Monográfico

La historia tras Outer Wilds (III): la curiosidad y el terror en el espacio

La historia tras Outer Wilds es una serie de monográficos que pretenden explicar la historia del título y todos sus secretos. Si te has perdido el primer monográfico sobre su universo, puedes verlo desde este enlace. En cambio, si te has perdido su segunda parte hablando de la historia de los nomai, puedes empezar a leerlo desde este enlace.

Disclaimer

El siguiente artículo contiene la historia del juego explicada por lo que hay spoilers importantes que arruinan por completo la trama y la sensación de única de exploración que el juego ofrece, por lo que se recomienda encarecidamente que hayáis jugado al juego base y al DLC previamente antes de continuar. Podéis conseguirlo a través de los enlaces de compra que aparecen a continuación:

Un breve recordatorio

Los nomai dedicaron sus esfuerzos a buscar el Ojo del Universo, pero hay una pregunta crucial; un agujero de guión que nos dejó el juego base: ¿por qué la señal del Ojo, que inicialmente los atrajo hasta este sistema estelar, se desvaneció tan repentinamente? La respuesta a esta incógnita se encuentra en una historia paralela y trágicamente simétrica a la de los nomai: la de los habitantes del Forastero.

Mientras los nomai representaban la curiosidad como virtud, incluso cuando esta conducía al desastre, los habitantes del Forastero encarnaban el miedo como motor de su existencia, sobre todo cuando este les había prometido seguridad.

Esta dualidad constituye el corazón de Outer Wilds: Echoes of the Eye, explorando qué ocurre cuando, frente a la inmensidad aterradora del cosmos, una civilización elige el hermetismo y el terror frente a la invención y la curiosidad.

El Forastero

Originarios de una galaxia cercana, los habitantes del Forastero vivían en una luna exuberante, llena de vegetación, más o menos de una forma parecida a como viven los lumbreanos. Esta luna orbita alrededor de un planeta anillado. Su cultura giraba fundamentalmente en torno a un descubrimiento fundamental: una llama verde que permitía la conexión consciente entre seres vivos, una tecnología de enlace mental.

Al observar el cielo nocturno, detectaron la misma señal que los nomai, solo que un poco antes que ellos: el Ojo del Universo. Movidos por una ambición similar a los nomai, construyeron una nave colosal que replicaba su mundo natal, un arca interestelar que llevaba consigo la esencia de su cultura. A cambio, desolaron y sobreexplotaron su pequeña luna, y se lanzaron hacia lo desconocido, edificando templos y propagando el culto al Ojo del Universo, al cual veneraban.

Una revelación

Al llegar al sistema solar más cercano al Ojo, el de Outer Wilds, hicieron un descubrimiento catastrófico: alcanzar el Ojo implicaría poner fin al universo que conocían, lo cual implicaba la extinción de todos los seres vivos, incluidos ellos mismos. Habían sacrificado su propio hogar por una verdad que los condenaba.

Cegados por la furia y el miedo, quemaron los templos al Ojo del Universo, y en un acto de protección, hacia sí mismos y hacia el resto del cosmos, construyeron un inhibidor de señal masivo para ocultar el Ojo del Universo, prometiéndose a sí mismos ocultarlo para que nadie pudiera llegar hasta él.

Una utopía dentro de una prisión

Atrapados para siempre en su nave, añorando un lugar que ya no existía, idearon una solución final: usando la tecnología de la llama verde, crearon un mundo onírico colectivo, una simulación perfecta de su propia luna natal. Diseñaron tres puntos interconectados por ríos digitales, cada uno con su propia fogata verde, que serviría como puntos de unión entre las simulaciones.

El mecanismo era delicado y mortal. Incluso durante las pruebas del dispositivo para entrar en la simulación, uno de los habitantes acabó calcinado delante de sus compañeros mientras probaba un prototipo, pero finalmente acabaron perfeccionando un sistema donde, al dormir con este artefacto, sus consciencias podían habitar eternamente en esta utopía virtual. Descubrieron también que si morían físicamente cerca de una fogata, sus consciencias pasaban a transferirse a la simulación, ‘evitando‘ de cierta manera la muerte biológica.

