Análisis

Shinobi: Art of Vengeance, el regreso de la leyenda que marca un nuevo hito

La saga Shinobi regresa tras años de silencio con Shinobi: Art of Vengeance, un título que recupera la esencia clásica del ninja más famoso de SEGA y la combina con un apartado artístico espectacular y una jugabilidad renovada. Lizardcube, responsables de revivir joyas como Wonder Boy: The Dragon’s Trap o Streets of Rage 4, firma aquí un regreso contundente, lleno de acción frenética, precisión en el combate y un estilo visual que parece sacado de un manga en movimiento.

No se trata solo de un homenaje al pasado, sino de una reinterpretación moderna que consigue devolver a Joe Musashi al lugar que merece dentro del género de acción lateral. En PS5, la experiencia se siente más fluida, intensa y desafiante que nunca, convirtiéndose en un regreso a la altura de la leyenda.

Fecha de salida: 29 de agosto de 2025
Desarrolladora:
Lizardcube
Distribuidora:
SEGA
Plataformas disponibles:
PC, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces: Inglés
Plataforma analizada:
PlayStation 5

Historia: Venganza y honor en cada paso

La narrativa de Shinobi: Art of Vengeance no busca sorprender con giros imposibles ni reinventar el género de acción. Su apuesta es mucho más clara: retomar el espíritu de la saga y darle un nuevo envoltorio narrativo que sea capaz de atrapar tanto al jugador veterano como al recién llegado.

El juego nos pone de nuevo en la piel de Joe Musashi, quien ve cómo su pueblo es arrasado y su clan convertido en piedra por una fuerza oscura que amenaza con borrar todo lo que conoce. La venganza se convierte así en el motor que impulsa la historia, un recurso sencillo pero efectivo que sirve para justificar la intensidad del viaje. Cada paso hacia adelante es un recordatorio de que Musashi no lucha solo por sí mismo, sino por devolver el honor y la vida a los suyos.

Lo interesante es que Lizardcube decide narrar esta odisea con un lenguaje visual muy marcado: viñetas ilustradas, planos que parecen sacados de un manga y un uso del color que diferencia con claridad lo cotidiano de lo sobrenatural. En lugar de largas cinemáticas, la historia se transmite a través de la acción y de pequeños fragmentos visuales que saben sugerir más de lo que cuentan explícitamente.

Además, el juego juega con la dualidad entre tradición y modernidad. En el camino de Joe Musashi encontramos escenarios que van desde aldeas niponas cargadas de simbolismo hasta urbes envueltas en neones que evocan la modernidad más cruda. Esa mezcla no solo enriquece la ambientación, sino que también refuerza la idea de un ninja que debe sobrevivir en un mundo que ya no le pertenece, enfrentándose tanto a demonios ancestrales como a amenazas más terrenales.

En definitiva, la historia no pretende colocarse en el centro del juego, pero cumple con una función esencial: dar peso emocional a cada enfrentamiento y mantener vivo el legado narrativo de Shinobi. La venganza, el honor y la lucha contra fuerzas imposibles vuelven a entrelazarse en una trama que, sin grandes artificios, se siente coherente, evocadora y fiel a la memoria de la saga.

Jugabilidad: Precisión, ritmo y desafío

Shinobi: Art of Vengeance combina de manera magistral combate, movilidad, exploración y progresión, creando una experiencia intensa, estratégica y gratificante. Cada elemento del juego está diseñado para que el jugador sienta el peso de ser un ninja, donde cada salto, esquiva y ataque influye en la efectividad de Musashi. No se trata solo de avanzar o derrotar enemigos, sino de dominar un sistema interconectado de mecánicas que premia la habilidad, la observación y la toma de decisiones.

Combate: técnica, fluidez y variedad

El combate es el eje central del juego y se percibe desde el primer minuto. Musashi cuenta con un repertorio amplio: ataques básicos rápidos, combos encadenables, contraataques, ejecuciones especiales y ataques a distancia con kunais. Cada tipo de enemigo requiere estrategias distintas. Algunos exigen esquivas rápidas y contraataques; otros, ataques aéreos o combinaciones de Ninjutsu; mientras que ciertos enemigos actúan como proyectiles que cambian el ritmo del combate.

