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Hades: Explorando la mitología griega en el videojuego

Desde los himnos órficos hasta las tragedias de Eurípides, el mito griego ha funcionado como un espejo de lo humano: un lenguaje simbólico para explicar el origen, el destino y la muerte. Durante siglos, sus dioses y héroes han sido reinterpretados por la literatura, la escultura o el teatro. Sin embargo, el siglo XXI ha abierto un nuevo espacio narrativo para ellos: el videojuego.

En Hades, Supergiant Games nos propone una mitología griega que no se siente como un decorado, sino el todo de la experiencia. A través de la historia de Zagreus, hijo de Hades y Perséfone, el jugador revive, literal y metafóricamente, el mito del renacimiento. Cada muerte es un descenso, cada intento un nuevo ascenso hacia el conocimiento. El título conjuga erudición y emoción, respetando las fuentes clásicas. Hesíodo, Homero, los órficos, Píndaro, Ovidio, etc. Pero reinterpretándolas con una sensibilidad moderna. Los dioses, héroes y criaturas del inframundo aparecen dotados de voz, de personalidad y de conflicto. En ellos late, todavía, la esencia de la tragedia griega: la lucha entre el destino y la libertad.

Zagreo: el hijo que no debería existir

En la mitología órfica, Zagreo era un dios menor vinculado a la reencarnación y la vida tras la muerte. Según algunos relatos, era hijo de Zeus y Perséfone, lo que ya da pie a un drama familiar: Zeus, disfrazado de serpiente, engendra a un niño destinado a heredar el trono. Hera, siempre atenta, envía a los titanes para despedazarlo. Zeus rescata su corazón y lo implanta en Sémele, dando origen a Dionisio, quien sería así una reencarnación de Zagreo.

Supergiant toma esta versión órfica y la transforma en una historia emocional. Aquí, Zagreo es el hijo de Hades y Perséfone, lo que suaviza el mito y lo hace más coherente con el tono del juego. Su viaje no busca dominar el Olimpo, sino encontrar a su madre y reconciliar las piezas rotas de su familia. Es, en cierto modo, un mito invertido: no se trata de escapar de la muerte, sino de entenderla.

Hades: el dios malinterpretado

En los textos clásicos, Hades no es el villano. Es un dios justo, reservado y poco dado al espectáculo, encargado de mantener el orden en el inframundo. Los griegos lo temían, sí, pero lo respetaban más que odiarlo. Su nombre incluso se evitaba pronunciar, y se le conocía como Plutón, “el rico”, por las riquezas que yacían bajo tierra.

En Hades, Supergiant lo presenta como un padre severo, irónico y de voz grave, cuya rigidez esconde una forma de amor muy griega: el amor que enseña a base de frustraciones. Su relación con Zagreo no es la de un tirano con su esclavo, sino la de un padre que no sabe cómo manejar los sentimientos. En cierto modo, el juego redime a Hades, mostrándolo no como un monstruo sombrío, sino como un funcionario exhausto al frente de un reino que nunca duerme.

Perséfone: la primavera en el infierno

Perséfone es una de las figuras más poéticas y ambiguas de la mitología griega. Hija de Deméter, fue raptada por Hades para ser su esposa en el inframundo. Su madre, desesperada, detuvo el crecimiento de la tierra hasta que Zeus intervino: Perséfone pasaría medio año bajo tierra (el invierno) y medio año en la superficie (la primavera).

En Hades, se reinterpreta este mito de manera compasiva. Perséfone no es una víctima pasiva, sino una mujer que elige retirarse del inframundo tras un conflicto familiar. Vive en la superficie, entre la vida y la muerte, reflejando su propia dualidad mitológica. Su papel en el juego es el de mediadora, una figura de reconciliación que humaniza tanto a Hades como a Zagreo. Una adaptación coherente, sensible y mitológicamente respetuosa.

Nyx, Tánatos y Megara: noche y muerte

Nyx, la Noche, es una de las deidades más antiguas del cosmos. En la Teogonía de Hesíodo, surge del Caos y engendra por sí sola a entidades tan poderosas como el Sueño (Hipnos) o la Muerte (Tánatos). Los propios dioses olímpicos la temían; incluso Zeus evitaba enfrentarse a ella.

