Outer Wilds. Seguro que habéis oído hablar del juego, ya sea por algún streamer o por el amigo pesado que no para de repetirte que deberías jugarlo. “¿Por qué?” —preguntas— “No puedo decírtelo, pero JUÉGALO” —contesta.
Si quieres mi consejo, juégalo. Es una de las mejores experiencias que vas a tener con un videojuego. Su manera de contarte su historia, y cómo te hace partícipe de ella, resulta en un viaje de lo más especial. A los que hayáis jugado, puede que no os cuente nada nuevo, pero sí me gustaría compartir mi experiencia y lo que yo sentí jugando a esta obra. Así que disfrutad.
Breve resumen
Sin desvelar más de la cuenta, Outer Wilds se desarrolla en un sistema solar atrapado en un bucle y con un tiempo de vida limitado. Los motivos, las respuestas a nuestras preguntas y el cómo parar el bucle debemos encontrarlos nosotros y, así, ver el desenlace.
Parece simple, pero el sistema solar es un gran puzle, como un reloj que funciona de forma perfectamente sincronizada y donde tendremos que aprender ciertos patrones.
Además, el juego cuenta con una banda sonora que tranquilamente podría encontrarse en lo más alto en cuanto a calidad e integración con el gameplay que se haya visto en un videojuego. Aquí un ejemplo:
La vida y la muerte
Una de las cosas que más me gustan de este juego es su representación de la muerte.
Sin entrar en muchos detalles, estamos en un bucle temporal de 22 minutos, lo que significa que tenemos ese tiempo para explorar antes de morir y empezar de nuevo.
En otros juegos morimos por nuestros fallos o por no adaptarnos a las mecánicas, pero en Outer Wilds la muerte es algo inevitable. Y da igual lo que hagamos; nuestra existencia terminará. Una lección más, conocimiento para nuestra experiencia que debemos aplicar a la siguiente oportunidad.
Nos enseña que la vida es corta y debemos vivirla, y estar con toda la gente que queremos para no desperdiciar nada, que es muy efímero. La muerte y su transición es algo muy marcado en esta experiencia. Es tristemente precioso, a la vez la desolación y esperanza que irradia. Añadido a que la aventura se desarrolla en el espacio, donde el vacío lo engulle todo. Por eso este juego es algo único y totalmente recomendable, un viaje que hay que vivir por nosotros mismos.
Este juego me recordó que se debe valorar lo que se tiene y disfrutarlo. Que lo realmente importante son los momentos, las sensaciones y el viaje. El tiempo es limitado, inevitablemente todo terminará. Abraza a tu familia, llama a tus abuelos, queda con amigos y disfruta de la compañía de aquellas personas que te quieren, porque algún día ya no podrás y, aunque no estén, sentiremos que hemos aprovechado cada instante de nuestro tiempo en estar cerca de la gente que más amamos.
Espero que os haya gustado. Os dejo por aquí un artículo diferente, que seguro disfrutaréis.
