¡Bueeeeeenos días, Night City! Los netrunners vuelven a hacer de las suyas en Punto de Respawn. Mientras tanto, en Westbrook, los de Trauma Team despegan a los redactores de sus sillas. Y en Pacífica… bueno… Pacífica sigue siendo Pacífica. Os habla vuestra servidora, Kitiara. Acompañadme otro día por Más que videojuegos.
Lo que empezó como un TTRPG titulado Cyberpunk a finales de los ‘80 ha acabado convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas gracias al videojuego de CD Projekt RED más de 30 años después.
En el mundo creado para el juego de rol de mesa podemos ser muchas cosas. Hay varias clases, y algunas de ellas se asocian enseguida con personajes que vemos en el videojuego. Por ejemplo, nuestro personaje puede ser un rockero, como el famosísimo Johnny Silverhand; un fixer, como Rogue; un ejecutivo, como Arasaka; o un mercenario, como Jackie Welles. Cada clase tiene una función y un rol en la sociedad. Esto está fantásticamente representado en el videojuego y en el anime inspirados en el TTRPG.
En el título Cyberpunk 2077, nos metemos en la piel de V, un personaje creado por el jugador que, tras un pequeño prólogo que varía según el origen seleccionado (nómada, buscavidas o corpo), se gana la vida en Night City como mercenario hasta que un encargo de un robo sale excesivamente mal. Acompañado de Keanu Reeves en el papel de Johnny Silverhand (aunque solo sea en su cabeza), tendrá que buscar la forma de mantenerse con vida y, sobre todo, de evitar que la conciencia de Silverhand sobreescriba la suya propia.
Paseando de nuevo por Night City
Tan solo dos años después de nuestras primeras vivencias (y alguna que otra pesadilla) en Night City, Netflix nos brindó una ampliación del mundo de Cyberpunk con el anime Cyberpunk: Edgerunners. Gracias a Studio Trigger, encargado de animes como “Kill la Kill”, algunos cortos de “Star Wars: Visions” y la animación del videojuego “Fire Emblem Fates”, vivimos una serie de sucesos que acontecen un año antes de lo vivido en Cyberpunk 2077.
Acompañamos a David Martínez, un joven sin apenas recursos que, tras un trágico acontecimiento, se sumerge por completo en la parte más oscura de Night City. Tras unirse a una banda de edgerunners, David comienza a implantarse cada vez más y más cyberware, provocando que sus posibilidades de convertirse en un ciberpsicópata sean cada vez mayores.
Pequeño detalle: si al ver el anime os da la sensación de que la música os recuerda a algo, es porque Akira Yamaoka, conocido por ser el compositor de la saga Silent Hill, está al frente de la banda sonora.
En la aventura de David nos encontramos con muchos elementos que reconoceremos si hemos jugado a Cyberpunk 2077 previamente. Aparte de meternos el lore y los términos que conocemos del TTRPG o del videojuego por doquier, podemos disfrutar de ciertos atractivos y momentos que nos harán señalar la pantalla y decir: “¡Hey! ¡Esto me suena!”.
Vemos el Sandevistan, un tipo de tec superior que se implanta David y que también podemos implantarnos en el videojuego. Esta tec aumenta el daño y ralentiza el tiempo, y está perfectamente llevado a la pantalla en Cyberpunk: Edgerunners. También vemos algunas apariciones de Trauma Team, el equipo médico, y la gigantesca corporación Arasaka, a cuya escuela asistía David al comienzo de la serie. Vemos lugares muy emblemáticos como el Afterlife, el pub por excelencia al que vamos en una cantidad incontable de veces en Cyberpunk 2077. En él también podemos ver a Rogue, para no variar.
La referencia o, más bien, la conexión más importante entre el videojuego y el anime es la figura de Adam Smasher. Se trata de un ser más máquina que hombre: es un 96% cibernético. Este nombre nos machaca desde prácticamente el comienzo de las vivencias de V, sintiendo el terror que inspira solo con estar ahí de pie. Ya ni hablemos de verle en acción o teniendo un cara a cara con él.
Tras el lanzamiento de Cyberpunk: Edgerunners, el videojuego de CD Projekt vio cómo sus descargas subían como la espuma, y agregó una serie de referencias inspiradas en el anime. Pero no se quedaron ahí. También podemos disfrutar de misiones (en una de ellas obtenemos la chaqueta de David), las armas de Rebeca y Lucy (dos de las compañeras de la banda a la que se une el protagonista), e incluso un cóctel homenaje igual que el que se ganó Johnny Silverhand. Si habéis visto el anime sabréis por qué David se ganó un sitio junto a los más grandes.
Night City es un lugar increíble en el que vivir grandes aventuras, forjarse un nombre y pasar a la historia. Un lugar donde las corporaciones mandan por encima de todos y donde muchos tienen que luchar para sobrevivir. Un lugar donde morir en un callejón cualquiera a causa de una sobredosis o en un fuego cruzado entre bandas. Night City es un lugar que invita a seguir siendo visitado. Yo lo seguiré haciendo. Espero que vosotros también.
