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5 jefes en videojuegos clásicos con ‘muy mala leche’

Los jefes, para los videojuegos, son como la mantequilla para una rebanada de pan: sin ellos, se te queda una experiencia bastante sosa. Desde el nacimiento del concepto de jefe de fin de zona, que Phoenix puso de moda allá por 1982, se han convertido en una manera perfecta de demostrar que los jugadores merecen avanzar al siguiente nivel, como si de un examen se tratase.

Sin embargo, existen algunos contrincantes que son más duros de roer que un examen de álgebra a las 7 de la mañana, por ello, La Cuenta Atrás pone su foco sobre 5 jefes en videojuegos clásicos con muy mala leche, que han atormentado a miles de jugadores durante años. Abróchense los cinturones, que arrancamos…

5 jefes en videojuegos clásicos con 'muy mala leche', portada.

5. Boobeam Trap (MegaMan 2, 1988)

Pantalla del título de Mega Man 2.

Aunque su primo lejano, el Yellow Devil, es bastante más conocido por ser un ejemplo de un oponente muy duro, pero justo, la adorada segunda entrega de Mega Man alberga en su interior a uno de los jefes finales más puñeteros que se han dejado caer por un cartucho de NES.

Boobeam Trap acecha en el cuarto nivel de la Wily Fortaleza, uno de los últimos niveles de la aventura, y si bien su diseño puede parecer inofensivo, al tratarse de una extraña mezcla de una alarma de incendios y una torreta, es probablemente una de las pruebas más agobiantes que ha visto el bombardero azul de Capcom.

De todos los jefes de videojuegos clásicos de esta lista, Boobeam Trap es, sin duda, el más bizarro.
Boobeam Trap es una prueba de precisión, con mínimo margen de error.

Precisión de cirujano

La brutalidad de este desafío radica en una razón muy sencilla. Para derrotar a Boobeam Trap, los jugadores tendrán que destruir todos sus núcleos uno a uno, así como las paredes de metal que los protegen, haciendo uso del arma Crash Bomber, la única herramienta capaz de causar daños en su armazón. Sin embargo, existe un inconveniente.

La munición del arma de Crash Man es muy limitada. Tanto, que para completar la batalla será necesario vaciar por completo su munición sin fallar un solo disparo. Para más inri, acertar los primeros disparos no es tarea fácil, debido a la cantidad de parpadeo que ejerce la mera presencia de este jefe sobre la pantalla, al llevar al límite las capacidades de la consola.

Tampoco ayuda que Wily Fortaleza 4

4. Death Egg Robot (Sonic the Hedgehog 2, 1992)

Los títulos más clásicos de Sonic el Erizo ofrecían un desafío asequible para las habilidades de todos los públicos, con unas mecánicas de juego sencillas de entender, y que, con la suficiente maestría, permitían completar cada nivel en un abrir y cerrar de ojos. A su vez, las batallas contra el Dr. Robotnik carecían de la complejidad suficiente para suponer un obstáculo.

En cambio, existe una excepción a esta norma. El último enfrentamiento contra el científico rechoncho en Sonic the Hedgehog 2, uno de los títulos más queridos de la franquicia, se convirtió en un muro imposible de rebasar para muchos.

Combate contra el Death Egg Robot, uno de los jefes más recordados en el mundo de los videojuegos clásicos.
El Death Egg Robot es uno de los jefes más memorables de la historia de los videojuegos…
al igual que uno de los más frustrantes.

¿Dónde están mis anillos?

El Death Egg Robot, de por sí solo, es un armatoste infinitamente más complejo que cualquier otro artilugio de Robotnik hasta el momento. Con puntiagudos brazos extensibles, una mochila llena de bombas, y un jetpack para volar fuera del alcance del protagonista, su único punto débil es su estómago metálico. Un punto difícil de alcanzar mientras se mueve.

Lo que hace difícil a este jefe final es, sobre todo, la nula presencia de anillos, un factor que eleva la tensión de forma exponencial Más aún teniendo en cuenta que, para llegar hasta él, antes hay que destruir a Silver Sonic en todos los intentos. ¡Ojo que los continues son limitados!

Llega un punto en el que desguazar a Silver Sonic se convierte en rutina.

3. Arma Esmeralda (Final Fantasy VII, 1997)

La saga Final Fantasy fue una de las principales artífices del concepto de Super Boss, jefazos opcionales que, a menudo, eran incluso más poderosos que el oponente final de la aventura, y que existían con el único propósito de proponer un desafío implacable para los jugadores más expertos.

Si bien cualquier entrega de la franquicia posee un candidato para esta lista, el Arma Esmeralda de Final Fantasy VII siempre ha sido el contrincante que más niveles de animosidad ha generado entre los jugadores.

