Hoy, 15 de mayo de 2025, se cumplen 17 años desde que Silent Hill: Origins aterrizó en Europa para PlayStation 2. Aunque su lanzamiento original fue en PSP, su llegada a la sobremesa de Sony permitió que más jugadores se sumergieran en esta precuela tan especial, que nos invitaba a volver a ese pueblo maldito… pero desde un nuevo ángulo.
Lejos de ser un simple spin-off, Origins ofrecía una mirada distinta y más personal al universo de Silent Hill, a través de los ojos de un protagonista inédito: Travis Grady, un camionero con más carga emocional de la que su apariencia dejaba entrever.

El origen de una pesadilla
Situado cronológicamente antes del primer Silent Hill, Origins nos dejaba explorar los eventos que, en parte, dieron forma al caos posterior. Lo interesante era cómo el juego equilibraba elementos clásicos de la saga —la niebla, las dimensiones paralelas, los monstruos grotescos, la banda sonora perturbadora— con nuevos detalles que enriquecían la mitología del pueblo.
Travis no era un héroe al uso. Su historia estaba marcada por el dolor, la culpa y la confusión. A medida que avanzábamos, sus propios traumas se entrelazaban con los del pueblo, haciendo que el viaje fuera tan psicológico como sobrenatural.
Conservador, pero efectivo
Silent Hill: Origins no reinventó la fórmula, pero eso no era un problema. De hecho, su mayor acierto fue respetar la atmósfera y estilo clásico que tantos jugadores amaban. Los escenarios opresivos, la iluminación tenue, los efectos de sonido inquietantes y, por supuesto, la inquietante banda sonora de Akira Yamaoka seguían funcionando como un reloj bien afinado del terror.
La mecánica de cambiar entre el mundo real y el mundo alternativo mediante espejos fue uno de los añadidos más interesantes, y contribuía a mantener ese ambiente de constante incomodidad que define a la saga.
De portátil a consola de sobremesa
Originalmente lanzado en PSP en 2007, Origins llegó unos meses después a PS2. Aunque técnicamente no era tan impresionante como otros títulos de la época, lograba mantener intacta su atmósfera, y para muchos fans que no habían podido jugarlo en portátil, fue una oportunidad perfecta para volver a perderse (y sufrir) en Silent Hill.
La versión de PS2 fue modesta, pero cumplidora, y ayudó a mantener viva la llama de la saga en una época donde empezaba a perder presencia frente a otros survival horror más modernos.
17 años después, un título que merece más reconocimiento
Aunque Silent Hill: Origins no es el capítulo más recordado de la saga, con el tiempo ha ganado el aprecio de muchos fans. Es una obra que respeta la esencia original, explora nuevos rincones del pasado, y nos dio a un protagonista diferente, pero con una historia igual de desgarradora.
Volver a él hoy, con perspectiva, es como redescubrir una carta perdida dentro del universo de Silent Hill: una historia silenciosa, oscura, incómoda… y profundamente humana.