. Convertido en una bola, necesitaba que dibujaras arcos y caminos para moverse, esquivar enemigos y resolver puzles. Era una mecánica simple pero con muchas posibilidades, y obligaba al jugador a pensar y reaccionar rápido, sobre todo en los niveles más avanzados.
Además, Kirby podía transformarse en submarino, cohete o tanque, lo que aportaba variedad y añadía nuevos retos. El juego se podía disfrutar en solitario, usando la pantalla del GamePad, o en cooperativo, con amigos controlando a Waddle Dees con los mandos tradicionales.
Era un título corto pero muy rejugable, gracias a sus coleccionables, desafíos y niveles secretos. Y, sobre todo, era uno de esos juegos que transmitían buen rollo, alegría y calidez, ideales para desconectar y disfrutar sin prisas.
Un tesoro escondido de la Wii U
A pesar de su encanto, Kirby and the Rainbow Curse pasó un poco desapercibido en su lanzamiento. La Wii U ya estaba viviendo tiempos difíciles en 2015, con pocas ventas y la sombra de una sucesora en el horizonte. Eso hizo que muchos jugadores no llegaran a probarlo en su momento.
Pero quienes sí lo hicieron descubrieron un juego creativo, divertido y visualmente único, que exprimía las posibilidades del GamePad como pocos títulos. Su estilo artístico y su forma de jugarlo lo convierten, todavía hoy, en una experiencia difícil de replicar en otras consolas.
Diez años después, sigue siendo especial
Hoy, una década después, Kirby and the Rainbow Curse sigue siendo un título muy especial dentro de la saga Kirby. Quizá no tuvo el impacto de Kirby’s Epic Yarn o las últimas entregas en Switch, pero ocupa un lugar único por su personalidad artística y su original jugabilidad táctil.
Si tienes una Wii U guardada por ahí, este aniversario es la excusa perfecta para encenderla, cargar el juego y volver a acompañar a Kirby en su viaje de plastilina, dibujando caminos y disfrutando de su música relajante y su mundo de colores. Porque a veces, no hace falta que un juego sea enorme o revolucionario para dejar huella: basta con que te haga sonreír.