Ya que ha pasado un tiempo prudencial desde que el COVID salió de nuestros hogares y volviéramos a tener tranquilidad en nuestras vidas, podemos traer este juego. Para este Entre dados os traigo el juego de mesa basado en el videojuego con el mismo nombre, Plague INC de Ndemic Creations.
¿De qué va Plague INC?
Manteniendo la misma premisa que la del videojuego, el objetivo es extender la mayor pandemia sobre la faz de la tierra. En este caso, el juego de mesa tiene un giro con respecto a la versión digital, y es que estarás compitiendo contra el resto de jugadores, que tienen el mismo objetivo.
Como siempre ocurre en este tipo de juegos, la estrategia es la clave y tus decisiones te llevarán por un camino u otro. Al igual que tu enfermedad, deberás adaptarte y buscar la mejor combinación para infectar todos los países a tu alcance.
Para cumplir tu objetivo, tendrás todo un despliegue de mutaciones y posibles evoluciones para modificar tu enfermedad. Gracias a estas cartas podremos adquirir habilidades, como el medio de propagación, resistencia a climas o medicamentos, así como la letalidad y el contagio.
Hay que entender que la mecánica principal de este juego es la disputa por mayorías. Durante un momento del turno, se hará una comprobación en los países, y el jugador que tenga más extendido su virus será quien se lleve los puntos.
Transcurso de la partida
Una vez elegida la bacteria con la que empezarás —el resto de opciones se quedaron en la versión de KS—, toca decidir en qué país se crea el paciente cero; asimismo, también se decidirá con que habilidades empieza. Como todos los principios, apenas será contagioso, ni virulento, ni siquiera letal, pero eso cambiará con los turnos.
El turno comienza cogiendo un punto de victoria —en adelante PV— por cada país en el que seas la enfermedad predominante. Esto se hace contando el número de contadores de cada jugador en un país; quien tenga la mayoría se lleva el punto.
A continuación, se añade una carta de país al tablero de juego, y toca centrarnos en nuestra bacteria. Ahora es el momento en el que podemos mutar y evolucionar hacia nuevas cotas; para ello, usaremos las cartas que tendremos en la mano y los PV. Pagando el coste de la carta, podemos colocarla en nuestro tablero individual, y su efecto sería inmediato.
En cada carta de país podemos encontrar un número de huecos para contadores en base a la población del mismo, al cual podremos añadir una pieza de nuestro color por cada carta de habilidad que incremente nuestra infección. Podemos reforzar nuestra posición en un país en el que ya estemos presentes, o saltar a otro país del mismo continente o cruzar océanos si tenemos la capacidad de transmisión suficiente.
Una vez se han completado todos los huecos en un país, toca hacer una tirada. Con un resultado favorable —menor a nuestra letalidad—, el país colapsa y se gana un PV por cada contador en la carta.
Conclusión
Como no podía ser de otra forma, el juego se acaba una vez todos los países hayan sucumbido a alguna de las enfermedades y la tierra haya quedado totalmente exterminada. El jugador que tiene más puntos es quien se alza con la victoria, aunque sea como sea, es la humanidad quien pierde una vez más.
He de decir que es el típico juego fácil de entender —con unas mecánicas bastante sencillas—, pero difícil de dominar, ya que hay diversas estrategias y depende mucho del azar. Eso lleva a que la rejugabilidad sea prácticamente infinita.
Es un juego bien construido, con las mecánicas del videojuego bien adaptadas y que te da esa sensación de triunfo al ver cómo un país tras otro cae ante el monstruo que has creado.
Indiferentemente de cómo haya quedado el marcador, no te olvides de darle la enhorabuena a quien haya ganado, estrecharle la mano o incluso darle un abrazo, que ya lo pasamos suficientemente mal cuando nos privaron del contacto con nuestros allegados, como para encima enfadarnos por un juego. Que, aunque el juego trate de esto, no podremos contagiarnos más que del buen rollo de disfrutar jugando.