Urban Games ha publicado el tercer y esperado episodio de su serie Primeras impresiones, adelantando lo que está por llegar con Transport Fever 3, cuyo lanzamiento está previsto para 2026. Este nuevo vídeo sirve como antesala de un año clave para el estudio y deja claro que la saga busca dar un paso adelante muy ambicioso dentro del género de la gestión del transporte.
Infraestructuras más profundas
En este nuevo episodio se aprecia cómo Transport Fever 3 mejora de forma notable todos sus sistemas principales. Por un lado, las infraestructuras han sido revisadas en profundidad y, además, las herramientas de construcción se han rediseñado para ofrecer mayor control. Ahora es posible crear intersecciones en cualquier ángulo, diseñar cruces complejos con señalización realista y ajustar el flujo de tráfico con mucha más precisión. De este modo, la gestión del tráfico se vuelve más dinámica y cercana a la realidad.
Al mismo tiempo, los vehículos reaccionan mejor a su entorno. Cambian de carril, adelantan a los más lentos y eligen rutas más rápidas según la situación. Gracias a ello, las ciudades se sienten más vivas y los desplazamientos resultan más naturales. Además, los ciudadanos tienen en cuenta su tiempo de viaje y su nivel de confort, lo que influye directamente en la reputación del jugador dentro de cada ciudad. Si los trayectos son largos o incómodos, la satisfacción cae. En cambio, un buen diseño de estaciones y servicios mejora la paciencia de los pasajeros y favorece el crecimiento urbano.


Una simulación urbana más viva
Las estaciones, por su parte, pasan a ser completamente modulares. Los complementos permiten aumentar capacidad, mejorar el confort o ampliar el alcance, aunque también generan más ruido y contaminación. Por tanto, el progreso exige equilibrio, ya que una red demasiado grande puede afectar a la calidad de vida. Esta idea se refuerza con un sistema ambiental más exigente, donde entran en juego barreras acústicas, avenidas arboladas y una planificación cuidadosa de rutas.
En el ámbito ferroviario, se introducen tres tipos distintos de vías, cada uno con sus propias ventajas en velocidad, coste y contaminación. No existe una opción válida para todo, así que cada línea requiere decisiones estratégicas. A esto se suma un control avanzado de señalización y prioridad que permite a los trenes exprés mantener su velocidad incluso en redes saturadas.
Por último, los tranvías ganan un papel mucho más importante. Ahora cuentan con vías específicas, uso flexible de carriles, opciones subterráneas, transporte de carga y una integración fluida con el ferrocarril tradicional. Bien utilizados, reducen el tráfico y mejoran la movilidad urbana, sobre todo cuando se combinan con otras infraestructuras. Además, los vehículos se degradan con el tiempo, lo que obliga a mantenerlos para evitar pérdidas de eficiencia, aumento de ruido y mayor contaminación.



