La primera PlayStation fue el mejor escaparate que tuvo el género del JRPG fuera del país del Sol Naciente. Títulos como Suikoden, Xenogears, Vagrant Story o Persona 2: Eternal Punishment, además de todos los Final Fantasy que aparecieron en esa plataforma, formaron parte de esta selección. En 2001, se lanzó la apuesta de Sony por el género: The Legend of Dragoon, un JRPG innovador con una jugabilidad y apartado técnico sin precedentes hasta la fecha. Hoy, en El pixel perdido, ahondamos en su historia.
El argumento cuenta las aventuras de Dart Feld, un mercenario que se ve involucrado en la lucha entre el reino de Basil y el Imperio de Sandora cuando este último ataca su pueblo natal y secuestra a su amiga de la infancia, Shana. A lo largo de su aventura, Dart descubre que posee el poder de los antiguos guerreros dragón, los Dragoon. A lo largo de los cuatro discos del juego, recorreremos el Continente Infinito intentando esclarecer los hechos de la Campaña del Dragón acaecidos 10.000 años atrás y evitar que un nuevo mal destruya el mundo.
El combate
Aunque el argumento parece muy típico (y lo es, a pesar de lo bien escrito que está), lo que realmente llama la atención de este juego es su combate. Se basa en turnos y tiene el ya manido sistema de piedra, papel y tijera con los tipos de ataque para explotar las resistencias y vulnerabilidades. Pero lo realmente revolucionario en el combate se trata del ataque básico. Este se realiza mediante combos que se pueden asignar como una habilidad más. Dentro del combate, los combos son Quick Time Events y exigen no fallar para hacer el máximo daño. Además, cuanto más usemos un combo, este subirá de nivel y causará más daño. Por último, durante su ejecución pueden aparecer contras del enemigo que nos causan daño si fallamos.

Otra genialidad que tiene el combate de este juego es la conversión en Dragoon, una especie de límite que nos permite acceder a distintos ataques mucho más poderosos. Cada uno de los ataques de los Dragoons es un minijuego distinto. Esto hace que nuestra habilidad sea imprescindible para realizar un daño considerable en este estado y que tengamos que «entrenar» y mejorar nosotros también junto con nuestros personajes.

La exploración
Este puede ser el apartado que más deja que desear del juego. No hay una exploración libre del mundo, sino que en el mapamundi sólo se te permite ir a zonas concretas y el viaje es automático, similar a lo que ocurría en el Final Fantasy X-2 o en el Lost Odyssey. En estas zonas exploras mapas prerrenderizados, que a pesar de ser bonitos, a veces pueden resultar un poco confusos. Por suerte, dispone de un sistema similar al del Final Fantasy VII, que permite ubicar a tu personaje y todas las salidas del escenario. Sin embargo, a pesar de no ser tan satisfactorio como en otros títulos, no supone un gran hándicap que impida disfrutar de The Legend of Dragoon.

Apartado técnico
A todo lo dicho con anterioridad hay que sumarle un apartado técnico muy bueno para la época, con un acabado similar al de Final Fantasy VII y unos efectos de luz y sonido increíbles en aquel momento. Estamos ante unos diseños de personajes y enemigos muy logrados e imaginativos (mención especial al Dragón Divino).

El apartado musical es notable y acompaña perfectamente la acción, principalmente los temas de combate. Además, cabe destacar la canción If you still believe, pieza principal del título.
Las escenas de vídeo también tenían una gran calidad, aunque tanto el audio como la imagen sufrieron la compresión de archivos de la época. Además, incluía voces en algunas partes importantes de la acción y eso era de agradecer en aquel momento.

Conclusiones
Seamos sinceros, tanto técnicamente como en la parte argumental, The Legend of Dragoon ya ha sido superado por otros títulos posteriores, pero para los amantes de los JRPG que disfruten de juegos clásicos como los Final Fantasy anteriores al 10 u otros similares como los Chrono Cross y Chrono Trigger, o los más modernos Golden Sun, este juego es un imprescindible. Tanto sus personajes como su argumento y jugabilidad hacen de este una joya única y que a día de hoy no se ha repetido.
Finalmente, creo que lo único que me queda por pedir a Sony es que le dé otra oportunidad a esta increíble saga y que nos permita jugar de nuevo a este diamante oculto de la PSX. Y a todos aquellos a los que os gusten los JRPG, es materia obligatoria probar esta maravilla atemporal.