Hoy, en Historias para no dormir, vamos a adentrarnos brevemente en la historia de Cirilla Fiona Elen Riannon, más conocida como Ciri. Puede que la conozcas como la hija de la Vieja Sangre o, para muchos, como la Dama del Espacio y del Tiempo. Su historia está profundamente ligada al mundo del brujo, y es una de las figuras más misteriosas y poderosas de toda la saga.

Personalidad de Ciri
Tanto en The Witcher 3 como en las novelas, Ciri se nos presenta como una joven con una fuerza interior impresionante. Tiene una personalidad marcada, es decidida, valiente y bastante terca, algo que se menciona constantemente en la historia, ya que no son pocos los que ven en ella un reflejo del mismísimo Geralt de Rivia, su padre adoptivo.
Ciri siempre está dispuesta a darlo todo por quienes le importan. No duda ni un segundo en plantarle cara a cualquier amenaza si eso significa proteger a sus amigos. A lo largo de su historia, vive situaciones extremas: es perseguida por la temible Cacería Salvaje, secuestrada, e incluso dada por muerta en más de una ocasión. Pero pese a todo, sigue adelante, con una determinación que la convierte en uno de los personajes más poderosos y entrañables del universo de The Witcher.
Su vida antes de conocer a Geralt
Ciri nació entre 1562 y 1563, probablemente durante la festividad de Belleteyn. Por linaje, era la princesa de Cintra, hija de Pavetta y Emyr var Emreis, el emperador de Nilfgaard, quien en aquel entonces vivía bajo una maldición que lo hacía parecer una criatura y se hacía llamar «Duny». También era nieta de la reina Calanthe, una de las figuras más influyentes del reino.
Después de romper la maldición que pesaba sobre Emyr, Geralt invocó la Ley de la Sorpresa como recompensa, sin saber que el “regalo inesperado” sería una niña. Seis años después, Geralt volvió a Cintra a reclamar lo que le correspondía, pero la reina Calanthe, en un intento de evitar ese destino, no le reveló ni el nombre ni el sexo del niño. Así, Geralt se marchó sin saber que aquella hija de la sorpresa era Ciri.
Con el tiempo, sus padres fueron dados por muertos tras naufragar en el mar. Durante su infancia, Ciri vivió en Cintra y pasó temporadas en las islas Skellige, bajo el cuidado de su abuela Calanthe y su tío Eist. Fue en esos años cuando empezó a forjar su carácter fuerte y rebelde, que la acompañaría siempre.
El camino de Ciri
El primer encuentro entre Ciri y Geralt ocurrió en el bosque de Brokilón, cuando ella huía de las dríadas que querían retenerla. La reina Eithné, líder de las dríadas, tenía la intención de quedarse con Ciri, pero la niña insistía una y otra vez en que su destino estaba ligado a Geralt.
Para evitar que siguiera aferrada a esa idea, Eithné le dio de beber las aguas del Brokilón, que se supone borran la memoria. Sin embargo, en Ciri no surtieron efecto. Fue entonces cuando la reina la reconoció como la «Hija de la Vieja Sangre» y recordó a Geralt el destino que él mismo había sellado años atrás con la Ley de la Sorpresa. Aun así, Geralt decidió no llevarse a la niña, y la dejó al cuidado del druida Myszowor, un viejo amigo de la reina Calanthe.
Poco tiempo después, ocurrió la Masacre de Cintra, cuando Nilfgaard invadió el reino. Ciri fue capturada por un oficial nilfgaardiano llamado Cahir, pero logró escapar y pasó un tiempo vagando sola por la región de Sodden. Finalmente, fue acogida por la esposa de un comerciante.
Un destino…
El destino quiso que Geralt ayudara a ese mismo comerciante con unos monstruos, y así se reencontró con Ciri. Esta vez, Geralt no volvió a dejarla ir: la reconoció como su hija por destino y la llevó con él a Kaer Morhen. Allí, junto con los brujos y bajo la vigilancia de Triss Merigold, Ciri comenzó su entrenamiento. Fue entonces cuando descubrieron que no era una niña común: era una Fuente, una persona con poder mágico innato.