Las habilidades especiales, como el Karyu, no son simples ataques poderosos: requieren planificación y posicionamiento para maximizar su efecto. Usarlos en el momento adecuado puede cambiar el curso de una pelea, mientras que un error puede ser castigado inmediatamente. La fluidez y la respuesta de los controles en PS5 permiten ejecutar combos precisos, así como encadenar ataques y movimientos sin interrupciones, generando una sensación de dominio absoluto del personaje.

Los enemigos están diseñados con patrones de ataque claros, pero en combinaciones que desafían constantemente la adaptación del jugador. Esto genera un equilibrio perfecto entre aprendizaje y desafío. El jugador debe anticipar, reaccionar y explotar cada mecánica del juego para progresar de manera eficiente.

Movilidad y exploración: un mundo diseñado para moverse

La movilidad es uno de los aspectos más destacados. Joe Musashi puede realizar saltos dobles o desplazamientos por paredes y techos. Esquivas rápidas, ataques aéreos y movimientos especiales te permitirán interactuar con los niveles de manera estratégica. Cada escenario está construido para que la movilidad sea tanto un recurso táctico como un elemento de espectáculo visual.

La exploración no se limita a buscar secretos. Ciertas rutas alternativas, cofres ocultos y caminos secretos requerirán habilidades desbloqueables. Entre ellas , encontraremos el garfio, los impulsos dobles o las técnicas de esquiva mejoradas. Este sistema fomenta la curiosidad y recompensa la experimentación. El diseño de niveles integra enemigos, obstáculos y plataformas, de forma que explorar y combatir no sean actividades separadas, sino componentes complementarios de la misma experiencia.

La combinación de movilidad y exploración permite al jugador crear su propio estilo de juego. Por ejemplo, podremos usar saltos y ataques aéreos para eliminar enemigos, reposicionarnos para ejecutar combos más efectivos o descubrir rutas que reducen enfrentamientos innecesarios. La libertad de movimiento potencia la sensación de control y hace que cada nivel se convierta un emocionante desafío lleno de dinamismo.

Ritmo y jefes

El juego alterna combates intensos con secciones de exploración, creando un ritmo que evita la fatiga y mantiene la adrenalina. Los primeros niveles introducen enemigos básicos y enseñan mecánicas esenciales. Sin embargo, la dificultad aumentará progresivamente con enemigos que requerirán combinaciones de ataques, movimientos y habilidades especiales.

El ritmo se ajusta cuidadosamente. Las pausas estratégicas permiten analizar el escenario, planificar movimientos y gestionar recursos antes de los enfrentamientos más intensos. Esto mantiene un equilibrio entre desafío y satisfacción, donde cada éxito se siente merecido y cada error sirve como aprendizaje.

Los jefes son momentos culminantes de diseño, combinando espectáculo y estrategia. Cada enfrentamiento tiene fases diferentes, patrones de ataque variados y requiere el uso de todas las habilidades adquiridas: ataques básicos, combos, Ninjutsu y movimiento avanzado. Algunos jefes integran mecánicas de entorno, obligándonos a interactuar con plataformas, paredes o elementos del escenario mientras combatimos.

Los enemigos comunes también aportan profundidad. Hay ninjas ágiles que obligan a utilizar ataques rápidos y movimientos precisos; criaturas sobrenaturales con patrones impredecibles y enemigos que alteran la estrategia mediante proyectiles o ataques combinados. La diversidad de rivales genera combates dinámicos y mantiene la tensión constante, evitando que la acción se vuelva repetitiva.

Gestión de recursos e interacción con el entorno

La progresión de Musashi no se limita a desbloquear habilidades. Los recursos, como la energía de Ninjutsu, potenciadores de ataque y salud, obligan a tomar decisiones estratégicas durante el combate. Elegir cuándo usar un ataque potente, cuándo guardar un recurso y cómo combinar habilidades será de vital importancia.

