Hace justo ocho años, un 11 de julio de 2017, Final Fantasy XII: The Zodiac Age aterrizaba en PlayStation 4 con la misión de reivindicar una de las entregas más singulares —y quizá también más incomprendidas— de toda la saga Final Fantasy. Más que una simple remasterización, fue una oportunidad para redescubrir el vasto y fascinante mundo de Ivalice bajo una nueva luz, con mejoras jugables y visuales que hicieron justicia a su ambición original.
Para quienes lo vivieron en su lanzamiento original en PlayStation 2 en 2006, volver a este universo fue como reencontrarse con un viejo amigo al que, con el tiempo, se ha aprendido a valorar más profundamente. Y para los que lo probaron por primera vez en esta versión, fue una puerta de entrada perfecta a una historia política, madura y repleta de detalles.
El sistema Zodiac: más estrategia, más libertad
Uno de los grandes cambios que trajo The Zodiac Age fue el famoso Zodiac Job System, que hasta entonces solo había estado disponible en la versión japonesa “International”. Gracias a este sistema, los personajes podían especializarse en diferentes oficios —desde caballeros a magos rojos o arqueros—, lo que añadía profundidad y variedad a la estrategia del juego.
Este rediseño no solo enriquecía el sistema de combate, sino que ofrecía a los jugadores más control sobre el desarrollo de su equipo, algo que se echaba en falta en la versión original. Combinado con los gambits, ese sistema que permitía automatizar acciones y que fue tan polémico en su día, el resultado era un sistema de combate que, visto con perspectiva, estaba adelantado a su tiempo.
Una historia que no gira en torno al “elegido”
Final Fantasy XII también se atrevió a alejarse de los tópicos habituales del género JRPG. Aquí no había una historia de amor épica ni un elegido con un destino divino que salvar. En su lugar, se nos presentaba un conflicto político entre imperios, luchas por la libertad de un pueblo oprimido, y un grupo de personajes cuyas vidas se cruzaban por necesidad, no por profecía.
Ashe, Balthier, Basch, Fran, Penelo y Vaan formaban un elenco coral en el que nadie brillaba más que el resto, y eso hizo que su historia se sintiera más humana, más realista y, con el tiempo, más apreciada.
Una segunda vida en múltiples plataformas
Tras su debut en PS4, The Zodiac Age se lanzó también en PC, Nintendo Switch y Xbox One, haciendo que su redescubrimiento llegase a una nueva generación de jugadores. Las mejoras gráficas, la opción de acelerar el juego, la banda sonora reorquestada y los nuevos modos de desafío y prueba completaban una experiencia que se sentía moderna sin traicionar su esencia original.
Fue, en muchos sentidos, una segunda oportunidad para un título que en su día no recibió el reconocimiento que merecía, pero que poco a poco ha ido ganando el respeto del público.
Ocho años después, una entrega más valorada que nunca
Hoy, con su octavo aniversario, Final Fantasy XII: The Zodiac Age se ha consolidado como uno de esos juegos que mejor han envejecido dentro de la saga. Puede que no tenga la popularidad de Final Fantasy VII o la melancolía de Final Fantasy X, pero ofrece algo que ningún otro ha replicado: una sensación de aventura libre, con un mundo que se siente auténtico, lleno de historia, de conflictos y de lugares que merece la pena recorrer una y otra vez.
Quizá en su día no fue del todo comprendido. Pero a día de hoy, muchos lo consideran una joya que solo ha mejorado con el paso del tiempo.