Plastomorphosis es un survival horror con mucha inspiración, quizás demasiada, en los clásicos del género de los 90. VidyGames ha intentado hacer las delicias de los jugadores más veteranos trayendo mecánicas, cámaras fijas y una historia que recuerda a otra época donde la resolución o el framerate no eran tan importantes.
| Fecha de salida | 24 de enero de 2024 |
| Plataformas disponibles | PC |
| Desarrolladora | VidyGames |
| Distribuidora | VidyGames |
| Plataforma analizada | PC (Steam) |
Historia
Plastomorphosis nos pone en la piel de un ciudadano anónimo, el cual llega a Modern-City con la esperanza de encontrar un lugar seguro. El juego empieza cuando llegamos a una estación de metro un tanto macabra, poblada únicamente por maniquís.
Sin saber muy bien qué está pasando, nos ponemos a explorar la zona intentando encontrar una explicación, pero no encontramos más que preguntas. Los únicos atisbos de información son unos códigos QR repartidos por los escenarios, que nos narran el intento de escape de alguien a quien no conocemos. Encontrar a esa persona significará salir de esa pesadilla y, quizás, poder hallar una explicación a toda esta locura. Con el paso de las horas, descubriremos que no es todo lo que parece.
Jugabilidad
El título de VidyGames, como he comentado anteriormente, bebe mucho de los clásicos del survival horror, y eso no siempre es bueno. Jugando a Plastomorphosis he dado valor a la evolución del género, no solo a nivel técnico sino a nivel mecánico. Dejadme que me explique.
El juego se estructura en una serie de zonas que deberemos explorar minuciosamente para poder avanzar. La verdad es que los mapas no son ni demasiado grandes ni excesivamente laberínticos, por lo que no se hace largo el explorarlos.
Los problemas empiezan a venir con la decisión respecto a la cámara. Plastomorphosis opta por tener una serie de cámaras fijas, al estilo de los Resident Evil antiguos, para controlar mejor lo que enseña y, sobre todo, lo que esconde al jugador. Es una solución para crear incertidumbre, muy explotada pero que funciona… hasta que les das cierto movimiento a algunas cámaras y repites partes del escenario con diferentes perspectivas. Y es que este tipo de cámaras, combinadas con el movimiento tipo tanque, han hecho en más de una ocasión que cambie la dirección del desplazamiento con cada cambio de cámara. No creo que os tenga que decir lo incómodo que es eso.
En cuanto al combate, tampoco es que sea un punto de brillantez excesiva. Tenemos armas a distancia (pistola, escopeta…) y un arma a corta distancia para acabar con los enemigos. Si bien nunca tenemos una gran cantidad de balas, el dropeo es continuado, por lo que no tendremos esa sensación de que cada bala cuenta. Y en cuanto al bate (nuestra arma a melee), hace el mismo daño que la pistola, pero es muy difícil calcular el rango. A su favor tiene que es irrompible y siempre podremos apoyarnos en ella para solventar alguna situación peliaguda.
La joya de la corona de los survival horror eran, a mi entender, los puzles. Pues en Plastomorphosis nos encontramos con una serie de ellos que son muy sencillos y otros que tienen una solución bastante aleatoria. Por poner un ejemplo, hay uno en la primera zona que lo solucioné, pero no vi claramente el sentido de esa solución, como sí vi en otros puzles iguales más adelante.
Apartado técnico
En este apartado es donde se nota la factura indie de Plastomorphosis, y no precisamente para bien. Algunas luces y bastantes sombras en un título que se podría haber enfocado de una manera un tanto diferente.
Apartado gráfico y artístico
El apartado artístico cumple sobradamente y nos transmite esa sensación de terror psicológico tan acusada. Todos los escenarios nos dejan ver la decadencia de Modern-City con el diseño post-apocalíptico de las zonas que visitamos.
El diseño de los enemigos no es demasiado imaginativo y la protagonista (en mi caso escogí jugar la aventura con un avatar femenino) recuerda en exceso a Claire Redfield. Sí que es cierto que cada zona tiene sus enemigos concretos, pero la verdad es que son todos iguales.
Gráficamente nos encontramos con un estilo muy parecido al que podríamos encontrar en la época de PS1. Diseño poligonales, escenarios prerrenderizados y unas animaciones bastante toscas hacen que regresemos a aquellos finales de los 90 en los que flipábamos con que los juegos fueran en 3D.
Esto se ha defendido desde el estudio como una decisión artística, pero a mi me da la sensación que es más una falta de presupuesto que otra cosa. Hay otros juegos con la misma inspiración con animaciones más pulidas y diseños de personajes y escenarios más trabajados. Ha habido ocasiones en las que esto me ha sacado un poco del juego.
Apartado sonoro
En cuanto al apartado sonoro tampoco hay nada a destacar. La banda sonora acompaña y transmite una gran sensación de incomodidad. El sonido de ambiente cumple sin más, pero no aporta nada especial, y el doblaje tampoco es que sea una maravilla. La verdad es que tanto el apartado gráfico como el apartado sonoro van bastante de la mano. Ninguno de los dos es destacable por encima del otro y los dos denotan un presupuesto más bien justito como para poder pulirlo más.
Conclusión
Sinceramente, se me hace difícil hacer una valoración a modo de conclusión. Si bien el juego tiene problemas que puede hacer dudar a cualquiera, resulta que jugándolo es entretenido. No tiene unos grandes puzles, el combate y las animaciones son reguleras y desde el punto de vista sonoro tampoco es que destaque, pero el juego te engancha a jugar cada vez un poquito más.
Lo mejor
- Una historia intrigante
- La ambientación macabra
Lo peor
- Unas animaciones no muy pulidas
- La dificultad de los puzles
- Un combate bastante simple
Nuestra valoración
Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Blansi.
