Para esta entrega de Entre dados, tenemos una colaboración entre CMON, Guillotine Press (su sello editorial) y Ubisoft, que nos traen el juego de rol de Assassin’s Creed. Es una oportunidad única para ponerte en la piel de un asesino miembro de la orden, pudiendo escoger entre muchas de las localizaciones en la que están basadas los videojuegos o explorar otras nuevas nunca vistas.
Prepárate para adentrarte en la tecnología del Animus y ver hasta dónde puede llevarte tu herencia. ¿Cómo de profundas son las raíces de tus antepasados? ¿Cuántas épocas podrás recorrer a través de sus calles y azoteas?
¿Qué podemos esperar de Assassin’s Creed: Roleplaying Game?
Hemos podido echarle un vistazo al quickstart que han liberado y debo reconocer que, conforme más me adentraba, más me estaba atrapando. Hay varios puntos a tener en cuenta y todos ellos nos los han ido desglosando en el documento. Han dado la información justa para dejarnos con ganas de más, pero algunas cosas podemos sacar en claro.
Lo primero es que encarnamos a personajes que son descendientes directos de algunos de los grandes asesinos de la Hermandad. Haciendo uso de la tecnología del Animus, seremos capaces de revivir sus recuerdos, lo que conlleva que no todo va a ser correr, matar y esconderse, sino que también tenemos opción a jugar fuera.
Una breve pincelada del sistema (que se basa en tirar dados de 6 caras y conseguir el máximo número de caras iguales de un resultado en concreto) apunta a que tendrán su propio diseño de dados, pero no hay que preocuparse, ya que siempre habrá opción de usar dados normales y corrientes.
Los jugadores tendrán acceso a varias hojas de personaje, siendo una de ellas la del personaje principal y las del resto de sus ancestros, a los que podrá recurrir en la simulación. Una vez se adentra en los recuerdos, intercambia su hoja de personaje por la de aquel que vivió en la época que estás visitando.
¿Qué lo hace especial?
Principalmente, que vas a interpretar a varios personajes sin tener que recurrir a problemas mentales o personalidades múltiples, pero oye, nadie te impide que recurras a ellas si no quieres. Tendrás que saber diferenciar entre todos los personajes, aunque es bastante viable que todos ellos tengan algún detalle común. A fin de cuentas, son tu versión de ellos mismos.
Como podemos ver más arriba, los 4 atributos de los que se compone la hoja de personaje son: Acción, Sigilo, Ingenio y Social. Cada una de ellas hace referencia a la forma en la que puedes atajar el encuentro. Puedes colarte en un sitio utilizando labia y don de gentes, o simplemente llegar a la azotea y colarte por la puerta sin vigilancia.
Tú decides en qué quieres enfocarte y cómo quieres que se desenvuelva mejor el personaje. Cuanto menor sea la puntuación en la característica, mejor será su habilidad en ella. Por su parte, será labor del director de juego ajustar la dificultad para la tirada, y aquí es donde llegamos a la miga del sistema.
Profundizando en el sistema
Pero lo que más va a diferenciar este juego de muchos otros es la cantidad de tiradas necesarias para solucionar cualquier encuentro. Normalmente cada acción se resuelve con una única tirada, ya sea con resultado positivo o negativo, y la escena seguirá avanzando en consecuencia.
La dificultad se estipula en el número de resultados que necesitas de una característica para resolver el encuentro. Eso quiere decir que si tienes 1 en Ingenio, en el momento que obtengas una cara naranja, el encuentro se resuelve de manera satisfactoria, pero la cosa no acaba ahí.
El juego incorpora un sistema de aumentos, que funcionan tanto para los jugadores como para el director, aunque con pequeñas diferencias. En ambos casos se pueden utilizar ANTES de que se haga la tirada; en el caso del jugador sería para añadir un efecto beneficioso adicional: «Quiero subir por el andamio sin que chirríen las tablas al pisarlas». En el caso del director podría imponer un aumento porque la situación así lo reclame: «Saltar entre pivotes mojados en los canales de Venecia sin hacer ruido».
No obstante, todavía queda un poco más de chicha para que los jugadores puedan lucirse y hacer espectáculo. Porque otra cosa no, pero cuando pensamos en Assassin’s Creed, pensamos en saltos imposibles y asesinatos espléndidos. Por tanto, al declarar una acción y DESPUÉS de lanzar los dados, el jugador puede añadir un aumento gratuito por cada dos éxitos por encima de la dificultad establecida.
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Para terminar con el sistema, tenemos que hablar de la sincronía porque, como era de esperar, también hay cosas malas. Si fallas una tirada al usar un atributo en cuestión, se marca la casilla que hay a la izquierda del mismo, además de fracasar en la acción. Si esa casilla está marcada por una acción anterior, marcas la de otro atributo a tu elección, así hasta completar las 4 y, en la siguiente, te desincronizas de la simulación.
Por último, hablemos de las caras del dado que nos faltan, las que no corresponden a ningún atributo. El símbolo de Abstergo ocasiona una desventaja en la acción si el atributo que se está usando estaba marcado previamente. Sin embargo, un símbolo de la hermandad sumaría un éxito si tienes algún objeto o rasgo apropiado acorde con el atributo de la tirada.
Conclusión
Hay que decir que han sacado lo justo en el quickstart para que nos quedemos con ganas de más. Unas pinceladas al sistema y al modo de juego ha sido suficiente para que fantaseemos con capuchas y hojas ocultas.
Un buen diseño de sistema fácil y concreto, para que las tiradas tengan la importancia justa y el resto del peso se quede en la narrativa. No hay que confundir que sea fácil con que sea justo, ya que las dificultades se elevan a la mínima que haya una complicación o elijas mal el atributo.
Estaremos pendientes para seguirle la pista a Assassin’s Creed, ya que hoy, 5 de septiembre, será cuando abran la preventa del juego. Veremos qué ofrecen además del juego base, que algo me dice que tendrán jugosas recompensas entre todo el material disponible.
