Hoy, 17 de mayo de 2025 se cumplen 12 años desde que Pokémon Mundo misterioso: Portales al Infinito llegó a las tiendas europeas para Nintendo 3DS. Una entrega que supuso un nuevo rumbo para esta querida saga de spin-offs, apostando por las tres dimensiones, un cambio visual importante y una historia que, como siempre, tocaba la fibra.
Puede que no fuera el favorito de todos los fans, pero fue un paso valiente que quiso modernizar una fórmula ya muy asentada en Nintendo DS.

Una historia de amistad más allá del combate
Como en las entregas anteriores, no controlábamos a un entrenador, sino que éramos un Pokémon, viviendo en un mundo habitado solo por criaturas de esta franquicia. Comenzábamos la aventura despertando en una tierra desconocida, sin recuerdos, convertidos en uno de los cinco Pokémon disponibles (Pikachu, Snivy, Tepig, Oshawott o Axew), y rápidamente conocíamos a un compañero con el que formábamos equipo.
Juntos, emprendíamos una aventura para salvar el mundo Pokémon de una amenaza misteriosa, mientras formábamos un hogar, superábamos mazmorras, y fortalecíamos un vínculo que iba mucho más allá de las estadísticas o los combates.
Como siempre en esta saga, la historia era emotiva y sincera, con momentos duros, decisiones difíciles y un mensaje muy humano: el valor de la amistad, del sacrificio y de encontrar tu sitio en el mundo.
Un salto técnico importante… con decisiones polémicas
Portales al Infinito fue el primer Mundo misterioso en llegar a Nintendo 3DS, y se notó en lo visual: los escenarios y los personajes ahora eran en 3D, con animaciones suaves, efectos de luz y una interfaz más moderna.
Sin embargo, la lista de Pokémon disponibles era bastante más limitada respecto a entregas anteriores, centrándose en las criaturas de la quinta generación (y algunas pocas más), lo que decepcionó a parte del público. También se simplificaron algunas mecánicas de exploración y gestión, buscando hacerlo más accesible para nuevos jugadores, pero perdiendo parte de la profundidad que tanto gustaba a los fans veteranos.
Aun así, introdujo ideas nuevas, como los “portales misteriosos” que se abrían usando objetos del mundo real a través de la cámara de la consola, o la personalización de la Aldea Pokémon, donde poco a poco íbamos construyendo un hogar con tiendas, servicios y rincones entrañables.
Una entrega que merece ser recordada
Con el tiempo, Portales al Infinito ha sido una de esas entregas que se ha ido revalorizando. Puede que no tuviera el impacto emocional de Exploradores del Cielo, pero su historia tenía alma, y su ambientación era cálida, casi terapéutica.
Además, es uno de esos juegos que representa una etapa concreta de Pokémon y de la propia 3DS. Un puente entre dos generaciones, un intento de renovar sin romper del todo, y una aventura que muchos jugadores recuerdan con cariño, especialmente quienes la jugaron en su infancia o adolescencia.
12 años después, sigue siendo un refugio
Hoy, al cumplirse doce años de su lanzamiento en Europa, Pokémon Mundo misterioso: Portales al Infinito sigue siendo un lugar al que volver cuando uno necesita un poco de calma. Porque aunque no fuese el más completo, fue sincero, emotivo y lleno de detalles cuidados.
Y si algo nos ha enseñado esta saga, es que ser un héroe no siempre implica ser el más fuerte… a veces basta con estar ahí para los demás.