Un día como hoy, hace ya 25 años, se estrenaba en Japón Final Fantasy IX, uno de los capítulos más queridos, entrañables y mágicos de toda la saga. Lanzado originalmente para la primera PlayStation, este título no solo fue el último Final Fantasy numerado en la legendaria consola de Sony, sino también un homenaje a las raíces más puras del género RPG.

En Europa tuvimos que esperar hasta febrero de 2001 para disfrutarlo, pero muchos lo recordamos como uno de esos juegos que nos marcaron profundamente. Aquel que, con su estética encantadora, su tono de cuento medieval y una historia inolvidable, se quedó con un pedacito de nuestro corazón.
Una historia sobre la identidad, la vida… y la fantasía
Final Fantasy IX nos presentaba a Yitán, un joven ladrón con buen corazón que acaba embarcado en una aventura que mezcla teatro, magia, guerra y autodescubrimiento. Pero este juego no solo giraba en torno a él. Garnet, Vivi, Steiner, Eiko, Freija, Amarant y Quina formaban un elenco tan entrañable como diverso, con historias personales llenas de emoción y profundidad.
¿Quién no recuerda la ternura de Vivi, ese pequeño mago negro que trataba de comprender el significado de su existencia? ¿O el conflicto interior de Garnet, dividida entre su deber como princesa y sus deseos como persona? La narrativa de Final Fantasy IX era madura y sensible, sin dejar de lado el humor, la aventura y el encanto propio de los cuentos clásicos.
Un regreso a los orígenes
Tras el futurismo estilizado de Final Fantasy VII y VIII, esta novena entrega regresaba al tono fantástico-medieval de las primeras entregas. Castillos, brujas, caballeros, naves voladoras con tecnología basada en la niebla… Todo nos recordaba a los inicios de la saga, pero con la potencia técnica y narrativa que Square había perfeccionado en la generación de los 32 bits.
Su estilo artístico, con personajes de proporciones más caricaturescas y escenarios bellísimos pintados a mano, fue una decisión que en su momento dividió opiniones, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de sus grandes encantos.
La música de Uematsu: pura emoción
No se puede hablar de Final Fantasy IX sin detenerse en su banda sonora. Nobuo Uematsu firmó aquí una de sus obras más personales y emotivas. Desde el inolvidable tema de inicio “The Place I’ll Return to Someday”, hasta joyas como “Melodies of Life”, cada pieza estaba cuidadosamente compuesta para reforzar la emoción de la historia.
Es uno de esos juegos donde la música no solo acompaña, sino que te abraza, te conmueve y permanece contigo incluso años después de haberlo terminado.
Un clásico eterno
A día de hoy, Final Fantasy IX sigue siendo una de las entregas mejor valoradas por los fans de la saga. Ha sido relanzado en varias plataformas —PC, móviles, PlayStation 4, Nintendo Switch— y ha sabido ganarse nuevas generaciones de jugadores. Incluso se ha anunciado una serie animada en desarrollo, una muestra de lo vigente que continúa este universo.
25 años después de su estreno en Japón, seguimos volviendo a Alexandria, al Bosque Maldito, a Lindblum o a Terra. Seguimos emocionándonos con el “¡Vivi, corre!”, riendo con las ocurrencias de Quina o sintiendo ese nudo en la garganta durante los créditos finales.
Porque Final Fantasy IX no es solo un videojuego: es un recuerdo compartido, una historia con alma, y uno de los mejores regalos que la saga nos ha dejado.


