Desde pequeña siempre me he interesado demasiado por la evolución del gameplay dentro de las sagas. Me parece muy curioso ver cómo las mecánicas de una saga, que han existido durante varias generaciones de consola, se adaptan a las condiciones de cada momento. Por ello hoy, en «Evolución de las mecánicas«, os comento las mecánicas del remake del mítico Final Fantasy VII.
Historia del título
Final Fantasy VII es uno de los juegos más aclamados tanto por crítica como por jugadores de la historia. Millones de personas se vieron maravillados cuando insertaron el disco dentro de su PlayStation en 1997 y vieron la mítica escena inicial. Siendo esto así, es un caldo de cultivo más que excelente para desear una renovación del título para los sistemas actuales.
Ya en el E3 de 2005 empezó a correr un rumor de un posible remake tras una demo técnica de este título en PlayStation 3, sobre el cual se llevaba años especulando. Finalmente, se terminó por anunciar esta obra para PS4 en el E3 de 2015 y no sería lanzado hasta abril de 2020.
Este relanzamiento fue un éxito en ventas, como cabría esperar, y sería el primer juego de una trilogía reviviendo los hechos contados en la experiencia original. Esto sería un aspecto que no estuvo exento de críticas, puesto que el remake solo contaría con la zona de Midgar. Sin embargo, la palabra «remake» en el título del juego, puede significar más de lo que suponíamos en su momento…
Mecánicas de Final Fantasy VII Remake
Al contrario que el título original, el cual contaba con un sistema de combate puramente JRPG por turnos, este pasaría a ser un action-RPG en toda regla. Nosotros podemos cambiar entre personajes durante las batallas para aprovechar sus habilidades únicas, ya que la IA se centra principalmente en la defensa y no usa habilidades o magia de manera proactiva. El Modo Táctico permite ralentizar el tiempo para planificar el uso de hechizos, habilidades y objetos. Además, se pueden bloquear ataques para reducir el daño, y esquivar, aunque esto no ofrece invencibilidad.
El sistema BTC es crucial, permitiendo usar habilidades una vez que las barras se llenan con ataques básicos. En el Modo Clásico, las barras BTC se llenan automáticamente, emulando el sistema por turnos del juego original. Los límites se desatan cuando la barra de límite está llena, proporcionando poderosos ataques sin consumir ATB, aunque estos se reinician después de cada combate. La mecánica de aturdimiento es nueva en este remake, permitiendo dejar a los enemigos vulnerables y aumentar el daño infligido, haciendo que esta estrategia sea esencial en las batallas.
Además, en esta entrega no podía faltar el mítico sistema de materias que tanto nos gusta a los fans de la saga. Esta mecánica nos permite personalizar las habilidades y hechizos de los personajes insertando materias en armas y armaduras. Existen varios tipos de materias: de magia (hechizos ofensivos y defensivos), de habilidad (habilidades tácticas), de soporte (mejoras a otras materias), de comando (comandos adicionales) e independientes (mejoras pasivas). Las materias ganan puntos de habilidad (PH) y suben de nivel, desbloqueando habilidades más poderosas. Este sistema fomenta la experimentación y la estrategia, permitiendo ajustar las capacidades del equipo según las necesidades del combate.
Futuro de la trilogía
Como sabréis, recientemente salió la esperada segunda parte de este título, Final Fantasy VII Rebirth para PlayStation 5. Este juego ha optado por un diseño más de mundo abierto que el remake, el cual contaba con un gameplay algo más lineal. Esta secuela continúa tras escapar de Midgar y llega hasta ese momento en el Templo de los Ancianos, aunque no haré spoilers del nuevo título.
Así, ya solo queda la última pieza de la trilogía, que esperemos que no tengamos que esperar mucho para ver en tiendas. Mientras tanto, en lo referente a la saga, seguimos expectantes, deseando que anuncien Final Fantasy XVI o Final Fantasy VII Rebirth para PC próximamente.
