Hoy nos subimos a nuestra aerotabla para analizar un título que saciará tu apetito mientras entregas fideos a diestro y siniestro. Que eso suponga arriesgar tu propia vida en el proceso… bueno, no es más que un daño colateral. Saca palillos y servilleta, que arrancamos los motores con Death Noodle Delivery.
Fecha de salida | 4 de abril de 2024 |
Plataformas disponibles | PC, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S |
Desarrolladora | Stupidi Pixel, Tiny Pixel Studios |
Distribuidora | Troglobytes Games |
Plataforma analizada | PC (Steam) |
Sobreviviendo en un mundo cibernético – [Historia]
En Death Noodle Delivery jugaremos controlando a Jimmy, un chico que, para ganarse la vida, comienza a trabajar en Death Noodle Delivery Inc. repartiendo noodles por la ciudad a bordo de su vieja aerotabla. En este mundo cibernético, donde todo luce con colores neón, nos deslizamos esquivando obstáculos para sobrevivir un día más y volver así a nuestro apartamento para descansar una vez terminamos nuestra jornada laboral.
En nuestro edificio encontraremos una serie de apartamentos, donde viven personajes variados con quienes estableceremos ciertas conversaciones antes de comenzar un nuevo día de trabajo. De este modo, podremos conocer sus historias particulares, así como algunos de sus más oscuros secretos.
La premisa del título se desarrolla en base a esta sencilla trama, repitiendo y añadiendo pequeñas mejoras e incorporaciones en la jugabilidad mientras avanzamos en la historia. Death Noodle Delivery nos trae una propuesta simple y, aunque muchas veces eso nos da espacio para explorar la jugabilidad y nuestra experiencia de juego, esta vez no sentimos que haya conseguido ir en esa dirección.
Por otro lado, la entrega dirige gran parte de la atención del jugador hacia su apartado narrativo, y es probablemente un punto importante que actúa de salvavidas y hace que otras asperezas se suavicen ligeramente. Si bien la historia no resulta tan compleja o apasionante por la sinopsis que nos plantea, el trasfondo del mundo que Jimmy habita nos dará más de una sorpresa, incluso con algún que otro plot twist que nos dejará pensando durante un buen rato.
Entregando noodles en nuestra aerotabla – [Jugabilidad]
La jugabilidad de Death Noodle Delivery no es solo sencilla, sino también simple. Durante nuestras jornadas de trabajo debemos avanzar por la ciudad esquivando pequeños obstáculos como coches, peatones y otros elementos que encontraremos en la carretera, ¡incluidos los vehículos de la competencia, que no durarán en embestirnos para borrarnos del mapa! Mientras esto sucede, iremos lanzando noodles para entregar los pedidos a los clientes marcados, pudiendo utilizar dicho proyectil también a modo de ataque cuando sea necesario.
La aerotabla, nuestro futurista medio de transporte, avanza de forma automática, aunque tendremos que manejar la dirección y alguna que otra mejora que conseguiremos a medida que avancemos en la historia. No obstante, las fases se sienten cortas, consistiendo en una línea recta con muy poca interacción en ocasiones. Los controles son sencillos, y rápidamente nos haremos a ellos (y más aún si jugamos con mando, algo que los creadores recomiendan para gozar de una mejor jugabilidad).
En nuestro edificio, el avance se siente más lento, con interacciones con los diferentes vecinos y el entorno. En estas conversaciones, da la sensación de que se abusa mucho de las palabras malsonantes (prácticamente en cada línea de diálogo), tal vez para darle un toque más juvenil, gamberro e interesante, aunque a nuestro modo de ver, no suma tanto como resta. Con un vecino que comercia con sustancias ilegales, la alusión a usar el ordenador para ver contenido para adultos y muchas palabrotas metidas con calzador y de forma abusiva, junto con una jugabilidad que no inventa nada nuevo, resulta en una mezcla que no termina de formar una receta que nos deje un buen sabor de boca. ¿Macarra? Sí, pero tal vez no de la forma correcta.
Un mundo de luces neón – [Apartado técnico]
Gráficos y ambientación
En Death Noodle Delivery predominan los colores fríos, con tonos azules y violetas que transmiten ese efecto de neón tan característico en la cultura y estilo ciberpunk. El apartamento, los personajes, la ciudad…, todo tiene una ambientación cibernética que nos da la sensación de estar dentro de esta fantasía que evoca su mundo. Una ciudad que parece no dormir nunca, con unos colores y luces que nos transportan a un lugar que transmite esa constante sensación de peligro, con ese factor futurista y tecnológico tan relevante en su estilo y una nocturnidad perenne. Los personajes, las imágenes en pantalla del ordenador, las calles y todo lo que nos rodea muestran una homogeneidad en cuanto a la estética que el juego nos presenta.
Música y sonido
Este apartado nos ha parecido menos memorable que su apartado gráfico. La música no resulta especialmente llamativa o importante, quedando en un plano más secundario y latente en comparación a la importancia y claridad que se le ha dado al apartado visual y la estética que se quería transmitir con esta entrega.
¿Más noodles? Allá vamos – [Conclusión]
Con lo mencionado anteriormente, podemos concluir con que Death Noodle Delivery puede ser un buen juego para pasar el rato. Sin embargo, sentimos que no ha exprimido la idea ni las posibilidades que podrían haber surgido del concepto inicial. Si bien podremos disfrutar de un gameplay entretenido, una estética llamativa y una narrativa interesante, creemos que el producto final no ha conseguido cuajar tan bien como cabría esperar.
Lo mejor
- Juego sencillo y entretenido, perfecto para pasar el rato
- Un apartado visual llamativo que refleja bien la estética ciberpunk en la que se basa
- Un apartado narrativo con giros argumentales que sorprenden
Lo peor
- Uso excesivo de palabras malsonantes, a menudo con una inclusión forzada y poco natural
- Una jugabilidad que resulta un poco monótona y repetitiva más pronto que tarde
- Duración modesta, aunque con ciertos factores que invitan a su rejugabilidad
Nuestra valoración de Death Noodle Delivery
Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Noovola.