Desde su debut en 2007, la serie de videojuegos Assassin’s Creed ha cautivado a jugadores de todo el mundo con su mezcla de aventura histórica, acción furtiva y una narrativa compleja que abarca a lo largo de la historia de la humanidad.
Uno de los elementos más icónicos y profundos de la franquicia Assassin’s Creed es el Credo de los Asesinos, una serie de principios y valores que guían las acciones de los miembros de esta sociedad secreta ficticia. El Credo es mucho más que una simple máxima; es una filosofía que representa la lucha por la libertad y la justicia en un mundo lleno de conspiraciones y poder.
Assassin’s Creed nos presenta una serie de directrices
Nada es verdad, todo está permitido
Esta declaración enigmática refleja la esencia misma de la filosofía de los Asesinos y es el núcleo de su código de conducta. Analicemos sus dos partes para comprender mejor su significado.
Nada es verdad: Esta afirmación refleja una postura de escepticismo hacia la verdad y la autoridad. Los Asesinos no aceptan pasivamente las creencias impuestas ni se someten ciegamente a las estructuras de poder establecidas. En cambio, cuestionan, investigan y buscan la verdad por sí mismos. Esta actitud crítica les permite descubrir las mentiras y las conspiraciones que a menudo se ocultan detrás de las fachadas de la autoridad.
Todo está permitido: Esta parte del Credo implica que los Asesinos están dispuestos a emplear cualquier medio necesario para alcanzar sus objetivos. No se ven limitados por reglas o restricciones morales inflexibles. En cambio, adoptan por un enfoque pragmático y utilitario para enfrentar a sus adversarios, utilizando tácticas que otros podrían considerar inaceptables. Esta flexibilidad les permite adaptarse a diversas situaciones y desafíos, lo que los convierte en una fuerza formidable.
Aleja tu hoja de la carne del inocente
Ética en la acción: Los Asesinos, a pesar de su compromiso con la lucha por la libertad y la justicia, se esfuerzan por mantener una ética en sus acciones. Esto implica evitar dañar o matar a personas que no representen una amenaza real o que no estén directamente involucradas en los conflictos en curso. Los inocentes y los no combatientes deben ser protegidos y no deben sufrir daños por las acciones de los Asesinos.
Distinguir entre blanco y negro: Los Asesinos persiguen objetivos específicos que consideran una amenaza para la humanidad o que están en posiciones de poder que abusan de su autoridad. Este principio les recuerda que deben ser precisos en su selección de objetivos y no deben llevar a cabo actos de violencia indiscriminados que puedan causar daño a personas inocentes.
Evitar consecuencias no deseadas: Dañar a personas inocentes puede tener consecuencias devastadoras, tanto para las víctimas como para la reputación y la causa de la Hermandad de los Asesinos. Este principio es un recordatorio constante de que deben ser cuidadosos en sus acciones y considerar las ramificaciones éticas de lo que hacen.
Se siempre discreto y fúndete con la multitud
Discreción: Los Asesinos operan en las sombras, trabajando en la clandestinidad para llevar a cabo sus misiones y objetivos. La discreción es esencial para evitar la detección por parte de sus enemigos, que a menudo incluyen a poderosas organizaciones y figuras de la autoridad. Ser discreto significa evitar atraer la atención innecesaria y mantener un bajo perfil mientras se realiza una tarea.
Fundirse con la multitud: Este aspecto del principio se refiere a la habilidad de los Asesinos para mezclarse con la población local. A menudo, se disfrazan o se adaptan al entorno en el que se encuentran, ya sea en una ciudad medieval o en una metrópolis contemporánea. Esto les permite moverse libremente sin ser detectados y les proporciona una ventaja estratégica al ocultar su identidad.
En la práctica, ser discreto y fundirse con la multitud les permite a los Asesinos acercarse a sus objetivos de manera sigilosa y sin levantar sospechas. Esta estrategia es esencial para llevar a cabo asesinatos y misiones de espionaje de manera efectiva.
No comprometas a la Hermandad
Mantener el secreto: Los Asesinos operan en secreto para llevar a cabo sus misiones y mantener su ventaja sobre los Templarios y otros enemigos. Comprometer la Hermandad al revelar información o traicionar sus secretos puede tener consecuencias devastadoras. Por lo tanto, es fundamental mantener la discreción y proteger los conocimientos y las tácticas de la Hermandad.
Preservar la causa: La causa de los Asesinos es la búsqueda de la libertad y la justicia en un mundo lleno de conspiraciones y opresión. Comprometer a la Hermandad podría debilitar su capacidad para lograr estos objetivos. Por lo tanto, los miembros deben ser conscientes de que sus acciones pueden tener un impacto directo en la lucha más amplia y deben tomar decisiones que fortalezcan, en lugar de debilitar, la posición de la Hermandad en esta lucha.