En un acto de negación total, quemaron todos sus registros —no sin antes digitalizarlos y esconderlos en los archivos dentro de la simulación—, pretendiendo enterrar su trágica historia. Ninguno de ellos quería despertar… ninguno excepto uno de ellos.

La breve señal del Ojo del Universo

Un solo habitante del Forastero vio la verdad: su civilización se había rendido ante el miedo. Arriesgándose a ser descubierto, se despertó y desactivó brevemente el inhibidor de la señal del Ojo. Esos pocos instantes de transmisión, permitieron a los nomai detectar la señal del Ojo del Universo y llegar hasta el sistema solar de Outer Wilds. Sin embargo, esto duró poco, ya que fue atrapado por sus compañeros, los cuales volvieron a inhibir la señal y condenaron a este habitante a pasar toda una soledad eterna dentro de un sarcófago, protegido por tres sellos indescifrables, dentro de la simulación.

No se sabe a certeza cierta si este castigo fue un acto de cobardía por su parte, al no querer acabar con la vida de uno de sus compañeros, o bien fue un acto de crueldad, al hacer pasar al prisionero una vida eterna completamente a solas.


«Cuando los de mi especie encontraron el Ojo y se dieron cuenta de lo que era capaz de hacer, se aterrorizaron. Era una verdad demasiado incómoda. Como una luz demasiado brillante para mirarla directamente, les quemaba. Lo que no pudieron olvidar quedó oculto en la oscuridad, confundido y, finalmente perdido. No querían ver el final de su historia»


Entrando en el DLC: cuando dos civilizaciones se encuentran

En el presente de Outer Wilds, se ha detectado una extraña anomalía en una torre de exploración en Lumbre: una pequeña sombra ha tapado el sol. Al investigarlo, descubres que no es un fallo del satélite, sino que una gigantesca nave espacial, alienígena y perturbadora, ha permanecido oculta todo este tiempo orbitando al sol.

La nave funciona con luz, sus estructuras son orgánicas y oscuras y hay algo inquietante en todo su diseño. Mientras los nomai dejaron textos legibles y un infinito legado comprensible para los que vinieran después, los habitantes del Forastero ocultaron su historia en cintas de proyección mental, mostrando sus miedos e inquietudes, llegando al extremo de quemarlas.

El ambiente evoca constantemente los miedos más primarios que el jugador enfrenta en el juego base —el miedo a la oscuridad absoluta, el miedo a ser comido por un rape abisal, la sensación de perder el control—, pero ahora, nos toca experimentar el terror más psicológico, el miedo a la existencia y, por supuesto, el miedo a la muerte.

Ahora tenemos que descubrir qué es este lugar, por qué la luz comienza a fallar y por qué la presa del río acaba por romperse, desvelando un extraño sarcófago.

La simulación

Al investigar y juguetear un poco con los artefactos de los habitantes del Forastero, descubres cómo entrar dentro de la simulación, convirtiéndote en el intruso de un paraíso frágil. Los habitantes, ven al jugador como una amenaza existencial que pretende acabar con su forma de vida y, sobre todo, liberar a lo que yace oculto dentro del sarcófago del río.

Su mecanismo de defensa es simple y aterrador: si te ven con el artefacto, apagarán tu llama para despertarte, mientras que si te encuentran sin él, te matarán dentro de la simulación, obligándote a despertarte.

La exploración dentro de la simulación se convierte en un ejercicio de gestión del miedo. Debes moverte con sigilo. Poco a poco, y siendo movido por la curiosidad, irás descubriendo un poco las costuras de esta simulación. Más allá de encontrar la contraseña para romper los tres sellos que conducen al prisionero, descubrirás tres formas de viajar dentro de la simulación:

  • En la primera fogata de los habitantes, puedes descubrir que las zonas oscuras de los ríos actúan como pantalla de carga, por lo que si saltas al agua dentro de estas, podrás acceder a cualquiera de los tres mundos de las distintas fogatas.
  • En la segunda fogata de los habitantes, descubres que al salir del rango de la llama de tu farol, verás la infraestructura de la simulación, completamente cruda y sin texturas, incluyendo puentes ocultos y ascensores invisibles, como si vieras la matriz de la realidad misma.
  • En la tercera fogata, descubres la verdad más perturbadora: para evitar que las campanas te despierten, debes morir en el mundo físico, teniendo que superar el miedo principal de los habitantes del Forastero: la propia muerte.

