Milano’s Odd Job Collection, todo un clásico en 32 bits

Milano’s Odd Job Collection es un clásico japonés que hasta ahora solo estaba disponible en Japón, y que por primera vez llega al público de todo el mundo, conservando ese encanto y nostalgia japonesa que tanto lo caracteriza. El juego ofrece una experiencia relajada y entretenida, con 8 minijuegos distintos y una historia tranquila que nos permite disfrutar de cada momento sin prisas.

Historia: Un verano ajetreado

Hay juegos que no necesitan una trama muy profunda y Milano’s Odd Job Collection es uno de ellos. Aquí nos ponemos en la piel de Milano, una niña que acaba de terminar el trimestre y está lista para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, sus padres tienen que ir al hospital y no pueden cuidarla, así que la envía con su tío para pasar el verano. Pero surge un pequeño problema, su tío también se ha ido de vacaciones, dejando a Milano sola.

Lejos de desanimarse, Milano decide aprovechar la situación al máximo. Su objetivo será disfrutar del verano y, de paso, ganarse algo de dinero trabajando en distintos empleos a tiempo parcial por la ciudad. Durante 40 días, tendrá que organizarse, cumplir con sus tareas y administrar sus ingresos, todo mientras intenta arreglar la casa de su tío con lo que vaya ganando. Es una historia sencilla, pero encantadora, que sirve como excusa perfecta para disfrutar de una experiencia ligera y divertida.

Jugabilidad: Respeto al original

Milano’s Odd Job Collection es un juego que salió originalmente en Japón en 1999 para la primera PlayStation. 26 años han tenido que pasar para que saliera de japón y con varias mejoras que lo adaptan a los tiempos actuales, como gráficos mejorados, tiempos de carga reducidos y la posibilidad de rebobinar la partida. Todo esto hace que la experiencia sea más cómoda y divertida para los jugadores, sin perder el encanto del título original.

8 grandes minijuegos

Milano, a pesar de su juventud, es una chica trabajadora que no tiene problemas en aceptar cualquier tipo de trabajo para asegurarse de que su verano sea inolvidable. Para conseguirlo, cuenta con 8 trabajos (minijuegos) diferentes, cada uno con mecánicas propias que mantienen la experiencia entretenida y evitan que caigamos en la monotonía. Si quieres conocer más detalles sobre ellos, sigue leyendo.

Durante el día es cuando podemos realizar todas estas actividades, y lo bueno es que no seguimos ningún orden fijo. Podemos elegir el trabajo que queramos hacer y también ajustar la dificultad del minijuego correspondiente con los niveles desbloqueados. Cuando terminamos la jornada, regresamos a casa, donde podemos realizar acciones que mejoran las estadísticas de Milano que son habilidad, ánimo y energía y que, a su vez, nos permiten desbloquear nuevos trabajos. Además, con el dinero que vayamos ganando, podemos hacer pedidos de muebles y otros productos para ir decorando la casa antes de dormir.

Cada trabajo está disponible solo ciertos días de la semana. Si un local está cerrado, simplemente significa que ese día no podemos trabajar allí. También es importante cumplir con los requisitos de cada empleo, como tener suficiente energía o ánimo. Esto nos obliga a organizarnos un poco y pensar cómo aprovechar cada día para cumplir con todo lo necesario y seguir trabajando sin contratiempos.

Apartado técnico

Técnicamente el juego nos ha sorprendido. No es una versión con una jugabilidad tosca, más bien todo lo contrario. Todo se siente fluido, los controles responden bien y no hemos encontrado ningún bug que arruine la experiencia. Se nota el cuidado y el respeto que han tenido con el título, algo que se agradece muchísimo en una obra que regresa tantos años después.

Apartado gráfico y artístico

El juego mantiene un estilo visual colorido, amigable y con un toque caricaturesco que conserva muy bien la esencia del título original. Aun así, se nota la mejora en la resolución, las animaciones y los efectos, lo que hace que todo resulte más agradable a la vista. Los personajes tienen un diseño sencillo en pixel art, pero sorprenden por lo expresivos que son, algo que ayuda mucho a transmitir el tono y el humor del juego en cada situación.

Cada minijuego tiene su propia estética, aunque todos siguen el mismo estilo general para que nada desentone. Y aunque los textos estén en inglés, los controles son muy intuitivos. Los tutoriales visuales explican todo de forma clara, así que es fácil entender cómo funciona cada actividad y cogerle el ritmo enseguida.

Apartado sonoro

La música del juego encaja muy bien con su estilo desenfadado gracias a melodías ligeras, rítmicas y, para qué negarlo, bastante pegadizas. Cada minijuego tiene su propio tema musical, y lo mismo ocurre con las distintas situaciones del día a día. Por ejemplo, en casa suena una melodía alegre, mientras que al irnos a dormir aparece una más tranquila. En general, la banda sonora encaja muy bien con lo que ocurre en pantalla y ayuda a crear el ambiente adecuado en cada momento.

Los efectos de sonido también están muy bien logrados y acompañan cada acción, desde el maullido de nuestro gato hasta los momentos de caos cuando Milano se pone manos a la obra en cualquiera de sus tareas. En cuanto al doblaje, tanto la versión en inglés como la japonesa ofrecen un buen nivel de interpretación.

Conclusión

Si bien es cierto que no es un juego para todo el mundo, al público al que va dirigido sabe llegarle. Es una experiencia relajada y divertida para pasar el rato y, por qué no decirlo, una buena opción para desconectar de sesiones más largas. Puede que resulte frustrante que no venga en español, pero lo cierto es que el juego no lo necesita realmente: todo se aprende de forma visual en apenas unos minutos.

Lo mejor

• Los 8 trabajos ofrecen mecánicas distintas, fáciles de entender y rápidas de jugar.
• El apartado gráfico es colorido, caricaturesco y muy amigable.

Lo peor

• La simplicidad que lo hace accesible también puede hacerlo repetitivo.
• No viene traducido al español.

Nuestra valoración de Milano’s Odd Job Collection