Finales de los 90. Ya habíamos sobrevivido a zombis, mansiones tenebrosas y sustos con perros atravesando ventanas gracias a Resident Evil. Pensábamos que estábamos curados de espanto… hasta que Capcom decidió cambiar cadáveres tambaleantes por dinosaurios veloces, listos para arrancarnos la cabeza. Así nació Dino Crisis en 1999 para la primera PlayStation, y vaya si nos dejó huella.
No era simplemente “Resident Evil con dinosaurios”. Era más rápido, más tenso, y con enemigos que no se quedaban quietos esperando a que te acercaras, te perseguían, te rodeaban y te hacían sentir como si fueras la presa en su territorio.

Regina y la misión que salió mal
Encarnabas a Regina, una agente especial que llegaba a la isla para investigar un experimento científico. No tardabas mucho en darte cuenta de que algo iba muy, muy mal, sangre en el suelo, instalaciones destrozadas y un silencio que ponía los pelos de punta… hasta que se rompía con un rugido.
Regina molaba. No era la típica protagonista que solo huye. Tenía carácter, sabía manejar un arma y no se dejaba intimidar. Pero da igual lo preparada que estuviera, cuando un dinosaurio salía de la nada, todos dábamos un salto del sofá.

Pocas balas y muchos nervios
La munición era escasa, y eso te obligaba a pensar dos veces antes de disparar. Muchas veces, la mejor opción era correr, cerrar una puerta y rezar para que no la atravesaran. Además, el juego no era solo pegar tiros. Tenías puzles que te hacían parar un momento y pensar, y decisiones que podían cambiar cómo se desarrollaba la historia. En su momento, eso se sentía muy diferente a otros títulos.


El ambiente que se te quedaba grabado
Lo que más recuerdo es el ambiente. Las luces parpadeando, los sonidos lejanos, los pasillos estrechos… Y ese momento mítico en el que el T-Rex rompe una pared o aparece por una ventana. Da igual las veces que lo hayas visto, siempre te sorprende.
La música apenas sonaba, y cuando lo hacía, sabías que venía algo malo. El resto del tiempo solo escuchabas tus pasos, algún portazo y, de vez en cuando, unas garras acercándose.

Un clásico que sigue pidiendo volver
Dino Crisis tuvo secuelas, pero la primera parte tiene algo especial. Mezclaba el terror con la acción de una forma muy medida, y encima con dinosaurios que parecían más listos que tú.
Han pasado más de veinte años, pero todavía hay gente pidiendo un remake. Y sinceramente, yo también. Porque aunque los gráficos de ahora sean mejores, pocas cosas te ponen tan tenso como escuchar un rugido y no saber por dónde te va a salir la bestia.




