El 6 de mayo de 2005 llegaba a Europa Yoshi Touch & Go para Nintendo DS, un juego que, aunque quizás no sea de los más recordados del universo Mario y Yoshi, marcó a muchos jugadores por su frescura y su original uso de la pantalla táctil. Hoy, dos décadas después, sigue siendo uno de esos títulos que nos recuerdan los primeros tiempos de la DS, cuando todo era novedad y cada juego parecía una pequeña demostración mágica de lo que la consola podía hacer.
Un juego simple, pero lleno de encanto
A diferencia de otros juegos de Yoshi, Touch & Go no tenía una gran historia ni mundos llenos de niveles para explorar. Aquí la cosa era mucho más directa: guiar a Baby Mario y a Yoshi usando únicamente la pantalla táctil y el stylus. Dibujabas caminos de nubes, lanzabas huevos, recogías monedas… todo con toques rápidos y precisos.
Era un juego más arcade que de plataformas tradicional, pensado para partidas rápidas y para competir por la mejor puntuación. En ese sentido, fue muy diferente a lo que muchos esperaban, pero justo ahí estaba su gracia: era puro desafío, puro reflejo, y todo con un envoltorio adorable y colorido.
El encanto de los primeros tiempos de DS
Cuando la Nintendo DS salió al mercado, todos estábamos impresionados por las dos pantallas y, sobre todo, por el control táctil. Yoshi Touch & Go fue uno de los primeros juegos que realmente aprovechó esas características. Todo el control se hacía tocando la pantalla, y eso en 2005 nos parecía casi magia.
El juego no necesitaba complicarse demasiado para enganchar: era sencillo, directo, y te picaba para intentarlo una y otra vez, buscando superar tu propia puntuación o la de tus amigos. Era de esos juegos “de ratos cortos” que te atrapaban sin darte cuenta.
¿Cómo lo recordamos 20 años después?
A día de hoy, Yoshi Touch & Go no suele salir en las listas de los mejores juegos de Yoshi ni de Nintendo DS, pero quienes lo disfrutaron en su momento saben que fue especial. Era un juego que mostraba las posibilidades de la DS, que sacaba partido al stylus de formas creativas y que, con su estética tierna y su música alegre, te sacaba una sonrisa cada vez que lo encendías.
En este 20º aniversario europeo, merece la pena recordar ese pequeño experimento que fue Yoshi Touch & Go: un juego sencillo, simpático y entrañable, que capturó el espíritu de aquellos primeros años de la DS, cuando todo parecía nuevo y lleno de posibilidades.