El prisionero

Investigando un poco, descubrirás que dentro del sarcófago del río hay otra fogata la cual te llevará al sarcófago de la simulación. Tras romper los tres sellos investigando un poco, podrás descubrir lo que se encuentra dentro de él.

Al romper los tres sellos, no encuentras a un monstruo, sino a un disidente, cansado después de eones de un encierro en solitario. Sin embargo, aunque este habitante del Forastero es sospechosamente parecido a sus congéneres, este no pretende hacerte daño, sino enseñarte todo por lo que han pasado. Es este momento cuando, usando la llama verde, compartes tus recuerdos con él.

En este acto, el ciclo del miedo se rompe. El prisionero, finalmente libre, elige salir y descansar por fin tras una eternidad encerrado dentro del sarcófago, pero no sin antes otorgarte un último regalo: el deseo de poder haber vivido la libertad con su nuevo amigo, de sentir la curiosidad de explorar y, en definitiva, aunque haya sido por un pequeño instante, de poder llevarse un poco de tu esencia con él.

Conclusiones

Outer Wilds y su DLC, Echoes of the Eye, nos recuerdan que el universo es indiferente, pero que nuestra respuesta a su inmensidad define nuestro lugar dentro de él. Podemos, como hicieron los nomai, abrazar la incertidumbre con curiosidad, aceptando que el fin —personal o del universo— es inevitable, pero el viaje de descubrimiento lo hace valioso, o bien hacer como los habitantes del Forastero, intentando evitar las realidades incómodas por el miedo ante lo desconocido.

Echoes of the Eye plantea la pregunta fundamental: ¿qué hacemos con el miedo a lo desconocido? Los nomai respondieron con curiosidad. Los habitantes del Forastero con miedo, incluso cuando esto los condenó a una realidad artificial. El vacío del espacio, los rapes de Espinoscuro, la soledad abrumadora… Todos estos elementos del juego base se reinterpretan en el DLC.

Mientras que en el juego base nos habla de afrontar nuestros miedos, descubrir la verdad y afrontar todo con curiosidad, aunque la realidad sea aterradora; el DLC nos habla del miedo al conocimiento, de si es mejor la ignorancia voluntaria, replegarse en nuestra zona de confort y rendirnos ante la curiosidad. Echoes of the Eye es la perfecta definición de que el verdadero miedo no está en lo que acecha en la oscuridad, sino en elegir permanecer en ella por miedo a lo que la luz pueda revelar.

En resumen

Outer Wilds, en su totalidad, no es un juego sobre salvar el universo, sino un viaje sobre la aceptación y sobre las respuestas que dos civilizaciones pueden tener ante la inmensidad del cosmos. Al reunir a todos los viajeros ahora alrededor de la hoguera del Ojo del Universo, no estás deteniendo lo inevitable. Lo estás honrando. Estás celebrando el camino, cada descubrimiento y cada conexión. Al colapsar el universo y dar lugar a uno nuevo, no destruyes todo lo que fue, sino que estás permitiendo que su legado se convierta en la semilla de lo que vendrá.

Outer Wilds es el ejemplo de que nuestro lugar en el cosmos no es el tiempo que sobrevivimos, sino lo que elegimos vivir con el poco tiempo que tenemos. La respuesta del juego es clara: la curiosidad es nuestro legado más valioso. En un universo que no sabe que existimos, nuestro anhelo de comprenderlo, de maravillarnos frente a él y de compartir esas maravillas con otros, es lo más cercano a la eternidad que podemos alcanzar.


«Entonces, ¡ha llegado el momento! Es la hora de enviar nuestra chispa hacia la oscuridad«


El final no es el olvido; el final es la historia que dejamos atrás, lista para ser contada de nuevo alrededor de la próxima hoguera, quizás en un nuevo universo, bajo un inmenso cielo de estrellas y de preguntas ue responder.

JonyLetran

About Author

Enfermero. En mis ratos libres juego a algún que otro roguelike o metroidvania, aunque también me mola la estrategia y la acción. PC gamer.

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