Los niveles están diseñados para que cada elemento cumpla su papel. El plataformeo, los obstáculos, los enemigos y los secretos se combinan para que la exploración, el combate y la movilidad sean inseparables. Interactuar con el entorno no es un simple añadido banal. Usar paredes para reposicionarse, rebotar para alcanzar enemigos o activar plataformas para desbloquear rutas alternativas forma parte de la estrategia. ¿Y lo mejor de todo? Pues que el título no deja que esté esfuerzo caiga en saco roto, sino que premia la observación, la habilidad y, si nos apuras, incluso la creatividad.

Una experiencia que pide rejugarse

Quizá lo más destacable es que, una vez terminado, el juego no se siente agotado. Todo lo contrario: invita a volver. El diseño de niveles con rutas ocultas. La variedad de armas secundarias, los coleccionables y los modos de dificultad más altos alargan la vida útil de la experiencia. No es un título que busque ser interminable, pero sí uno que entiende el valor de la rejugabilidad bien pensada, de esa necesidad de perfeccionar tus movimientos y exprimir cada rincón del mapa.

En definitiva, la jugabilidad de Shinobi: Art of Vengeance es un ejemplo de cómo se puede actualizar un clásico sin traicionar su esencia. Es exigente sin ser injusto, profundo sin ser inaccesible, y lo suficientemente variado como para mantenerte enganchado del principio al fin. Y lo más importante: consigue que, mando en mano, sientas de verdad que eres un ninja.

Apartado técnico

En PS5, Shinobi: Art of Vengeance ofrece un rendimiento sorprendentemente sólido y fluido. Corre a 60 fps de manera constante, incluso en los momentos más cargados de acción, con múltiples enemigos y efectos en pantalla, lo que resulta esencial en un juego donde la precisión y el ritmo marcan la diferencia. Los tiempos de carga son prácticamente inexistentes gracias al SSD de la consola, permitiendo transiciones rápidas entre niveles o reintentos sin romper el flujo de la acción. La estabilidad es impecable: no hay caídas de frames significativas ni bugs que afecten la experiencia, y los elementos visuales y sonoros se sincronizan de manera coherente, reforzando la sensación de control absoluto sobre Joe Musashi.

El control es otra de sus fortalezas. El DualSense responde con rapidez y precisión a cada comando, y aunque las funciones hápticas y los gatillos adaptativos se usan de forma sutil, aportan una mayor inmersión en los combates y en las ejecuciones especiales. Esta combinación de rendimiento, respuesta y optimización convierte cada enfrentamiento en algo fluido y satisfactorio, haciendo que la técnica no se perciba como un añadido, sino como una extensión natural de la jugabilidad. En conjunto, su base técnica demuestra que la solidez y la fluidez pueden ser igual de importantes que los grandes despliegues gráficos. Gracias a ello, encontramos en Shinobi una experiencia moderna, pulida y completamente alineada con la exigencia del género.

Apartado gráfico y artístico

Shinobi: Art of Vengeance deslumbra por su estilo visual dibujado a mano, donde cada escenario, enemigo y efecto de luz parece cuidado hasta el último detalle. Los sprites de Joe Musashi y de sus adversarios se mueven con una fluidez que recuerda a un anime en movimiento, mientras que los fondos en múltiples capas y los efectos de paralaje aportan profundidad y dinamismo a cada nivel. Desde aldeas tradicionales hasta ciudades neón llenas de sombras y reflejos, la dirección de arte logra combinar la tradición japonesa del ninja con una estética moderna y vibrante. Cómo resultado de todo ello, disfrutaremos de un universo que se siente vivo y coherente en todo momento.

