Dordogne: Reconectando con el pasado como nunca antes

¿Nunca os habéis parado a pensar en esos veranos con nuestros abuelos, con los amigos que hemos hecho durante los meses de verano, las salidas en kayak, las rutas o cuando dejábamos volar nuestra imaginación? Dordogne plantea todo eso y más en una aventura de unas cuatro horas que busca hacernos reconectar con los recuerdos del pasado, una aventura que juega con la melancolía y que sabe cómo dejarnos con el corazón encogido.

Historia: Un verano por la campiña francesa

Dordogne plantea una historia muy sencilla, una que tiene lugar en el campo de la campiña francesa, en el hogar de la abuela de Mimi. Nuestra protagonista busca rememorar los recuerdos perdidos en su último verano con su abuela, que falleció y dejó una misteriosa caja en su casa. Viajaremos por dos líneas temporales: la de Mimi adulta, luchando por recuperar sus recuerdos perdidos en una casa abandonada y a punto de ser vendida; y la de Mimi siendo una niña, donde experimentaremos esos recuerdos y el acercamiento a sus seres queridos.

Siendo una historia muy fácil de seguir, es capaz de llevarnos a puntos dramáticos muy poderosos y de sentir con alegría y tristeza cada mueca, cada salto de felicidad y, sobre todo, cada abrazo y sensación de calidez que desprenden sus protagonistas. Una historia íntima y muy humana para un contexto tan bonito como es el verano de una niña de 12 años.

Jugabilidad: Sin escapar del point and click guiado

La jugabilidad que plantea Dordogne no es especialmente brillante, no se escapa del clásico point and click en el que nuestros joysticks y crucetas toman el protagonismo para llevar a cabo una serie de acciones contextuales que buscan dar un dinamismo inexistente en la aventura. En determinados puntos nos pedirán preparar un té, decorar una piña o trasplantar una rosa al jardín. En ningún momento el juego quiere que te pares a pensar un poco en como hacerlo, directamente te indica en todo momento qué objetos debes coger y cómo hacerlos funcionar para terminar la acción. Lo mismo ocurre con los puzles: hay muy pocos, pero de nada sirven si sé lo que tengo que hacer en todo momento, evitando que piense.

No me malinterpreten, sé que Dordogne no busca ser una experiencia difícil ni retadora; todo lo contrario, eso la hace ser más accesible y mucha más gente que busque una experiencia narrativa como esta optará por el título francés. Aún así, me hubiese gustado tener que pensar un poco más, sobre todo durante las secciones de Mimi adulta, ya que incluso tendría una lógica narrativa.

Por lo demás, Dordogne plantea una serie de acciones totalmente secundarias, como es la recolección de coleccionables en cada capítulo, que nos servirán para decorar el diario de Mimi a nuestro gusto: fotografías, sonidos, pegatinas o incluso frases con las que construir nuestros poemas.

Apartado técnico

Respecto al apartado técnico, Dordogne es un juego que se mueve con soltura, no hemos percibido bugs, glitches, ni bajadas de frames al uso. Los controles al mando responden perfectamente y no hemos tenido problemas de adaptabilidad ni en los cambio de una línea temporal a otra. Estos se hacen mediante una transición decorada por lo más emblemático del capítulo y se efectúan sin problema alguno.

Apartado gráfico y artístico

Donde puede presumir Dordogne más es en su apartado artístico, su imaginería visual esta impregnada de acuarelas, lápices y rotuladores. Donde pasamos más tiempo es con Mimi siendo una niña, y el estilo visual se acoge muy bien a la idea del verano que podríamos tener de jóvenes. Aguas cristalinas, prados y bosques verdes, pueblos rebosantes de vida y colores; y, por supuesto, la naturalidad de nuestros seres queridos. Un ideal que aparece aquí y que tan bien reflejan esas combinaciones de colores y una nitidez palpables en cada escenario; los acabos, que parecen realizados con lápices gastados, sumados a unos entornos preciosistas que se mimetizan a la perfección con unos diseños de personajes que somos incapaces de saber si son acuarelas o animación cel-shading. Una pena lo referente a sus animaciones, que en muchos casos dejan que desear, con posicionamientos de cámara un tanto ortopédicos que destrozan la naturalidad del resto del escenario.

Apartado sonoro

Estamos ante otro apartado prácticamente sobresaliente. La selección musical es cautivadora, consiguiendo adentrarnos en su mundo, un mundo infantil que busca darnos una sensación de aventura y calidez durante el ocaso del sol en agosto. Destaco principalmente su doblaje, que cuenta con un nivel sobresaliente y que fue totalmente inesperado para mí. Cada voz se integra perfectamente con cada personaje y el nivel de locución es excelente.

Edición física de Dordogne

Dordogne cuenta con una versión física lanzada este mismo mes para PlayStation 5 y Nintendo Switch. Distribuida en España por Tesura Games, en colaboración con Pix’n Love, ahora podréis incorporar esta joya veraniega a vuestra colección particular. Podéis encontrar todos los detalles en la página oficial de la distribuidora haciendo clic aquí.

Conclusión

Es el verano lo que más disfrutamos de pequeños, esa sensación de libertad, de imaginación, de conseguirlo todo y que cualquier cosa sea posible. Pero sobre todo de querer a nuestros seres queridos y de aprovechar todo el tiempo que podamos con nuestros abuelos. Recomiendo Dordogne, ya que, aunque su jugabilidad me parece un punto flaco, sí que creo que cuenta con una sensibilidad en la que otros juegos del género no son capaces de profundizar y que, sumado a su apartado artístico y sonoro, dejan una aventura para recordar. Si podéis, dadle una oportunidad y dejaos llevar por vuestro niño interior para sentiros tan vivos como Mimi en este peculiar verano.

Lo mejor

• Una historia cargada de sentimiento, redescubriendo los recuerdos del verano
• Banda sonora y doblaje excelentes
• Apartado artístico sobresaliente

Lo peor

• Animaciones que rompen el conjunto preciosista del juego
• Una jugabilidad demasiado guiada

Nuestra valoración de Dordogne