Unas cuantas semanas atrás hablábamos de cómo se propagaban las enfermedades y ahora toca colocarnos del otro lado. En esta nueva entrega de Entre dados, hablamos de Pandemic y el control de enfermedades. Aunque haya una gran cantidad de ediciones con mecánicas y temáticas totalmente diferentes, nos vamos a centrar en el juego original, publicado por Asmodee.
¿De qué va Pandemic?
En esta ocasión seremos parte de un equipo especializado en la contención de enfermedades. Nuestra labor es controlar —y frenar— la expansión de cuatro enfermedades, antes de que se conviertan en una plaga mortal, y descubrir sus curas.
Para conseguir tan noble propósito deberás trabajar en equipo con el resto de jugadores. Tocará viajar por todo el mundo, tratando las enfermedades de aquellos que la padecen y reuniendo recursos para conseguir la cura. Parece fácil si tan sólo fuese una enfermedad, pero en este juego competiremos contra la propagación de 4 enfermedades simultáneas.
Como era de esperar, estas 4 enfermedades son terribles, con una alta tasa de contagio y que se propagarán con facilidad a menos que empecemos a tratarlas cuanto antes. Por si esto fuese poco —que no lo es—, también tendrás que lidiar con infecciones, brotes de contagio y, además de todo eso, con el estrés de ver cómo la situación empeora.
Transcurso de la partida
Durante nuestra partida de Pandemic, tendremos que erradicar las 4 enfermedades que asolan nuestro planeta, representadas mediante cubos de 4 colores. Cada jugador tendrá un turno completo; a pesar de que el juego sea cooperativo y todos los jugadores tengan voz y voto, los turnos son individuales. Hay 3 fases claramente diferenciadas en cada turno:
Puedes combinar como quieras —o puedas— las siguientes acciones: Puedes viajar usando una acción de movimiento, yendo de un punto a otro que esté conectado por una línea, o mas allá si tienes alguna carta que te lo permita. Si tienes la carta apropiada en tu mano, puedes construir un centro de investigación, o también puedes tratar la enfermedad, que se representa quitando un cubo de la ciudad en la que te encuentres. También puedes intercambiar cartas con tus compañeros, aunque para ello debéis estar en la misma ciudad y, por último, descubrir la cura, que de esta acción hablaremos un poco más tarde.
Una vez elegidas y jugadas las acciones como creas oportuno, toda reponer la mano. Para ello, se robarán dos cartas para formar nuestra mano de hasta 7, teniendo que descartar aquellas que sobrepasen este número. Pero cuidado con robar una carta de Epidemia, ya que se tendrá que jugar de manera inmediata. Eso hará que el medidor de propagación se incremente en 1, se infecte la ciudad que aparezca al robar una carta de infección y se baraje el descarte de infección y se sume al mazo nuevamente.
Por último, toca infectar ciudades, tantas como indique el medidor de propagación. Se sacan tantas cartas como el medidor indique y se coloca un cubo de enfermedad en cada una de ellas. Si alguna llega a 3 —independientemente de los colores que sean—, se produce un brote e infecta con un bloque a todas las ciudades con las que conecte mediante una línea, además de aumentar el indicador de brote en 1. Esto mismo se aplica si durante la fase anterior aparece la carta de Epidemia.
Conclusión
La partida se acaba de manera favorable si se consiguen las 4 curas dentro del tiempo disponible. No obstante, la derrota llega si ocurre la catástrofe con una de las siguientes opciones:
- El indicador de brote llega a la última casilla, una calavera nunca trae nada bueno.
- No quedan cubos de una de las enfermedades, lo que significa que esa enfermedad ha conseguido la victoria frente a los jugadores.
- Nos quedamos sin recursos, es decir, sin cartas que robar; no tendremos forma de plantar cara a las enfermedades y la humanidad estará condenada.
Aunque sólo sea un juego, Pandemic plasma la experiencia de todas esas personas que dedican su vida al estudio de enfermedades. A los que se adentran en lugares que países y gobiernos han dado por perdidos debido a la tasa de enfermedad. Aquellos que, contrarreloj, trabajan en laboratorios para desarrollar vacunas y evitar la propagación.
Todas esas personas que son invisibles a nuestros ojos y de los que solo nos acordamos cuando nos toca quedarnos encerrados en casa. Tal vez podamos cambiar el cristal con el que vemos la realidad y pensar que, quizás, deberíamos tener más investigación para ahorrarnos estos sustos.