Además, la cámara dinámica y los efectos visuales durante los combates potencian la espectacularidad sin sacrificar la claridad del juego. Cada ataque especial, cada salto o ejecución se siente impactante, gracias a la combinación de animaciones precisas, iluminación sutil y un diseño de escenarios que favorece la lectura de la acción. La paleta de colores, los contrastes y los detalles de cada nivel no solo embellecen la experiencia, sino que refuerzan la narrativa. Los entornos cuentan historias propias y transmiten la tensión o la calma según lo requiera cada momento.

Apartado sonoro

La banda sonora de Shinobi: Art of Vengeance es un elemento fundamental que eleva la experiencia de juego más allá de lo visual. Compuesta por veteranos como Yuzo Koshiro y Tee Lopes, la música combina melodías electrónicas con ritmos tradicionales japoneses, creando un ambiente que acompaña tanto la tensión de los combates como la calma de la exploración. Cada pista está cuidadosamente diseñada para potenciar la sensación de velocidad y precisión que exige la acción, y logra transmitir la intensidad de la venganza de Musashi sin resultar repetitiva.

Los efectos de sonido complementan la experiencia de manera excelente: golpes, saltos, impactos de Kunai y explosiones de Ninjutsu se sienten contundentes y perfectamente sincronizados con la animación en pantalla. La mezcla de audio es clara y equilibrada, y permite identificar la procedencia de cada enemigo y reaccionar en consecuencia, lo que refuerza la jugabilidad. Además, los detalles sonoros, desde el roce de la espada hasta los efectos ambientales, ayudan a construir un mundo creíble y dinámico.

Conclusión

Shinobi: Art of Vengeance es un regreso que honra su legado y, al mismo tiempo, lo reinventa. Su jugabilidad profunda y precisa, combinada con un apartado gráfico espectacular, una banda sonora envolvente y un rendimiento sólido en PS5, logra capturar la esencia de la saga mientras introduce elementos modernos que la revitalizan. Cada combate, salto y exploración suman a la experiencia de juego, con un equilibrio entre desafío y satisfacción que premia la habilidad del jugador.

Lo mejor del título es cómo logra que, desde la narrativa hasta la acción, todo se sienta cohesionado y cuidadosamente diseñado. Su mayor debilidad puede residir en la repetitividad de ciertos niveles o en la exploración para completistas, pero son detalles menores en comparación a lo que consigue este título, que combina nostalgia, técnica y estilo con una maestría poco común. Shinobi: Art of Vengeance no solo devuelve a Joe Musashi a la primera línea de la acción, sino que lo hace con fuerza, precisión y belleza, convirtiéndose en un imprescindible para fans del género y de la saga.

Lo mejor

  • Un combate técnico y gratificante, con precisión, combos y habilidades especiales que recompensan la estrategia
  • La movilidad y el diseño de niveles, que ponen a nuestro disfrute un sólido plataformeo, rutas secretas y habilidades desbloqueables
  • Su diseño dibujado a mano y animaciones fluidas que transmiten estilo y dinamismo
  • La rejugabilidad que ofrecen los secretos, cofres y desafíos opcionales, incentivando al jugador a perfeccionar habilidades y estrategias

Lo peor

  • Algunos niveles son repetitivos, con tramos de acción lineales que pueden sentirse bastante monótonos
  • Su historia es predecible; efectiva, pero convencional
  • Las opciones de personalización son limitadas

Nuestra valoración de Shinobi: Art of Vengeance

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Cosmocover en representación de SEGA.

Pedro A.

About Author

Historiador, amante del cine, de los gatos y de los murciélagos que protegen la ciudad gótica. Videojugador desde chiquitito, si quieres conquistarme, tu dame un buen personaje y una buena historia y me tendrás en la palma de tu mano.

1 Comentario

  1. Jesús García

    28 agosto, 2025

    Gran análisis, probé la demo y sin duda quede impresionado por la profundidad de su sistema de combate pero en especial en como están diseñados los escenarios. Al principio pensé que lo habían vuelto un Metroidvania, pero lo cierto es que son niveles individuales que están diseñados como si fueran parte de un mapa más grande, lo cual creo que puede volver las zonas un poco más memorables.

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