El título de gladiadores tácticos Bloodgrounds ha presentado un extenso vídeo de 12 minutos con comentarios de sus desarrolladores, en el que se puede ver cómo cada combate en la arena es un duelo de ingenio, riesgo y consecuencias permanentes. Las arenas no solo exigen precisión en cada movimiento, también castigan los errores con dureza y obligan a decidir entre la gloria y la supervivencia.
Combates implacables en las arenas de Marevento
En Bloodgrounds, los jugadores se ponen en la piel de un gladiador que, tras haber sido esclavizado, se convierte en un rico patrón dispuesto a desafiar al Emperador de Marevento. Para lograrlo, deberán reunir y gestionar un escuadrón de luchadores físicos, arqueros y magos, cada uno con sus propias habilidades y riesgos.
Los combates se desarrollan por turnos en cuadrículas donde cada decisión cuenta. Es posible aprovechar trampas del escenario, objetos consumibles y poderes divinos para inclinar la balanza a tu favor. Sin embargo, la muerte de un gladiador es definitiva y afecta no solo al equipo, sino también a la moral de los supervivientes.
El sistema roguelite se hace sentir en cada batalla. Los luchadores que sobreviven ganan experiencia y equipo, mientras que las bajas marcan de forma irreversible el progreso de la campaña. A esto se suma la gestión de traumas y estados, la necesidad de entrenar y mejorar a los guerreros y la importancia de combinar clases para crear formaciones letales.
La experiencia no se limita al combate. El público de las arenas responde a las decisiones del jugador y puede otorgar recompensas si queda satisfecho con el espectáculo. Además, existen mecánicas para sabotear a los rivales antes de que empiece el enfrentamiento, lo que añade otra capa estratégica.
Con su oscura ambientación de fantasía, pixel art sangriento y un trasfondo de intrigas políticas, Bloodgrounds se inspira en clásicos como Darkest Dungeon, XCOM o Battle Brothers. La gran pregunta siempre está presente: ¿acoger a un rival derrotado para sumarlo a tus filas o ejecutarlo ante los gritos de un público sediento de sangre? La elección es tuya.


