Si algo hay más llamativo que la estética western, es aquella que la mezcla con otros géneros diferentes. Es el caso de Wild Bastards, un shooter estratégico en el que desenvainaremos nuestras mejores armas para lanzarnos al ruedo, enfrentando a múltiples enemigos en una aventura robotipasionante. *Snif, snif* ¿Lo oléis? ¿Es el olor a pólvora o se nos han frito los circuitos?

Fecha de salida: 12 de septiembre de 2024
Desarrolladora: Blue Manchu
Distribuidora: Maximum Entertainment, Meridiem (Formato físico)
Plataformas disponibles: PC, Nintendo Switch, PlayStation 5, Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces: Inglés
Plataforma analizada: Nintendo Switch
Las capturas utilizadas en este análisis corresponden a las primeras horas del juego, con el fin de proteger la experiencia del jugador y evitar posibles spoilers innecesarios.
Historia: Forajidos reunidos
La banda de forajidos «los Bastardos Salvajes» ha sido prácticamente exterminada, quedando tan solo dos de sus trece miembros originales en pie: Casino y Spider Rosa. El resto, por otro lado, se han «dispersado», es decir, han muerto a manos de los secuaces de Jebediah Chaste, quien no descansará hasta completar su misión de borrarlos del mapa. Por suerte para nuestros protagonistas, estamos hablando de robots galácticos y no de humanos, con lo cual el dúo inicial tendrá la oportunidad de ir reviviendo a toda la banda recuperando la hélice de cada uno de ellos. Todo esto, además, lo harán respaldados por Drifter, una nave un tanto especial (y espacial, si me permitís y el chiste malo), la cual dicen que aparece solo cuando ella quiere y que incluso parece tener conciencia propia. ¿Conseguirán nuestros Bastardos Salvajes llegar a la Hacienda y huir de Chaste sin complicaciones?

Jugabilidad: Los mejores pistoleros galácticos
Wild Bastards plasma en su jugabilidad una homogénea mezcla de estrategia y shooter. Se juega por pantallas o niveles, y goza incluso de cierto componente con aroma a roguelike por la naturaleza de sus mapas ramificados. Pero para entender todo esto tenemos que empezar por el principio: los sectores. Y es que, si nos ponemos quisquillosos, se podría decir que el juego cuenta con dos tipos de mapas: el sector determina los planetas que visitar (el cual, como os decíamos, se ramifica y nos obliga a tomar un camino u otro para avanzar); el otro representa el planeta propiamente dicho, y en este nos moveremos por turnos y con un número limitado de casillas que poder avanzar. Como una imagen vale más que mil palabras, os mostramos los dos tipos justo bajo estas líneas.


Iremos viajando de sector en sector para avanzar en la historia, pero para ello necesitaremos ejecutar el llamado «hipersalto» (para lo cual tendremos que desactivar la torre antisalto que bloquea esta acción, teletransportándonos al planeta que la contenga para ello).
Bienvenido al planeta
En el mapa del planeta entra en juego parte de la estrategia. Tendremos que movernos con las distintas pandas (grupos de dos bandidos que nosotros designaremos) para tomar los caminos que consideremos en función de las casillas que nos interese alcanzar. Entre ellas, encontraremos desde asentamientos enemigos hasta tiendas o modificadores para ayudarnos durante los enfrentamientos (reduciendo el número de enemigos, destruyendo todo un puesto hostil o generando aliados que nos echen un cable en el fragor de la batalla, entre otros).

Cuando ya hayamos terminado de saquear un planeta, tendremos que buscar las escaleras (o usar una baliza en su defecto) para escapar. ¡Pero no te duermas en los laureles! Si tardamos demasiados turnos en retirarnos, los príncipes vendrán a darnos caza, por lo que tendremos que burlarles y correr a las escaleras para evitar que nos atrapen.
¡Pew, pew!
Llega el momento de disparar, bandido. Wild Bastards ofrece un gunplay no realista, pero sí bastante satisfactorio. Con mecánicas sencillas y claras diferencias entre los distintos personajes, el gameplay variará lo suficiente como para dinamizar nuestras partidas. Cada pantalla se resolverá de igual modo, en un escenario relativamente pequeño en el que aparecerán enemigos y tendremos que dispararles, así de simple. Entraremos a estos niveles con una panda (recordemos, un grupo de dos bandidos), y podremos cambiar al momento entre uno y otro, lo que significa que no actúa uno de ellos como NPC aliado, sino que nosotros somos quienes tenemos el control de ambos, pero de forma individual. Cada uno tendrá su propia vida y habilidades, así como las mejoras que les hayamos puesto, de las que hablaremos más abajo.



