Parece mentira, pero han pasado ya 12 años desde que Shin Megami Tensei IV vio la luz en Nintendo 3DS. Fue un 23 de mayo de 2013 cuando los jugadores japoneses se lanzaron a esta nueva entrega de la saga, y poco después llegó al resto del mundo. Quien lo probó, lo sabe: no era un JRPG cualquiera.

Una historia donde nada es blanco o negro
En un primer momento, el juego te presenta el Reino del Este, un lugar con cierto aire medieval donde tomas el papel de un joven samurái. Todo suena noble y ordenado… hasta que descubres que Tokio no está destruido, sino atrapado bajo tierra, y completamente invadido por demonios.
Ahí empieza lo bueno. Como es tradición en la saga, las decisiones importan. No hay un camino correcto. ¿De qué lado estás? ¿Del orden absoluto que lo controla todo o del caos total que quema las reglas? Shin Megami Tensei IV te obliga a elegir, y no siempre es fácil.
Demonios, decisiones y combates que te hacen pensar
El juego no te da tregua. Aquí los combates por turnos son intensos, estratégicos y a veces despiadados. Pero también muy gratificantes. El sistema de reclutamiento y fusión de demonios engancha como pocos, y cada criatura tiene su personalidad, sus condiciones y sus rarezas.
Además, todo eso en una Nintendo 3DS. Con más de 400 demonios, cinemáticas, mapas extensos y una banda sonora que se te queda grabada, era increíble lo que consiguieron en una portátil.
Un RPG diferente, más maduro y sin concesiones
Quizá por eso mismo no fue el juego más popular de la consola. No era fácil, ni simpático, ni te explicaba todo al detalle. Pero si te atrapaba, te hacía pensar. No solo por su dificultad, sino por los dilemas morales, por cómo retrataba el colapso de una sociedad, por ese tono tan crudo y adulto que no suele verse en este tipo de juegos.
Muchos lo consideran uno de los mejores RPG que pasaron por 3DS. Y con razón.
Doce años después, sigue siendo especial
Shin Megami Tensei IV no es un título que haya envejecido mal. Todo lo contrario. Sigue siendo uno de esos juegos que marcan, que te dejan huella. Puede que no fuera el más famoso de su generación, pero sí uno de los más valientes.
Y en estos tiempos, eso se agradece.
¿Tú lo jugaste en su día? ¿Elegiste el orden, el caos o el camino neutral? Si no lo conocías, tal vez este aniversario sea una buena excusa para descubrirlo. Porque hay viajes que, aunque empiecen en una consola portátil, se quedan contigo para siempre.