Arma Esmeralda, uno de los jefes más duro de los Final Fantasy Clásicos.
Curiosamente, Arma Esmeralda y Arma Rubí no estaban presentes en la versión japonesa original.

Más duro que el diamante… o la esmeralda

No hace falta más que un mero vistazo a la estadísticas de este jefazo para darse cuenta de un detalle aterrador: su salud de un millón de puntos de vida. Peor aún, es su set de movimientos, en especial, el ataque Aire Tam Storm, que se hace más poderoso cuantas más Materias hayan equipado los personajes jugables.

Uno podría pensar, “bueno, me quito todas las Materias y ya está, ¿no?” Sin embargo, la realidad es distinta. Pues no, ya que el combate tiene un límite de 20 minutos a menos que el jugador equipe una Materia muy específica. Sin una estrategia muy elaborada, es imposible no sudar sangre intentando vencer a esta monstruosidad.

Captura de pantalla de FF7.
Por lo menos, la recompensa merece la pena y mucho.

2. M. Bison (Street Fighter Alpha 3, 1998)

Aquellos jefes provenientes de juegos de lucha suelen venir acompañados de una serie de características, con el único objetivo de acabar con las 25 pesetas del jugador en apenas unos segundos. Sin embargo, existen ejemplos dentro de esta categoría que destacan todavía más por ser absurdamente crueles.

M.Bison, el villano por excelencia de la franquicia Street Fighter, no suele superar a los horrores que Mortal Kombat o TEKKEN tenían preparados para la recta final de sus respectivos modos arcade. No obstante, la encarnación del temible dictador presente en Street Fighter Alpha 3 es la excepción a la regla.

¡Buen intento, Ryu! Pero ese Psycho Crusher está un poco más ‘chetado’ de la cuenta.

¿Continue? ¿Qué es eso?

Como cabía de esperar, esta versión del líder de Shadaloo cumple con la lista completa de requisitos para ser el jefe final de un juego de lucha: lectura de comandos casi perfecta, patrones de ataque difíciles de memorizar y, cómo no, un movimiento especial que tumbará al jugador de un plumazo si este no reacciona adecuadamente.

Pero el verdadero crimen está en que, a diferencia de lo normal para una recreativa, perder ambas rondas supone el fin inmediato de la partida, con un final malo que obliga a quien esté a los mandos a volver a empezar desde el principio, con tal de tener otra oportunidad.

No tenía bastante con ser uno de los jefes más duros de la saga, tampoco te deja continuar la partida.
¿La pifiaste? De vuelta al principio. Pura poesía.

1. Muerte (Castlevania, 1986)

La franquicia que antaño fue la insignia de Konami, Castlevania, es conocida por albergar en su trilogía original algunos de los juegos más desafiantes de su época, una tríada de juegos de plataformas y acción en 2D conocidos por su justa, pero inmensa dificultad.

En cambio, el título original de 1986 enfrenta a sus jugadores contra uno de los muros más difíciles de superar del mundo de los videojuegos clásicos, y que hace honor a su nombre: la mismísima Muerte, que por algún motivo sigue órdenes directas del Conde Drácula.

Batalla contra la Muerte, uno de esos jefes en videojuegos clásicos que se graban a fuego en las memorias de sus jugadores.
Buena suerte esquivando esas guadañas, la necesitaréis…

Un ‘bullet hell’ mortífero

Haciendo aparición como jefe del Nivel 5, La Muerte requiere de una precisión absurda a la hora de saltar y atacar, con tal de detener la incesante aparición de guadañas voladoras que atacarán directamente a Simon Belmont tras unos instantes.

Recibir cuatro golpes mandará al cazavampiros a la tumba de un punterazo, por tanto, el margen de error es minúsculo, teniendo en cuenta que la Muerte es un oponente infinitamente más resistente. Aunque es cierto que hacer uso del Agua Bendita convierte este combate en un completo chiste, para ello hace falta llegar al final del nivel sin morir en ninguna ocasión, ¡buena suerte!

El pasillo podría considerarse como uno de esos 'no jefes' en videojuegos clásicos, pero que son igual de problemáticos. O peor.
El pasillo final antes de La Muerte es casi tan infame como el propio personaje.

¡Se acabó lo que se daba!

Llegamos al final de esta Cuenta Atrás, una semana más. Como ya es tradición, desde Punto de Respawn cedemos el testigo a ustedes, lectoras y lectores. ¿Tenéis un némesis en concreto en el mundo de los videojuegos? ¿Echáis de menos a alguien en esta lista? Estaremos encantados de leer vuestros puntos de vista, a través de los comentarios.

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Raúl Maraver

About Author

Frikazo ochentero en el cuerpo de un Gen Z cordobés. Periodista en desarrollo, amante de los videojuegos y los macarrones.

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