Debido a la naturaleza de su poder, la llevaron al Templo de Melitele en Ellander. Bajo el cuidado de la madre Nenneke y, más tarde, con la tutela directa de Yennefer, Ciri empezó a formarse en la magia.
Con la guerra extendiéndose por el continente, Ciri y Yennefer dejaron el templo y viajaron a Gors Velen. Luego se dirigieron a la isla de Thanedd, donde Yennefer planeaba matricular a Ciri en Aretusa, la academia de magia para jóvenes hechiceras, y asistir a una importante reunión de magos. Todo parecía ir tomando un rumbo claro, pero como suele pasar con Ciri, el destino aún tenía muchas sorpresas guardadas.

Las aventuras venideras
Después del caos que se desató tras la conferencia de magos en la isla de Thanedd, la vida de Ciri cambió por completo. Tuvo que escapar por su cuenta y a partir de ese momento comenzó un largo y peligroso viaje que la llevó por distintos rincones del continente… y más allá.
Durante su huida, atravesó el desierto de Korath, un lugar implacable donde estuvo a punto de morir. Aun así, logró sobrevivir. Más adelante se unió a una banda de forajidos conocidos como los Ratas, un grupo rebelde que robaba a los ricos y vivía al margen de la ley. Entre ellos, Ciri (que por entonces se hacía llamar Falka) formó un lazo muy estrecho con Mistle, una de las integrantes, y ambas se convirtieron en pareja.
Pero su pasado no dejó de perseguirla. Fue buscada por dos hombres peligrosos: Leo Bonhart, un despiadado cazarrecompensas que la quería muerta, y Stefan Skellen, un político sin escrúpulos que la torturó y le dejó la cicatriz que lleva en la cara. Por otro lado, el hechicero Vilgefortz, uno de los antagonistas más poderosos de la saga, también la tenía en la mira. Quería usarla como sujeto de experimentos debido a su herencia única: la sangre ancestral conocida como la Vieja Sangre.
Encuentro con los Aen Elle
Huyendo de todos ellos, Ciri terminó por accidente en otro mundo, el de los Aen Elle, elfos de una dimensión paralela. Allí conoció a Avallac’h, un sabio elfo con un papel muy importante en su futuro, y también se cruzó con la temida Cacería Salvaje, un grupo de jinetes espectrales que la acechaban constantemente.
Entre ellos estaba Eredin Bréacc Glas, el rey de la Cacería. En un principio, Ciri se sintió atraída por él, pero más tarde descubrió sus verdaderas intenciones: usarla para abrir portales entre mundos e invadir su hogar con el ejército de espectros. Fue entonces cuando Ciri escapó de ese mundo, pero quedó marcada para siempre. Desde ese momento, se convirtió en el objetivo principal de Eredin, lo que acabaría dando pie a los eventos que vemos en The Witcher 3: Wild Hunt.
Ciri en la Saga del Brujo
Algo que debe tenerse en cuenta a la hora de conocer la historia de Ciri es que ésta sólo acontece en los libros de Sapkowski, ya que The Witcher 3 es mucho después del último libro y es una mujer adulta (aunque hay un flashbacks de cuando entrenaba en Kaer Morhen y ciertos diálogos de Geralt con otros personajes que también resumen un poco su historia).
Es por eso que aunque Ciri pueda parecer un personaje secundario, realmente tiene mucho peso en la historia de Geralt, y en las novelas tiene un protagonismo claramente visible. De aquí mi recomendación, como hice al final del artículo sobre Geralt, de que leáis las novelas si os gusta el personaje porque ahí veréis a la verdadera Ciri.
Si más me despido, esperando que este artículo os haya gustado tanto como a mí redactarlo. Un saludo compañeros de la Senda.