Cada bandido posee un truco, algo así como una habilidad especial que solo se podrá activar si tenemos en nuestro poder un ítem denominado «elixir», el cual actúa como carga para activarlo. Por poneros un par de ejemplos de los personajes iniciales, el truco de Rosa es dejar un doble al que los enemigos ataquen en su lugar, mientras que el de Casino será eliminar automáticamente a un enemigo aleatorio. ¡La suerte está echada!
¡Vaya panda de bastardos!
Y es que, en esencia, eso es a lo que manejamos: a una panda de bastardos; o a más de una, mejor dicho. Wild Bastards dispone de 13 personajes jugables, 13 bastardos salvajes a los que tendremos que ir recuperando uno a uno, con su propias armas y habilidades, como comentábamos anteriormente. Según los vayamos devolviendo a la vida, tendremos que ir agrupándolos en pandas de dos para que actúen juntos tanto en el mapa del planeta como en los niveles shooter.

Los bandidos tendrán dos tipos de mejoras: los mods y los ases. Los primeros son temporales (se eliminarán entre sector y sector) y son de tres categorías, pudiendo asignar hasta tres, siempre de distinta clase; mientras que los segundos serán permanentes y nos darán a elegir uno entre tres posibles.



Apartado técnico
En Wild Bastards se nos dará a elegir entre cinco niveles de dificultad: muy fácil, fácil, normal, difícil y muy difícil. Esto convierte el título en un producto bastante accesible y personalizable en cuanto a la dificultad de su gameplay, algo que agradecerán aquellos jugadores que disfruten de un modo de juego menos exigente. En cuanto a la fluidez del título, se mueve francamente bien, sin caídas de FPS ni molestos cuelgues o tirones; no obstante, las pantallas de carga nos han resultado un poco más lentas de lo que nos habría gustado.
Apartado gráfico y artístico
Este shooter galáctico nos presenta un apartado visual sumamente interesante, con personalidad y muy reconocible. En primer lugar, mezcla de una forma homogénea la estética western con la futurista, manteniendo los elementos de la primera y combinándolos con unos colores neón más propios de géneros como el cyberpunk. Por otro lado, sus trazados son limpios, creando formas geométricas que resultaría en algo similar a un low-poly en 2D que no abandona, por otro lado, el cartoon. De la mano de este estilo más «cuadriculado», vemos que los enemigos se mueven «a saltos», con animaciones sencillas y sin apenas cuadros por segundo (aclaramos que esto no se debe a ningún error de rendimiento, sino al estilo de la animación). Nuestro personaje, sin embargo, se moverá con fluidez, una decisión acertada que evita que nos podamos marear durante nuestras sesiones de juego.

Apartado sonoro
En cuanto al sonido, cumple perfectamente, con algún que otro sobresaliente además. Los efectos sonoros tal vez conformen el elemento menos fuerte de esta trinidad. Aunque son correctos, sentimos que se les pone poco énfasis, a un bajo volumen y una no envidiable falta de protagonismo que hace que pasen sin pena ni gloria. Sin embargo, como punto positivo, hay que destacar que es mejor esto a que se ensalcen de más y lleguen a resultar repetitivos (algo que pasa a menudo en algunos shooters, al ser los disparos un sonido reiterativo).
La música no es estridente y sirve de acompañamiento sutil a toda la acción, ambientando más que correctamente el entorno que nos rodea. Finalmente, el doblaje, disponible en inglés, nos ha parecido muy bueno, dotando a los personajes del carisma necesario para que empaticemos con todos y cada uno de ellos.
Edición física de Wild Bastards
Gracias a la distribuidora española Meridiem, ahora podremos disfrutar de Wild Bastards también en su edición física. Si eres un coleccionista empedernido, no esperes más para visitar su web y hacerte con el título desde tu tienda de videojuegos de confianza. Podéis consultar los puntos de venta disponibles haciendo clic aquí.


Conclusión
Wild Bastards nos regala una propuesta, cuanto menos, curiosa. Con dos mecánicas muy diferentes, logran implementarlas de forma genuina y natural, entregando un producto homogéneo en lugar de un intento de mezcla con dos juegos independientes como resultado. Es entretenido, llamativo en su apartado visual y satisfactorio en la jugabilidad. Si bien es cierto que con el paso de las horas, poco a poco, va resultando un poco repetitivo, es un título que te hará querer echar «solo una partidilla más», la cual se convertirá en decenas de ellas de forma irremediable.
Lo mejor
- Apartado visual muy llamativo por sus formas, colores y estilo en general
- Su jugabilidad engancha
- Cuenta con un muy buen doblaje
- Sus personajes y diálogos tienen carisma y amenizan los tramos carentes de gameplay
Lo peor
- Una menor variedad de mapas de la que nos habría gustado
- La jugabilidad puede volverse un poco repetitiva después de unas horas de juego
- La narrativa no tiene una profundidad destacable
Nuestra valoración de Wild Bastards