En el juego, Nyx actúa como una figura maternal para Zagreo, más cercana que Perséfone en los primeros compases. Supergiant respeta su carácter arcano, pero lo reviste de ternura. No es la noche aterradora de los mitos antiguos, sino la noche protectora, sabia y silenciosa. Es una reinterpretación acertada que transforma lo cósmico en lo íntimo, sin traicionar la esencia del mito.

En la mitología, Tánatos personifica la muerte pacífica, en contraposición a las violentas (Keres) o la crueldad de Hades. Es hijo de Nyx y hermano gemelo de Hipnos, el Sueño. En la Ilíada, su papel es menor pero conmovedor: recoge con cuidado el cuerpo de Sarpedón, hijo de Zeus, para llevarlo al descanso eterno.

En Hades, Tánatos conserva esa serenidad, pero con una personalidad competitiva y fría. Su amistad con Zagreo (y posible romance, según las elecciones del jugador) es una de las más interesantes reinterpretaciones del mito. La muerte deja de ser un fin y se convierte en una presencia constante y humana, a veces comprensiva, a veces rival. El juego capta bien la dualidad clásica de Tánatos: inevitable, pero no cruel.

En los relatos más conocidos, Mégara fue la esposa de Heracles. Hera, celosa, enloqueció al héroe, quien mató a su esposa e hijos en un arrebato. En Hades, Megara es reinterpretada como una Erinia (Furia), una de las diosas de la venganza, pero con una historia romántica y ambigua con Zagreo.

Aunque esta fusión es una licencia creativa (no existe una Megara-Furia en los textos clásicos), funciona bien dentro del contexto del juego: conserva la tragedia y el dolor del mito original, pero le da una nueva dimensión emocional. Es, en resumen, una reinvención coherente y con alma.

Y que hay de los olímpicos…

Zeus, el padre de todos, y probablemente el peor ejemplo de estabilidad emocional del panteón. Hijo de Cronos, líder de los dioses del Olimpo, portador del rayo y aficionado a los romances… complicados. En la mitología, Zeus encarna el poder, la autoridad y la inestabilidad moral.

En Hades, se muestra carismático y paternal con Zagreo, pero siempre desde la distancia del trono. Ofrece ayuda, sí, pero también deja claro que sus motivos no son del todo altruistas. Supergiant captura bien esa mezcla de benevolencia y manipulación, retratando al Zeus clásico con fidelidad y cierta ironía: un dios tan encantador como potencialmente peligroso.

Hermano de Hades y Zeus, Poseidón gobierna los mares y las tormentas. En los mitos es tan poderoso como impredecible, asociado tanto a la creación de caballos como a desastres naturales. El Hades de Supergiant lo convierte en un dios alegre y efusivo, casi el tío pesado de las reuniones familiares, siempre dispuesto a brindar y a alabar los logros de su sobrino. Aunque este tono humorístico se aleja del Poseidón más colérico de los mitos, la representación encaja dentro del tono del juego: un retrato afectuoso del caos controlado que define a los dioses del mar.

Atenea, diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa, nació de la cabeza de Zeus tras un dolor de cabeza monumental. Representa el pensamiento racional frente al instinto violento de Ares. En Hades, sus dones están centrados en la defensa y la reflexión, lo que traduce perfectamente su papel clásico. Es una de las adaptaciones más fieles del juego: su tono prudente, su lenguaje cortés y su distancia emocional reflejan la serenidad olímpica que Homero atribuía a la diosa.

Conclusión

Hades no solo adapta la mitología griega: la reinterpreta con respeto, humor y profundidad. Cada divinidad conserva su esencia, pero se presenta de forma accesible y emocional. Lo que en los textos de Hesíodo era tragedia cósmica, aquí se transforma en drama familiar con poderes sobrenaturales, donde el amor, la culpa y la redención se entrelazan en un mismo linaje.

Al final, el juego nos recuerda que los dioses griegos nunca fueron perfectos. Fueron, ante todo, un reflejo exagerado de lo humano: pasionales, contradictorios, irónicos. Y quizás por eso Hades funciona tan bien: porque entre tanto relámpago, vino de Dionisio y rencor divino, seguimos reconociendo algo profundamente nuestro.

Pedro A.

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Historiador, amante del cine, de los gatos y de los murciélagos que protegen la ciudad gótica. Videojugador desde chiquitito, si quieres conquistarme, tu dame un buen personaje y una buena historia y me tendrás en la palma de tu mano.

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