Hace ya 12 años desde que The Legend of Zelda: Oracle of Ages llegó a Nintendo 3DS, reeditado como parte de la Consola Virtual. Era mayo de 2013 cuando Nintendo nos dio la oportunidad de revivir —o descubrir por primera vez— uno de esos títulos de Zelda que, aunque menos conocidos que los grandes clásicos, guardan una magia muy especial.

Lanzado originalmente en Game Boy Color allá por 2001, este juego, junto a su hermano gemelo Oracle of Seasons, representó un experimento brillante: dos aventuras paralelas, interconectadas, con mecánicas distintas pero una historia común. La versión para 3DS no añadía mejoras gráficas, pero sí nos permitía llevar esta joya siempre en el bolsillo, y eso fue motivo suficiente para volver a sumergirnos en la complejidad de Labrynna.
Una historia donde el tiempo lo cambia todo
En Oracle of Ages, Link se enfrenta a una amenaza que no puede resolverse con fuerza bruta: el control del tiempo. A través de la Harpa de los Tiempos, viajamos entre el pasado y el presente para resolver puzles, modificar el entorno y desbloquear caminos. Es un enfoque más centrado en la lógica y la estrategia que en el combate, en contraste con Oracle of Seasons, que iba más a la acción.
La historia nos lleva a conocer a Nayru, el Oráculo de las Eras, y a enfrentarnos a Veran, una villana que, aún hoy, muchos recuerdan como una de las más inquietantes de la saga. Todo está envuelto en ese encanto pixelado tan característico de los Zelda de la era portátil, con mazmorras desafiantes y una música que, con tan poco, consigue transmitir tanto.
Un regreso que nos pilló con ganas
Cuando llegó a 3DS, muchos fans no dudaron en hacerse con ambos juegos. Era una oportunidad perfecta para descubrir cómo se enlazaban las dos historias y desbloquear ese contenido final oculto que solo se accedía al jugar uno tras completar el otro. Además, la portabilidad de la consola y su pantalla retroiluminada hacían que la experiencia fuese mucho más cómoda que en el hardware original.
Fue, para muchos, una forma de redescubrir una parte menos mainstream de Zelda, pero no por ello menos valiosa. Al contrario: Oracle of Ages y Seasons son una muestra del amor y la creatividad que Capcom —sí, Capcom— puso al servicio de una saga legendaria.
12 años después, sigue mereciendo un hueco
Hoy, más de una década desde que volvió a nuestras manos gracias a 3DS, Oracle of Ages sigue siendo un título que merece la pena reivindicar. Su diseño de mazmorras, su ingeniosa mecánica temporal y su tono algo más oscuro de lo habitual lo convierten en una pieza única del universo de Zelda.
Ojalá Nintendo le dé una segunda vida en futuras plataformas, porque hay toda una generación que aún no ha tenido la suerte de perderse en Labrynna.