Peglin, el pachinko bueno

En el pasado Indie World de Nintendo, nos sorprendieron con un juego desarrollado por un equipo muy pequeño durante los últimos 5 años. Peglin nos trae un roguelike con una mecánica sorprendente que le hace asemejarse a un pachinko.

Historia: ¿De dónde salen los Peglin?

La historia de Peglin no puede ser más cliché: un dragón malvado ha arrasado el poblado de los peglin y deberemos ir en su busca para derrotarlo. Como veis, es más parecido a una excusa para lanzarnos a un mundo en el que todo nos quiere hacer daño. Por el camino encontraremos, dependiendo de nuestra partida, diferentes elementos del mundo que nos enseñarán un universo mágico lleno de altares que duplican orbes, espejos que nos atraen y un sinfín de elementos que nos ayudarán en esta aventura.

Jugabilidad: Roguelike más pachinko, ¿qué puede salir mal?

Peglin se trata de un roguelike mezclado con la mecánica de construcción de mazos. La única diferencia es que, en vez de cartas, aquí dispondremos de una serie de orbes que son los ítems que lanzaremos a los enemigos para derrotarlos. Y la mecánica estrella es que, para saber el daño que infligiremos a nuestros enemigos, deberemos lanzar los orbes al tablero para hacerlos rebotar contra las clavijas. Cada rebote nos dará más a menos daño acumulado.

Los orbes

Empezaré hablándoos de los orbes. Al empezar nuestra partida, contaremos con 4 orbes (3 guijarros y una dagorbe). Los guijarros no tienen efectos adicionales, pero la Dagorbe, aún siendo bastante débil con los ataques normales, es devastadora cuando conseguimos daño crítico (en el siguiente párrafo os cuento cómo se consiguen este y otros efectos). A partir de ahí, cada vez que acabemos con todos los enemigos en pantalla, nos darán la posibilidad de comprar hasta cuatro orbes para sumar a nuestro «mazo» con diferentes efectos, mejorar uno de nuestros orbes y/o recuperar un 20% de la vida. Los efectos de los orbes pueden ir desde atravesar a los enemigos a infligir daño por envenenamiento.

Las clavijas

Y, si tenemos diferentes tipos de orbes, también tenemos diferentes tipo de clavijas. Por un lado tendremos las clavijas grises, que son las normales y nos darán el mínimo de daño por orbe. En segundo lugar, tendremos unas con una moneda en el interior que nos hará sumar oro para poder canjearlo al final de cada pantalla y/o con el comerciante. A partir de aquí vienen las clavijas especiales. Existen unas amarillas que cambian el daño de nuestro orbe a crítico, haciendo un daño devastador. Otras de color verde regeneran todo el tablero, apareciendo las clavijas de manera aleatoria. Y, por último, tenemos unas bombas, las cuales, al rebotar contra ellas dos veces, explotan e infligen 50 puntos de daño a todos los enemigos en pantalla.

Las reliquias

Además de todo esto existen una serie de reliquias que sirven como habilidades pasivas. Estas reliquias pueden hacer que, por ejemplo, dependiendo de por dónde acabe saliendo nuestro orbe, nos dupliquen el daño. Otro de los efectos que podemos encontrar es que provoquemos daño a los enemigos cada vez que recarguemos.

Por sí solos los elementos que conforman el gameplay pueden parecer sencillos, pero cuando descubrimos las sinergias se pueden llegar a provocar daños masivos. En ciertos momentos nos puede interesar más guardarnos el crítico para la siguiente tirada o, dependiendo de la disposición de los enemigos, usar un efecto u otro. Si queremos avanzar en la aventura, deberemos utilizar todas las mecánicas a nuestro alcance y estar muy atentos al tablero de juego.

Otro elemento que será decisivo en cuanto a estrategia es el mapa. En cada zona iremos avanzando por pisos (de una manera exactamente igual que en cualquier roguelike de este estilo). El camino que elijamos será diferente cada vez y deberemos escoger muy bien entre enfrentarnos a enemigos, enfrentarnos a minijefes, ir al comerciante, encontrar un tesoro aleatorio o unas casilla sorpresa que no sabemos que nos depararán.

Apartado técnico

Peglin no es un juego precisamente exigente en cuanto a lo técnico. Esto lo hace perfecto para poder jugarlo de manera portátil en la híbrida de Nintendo. El diseño en pixel art no es revolucionario y se nota que lo importante para el estudio es la jugabilidad.

Apartado gráfico y artístico

Respecto al apartado artístico, hay que decir que el diseño del peglin protagonista es un tanto genérico, al igual que el de la mayoría de los enemigos que nos encontramos en pantalla. Otro caso es el de los jefes, que sí están mucho más trabajados. Los escenarios tampoco son especialmente inspirados, pues han elegido una plantilla para cada uno de los biomas y la han ido repitiendo en todos los niveles con alguna pequeña variación.

Y otro punto en contra es el diseño de las clavijas. Dependiendo de donde juegues, si en portátil o en sobremesa, estas se hacen difíciles de diferenciar. Sobre todo hay un problema con las bombas ya que, al ser negras sobre fondo muy oscuro, no se ve bien si es una bomba o una clavija ya golpeada.

Apartado sonoro

El apartado sonoro tampoco es espectacular. Si bien cada orbe tiene su sonido característico, al tener que utilizarlos tantas veces, se vuelve repetitivo. Así como la música, la cual siempre es la misma y llega un momento en el que no la percibimos. No quiero decir que sea mala, la verdad es que se notaría si no estuviera, pero es olvidable.

Conclusión

Peglin es una propuesta muy interesante en lo jugable y tremendamente adictiva. Si bien en el apartado técnico no brilla demasiado y la historia brilla por su ausencia, la jugabilidad sustenta todo el título. Se puede volver un refugio al que volver para hacer una partidita rápida de 30 minutos.

Lo mejor

• Las sinergias que se pueden crear entre los orbes y las clavijas
• La mecánica de pachinko para infligir daño a los enemigos
• La posibilidad de utilizar un acelerador para los combates

Lo peor

• El diseño de los personajes (excepto los jefes)
• El mapa es bastante simple

Nuestra valoración de Peglin