Análisis

Análisis de Astrea: Six-Sided Oracles, imposible dejar de jugar

Si eres aficionado a los juegos roguelike, de estrategia y de construcción de mazos, estás de suerte. Little Leo Games y Akupara Games nos sorprenden con un adictivo juego de dados que entremezcla todos esos géneros, con un característico estilo artístico y un puñado de horas de diversión. ¿Estás listo? Hoy analizamos Astrea: Six-Sided Oracles: ¡Que comience la partida!

Fecha de salida21 de septiembre de 2023
Plataformas disponiblesPC
DesarrolladoraLittle Leo Games
DistribuidoraAkupara Games
Plataforma analizadaPC (Steam)

Historia

Astrea, la estrella madre del sistema, ha desaparecido, o al menos tal y como la conocíamos. Cuando el sistema estelar aún era próspero, Astrea regaló una reliquia a un niño de cada uno de los seis planetas que orbitan a su alrededor. Estos se denominaron Oráculos, guías para su pueblo, elegidos por la propia Astrea.

Ahora que la corrupción ha dominado el sistema estelar, tendrás que jugar como uno de los actuales Oráculos (descendientes de los originales). Deberás luchar contra el mal, purificando con tus jugadas la corrupción que ha acabado con Astrea y los habitantes de los planetas circundantes. ¿Serás digno de portar el Astrarium, la reliquia de la estrella?

Jugabilidad

En Astrea: Six-Sided Oracles, hay dos bandos claros: la purificación y la corrupción. Jugaremos como uno de los seis Oráculos, cada uno de los cuales tienen su propio estilo de juego y habilidades. Al principio solo tendremos desbloqueada a Moonie, la discípula astral, y a medida que juguemos iremos desbloqueando a los demás. Esto nos abre un abanico importante en lo que a nuestra forma de jugar se refiere, ofreciéndonos incalculables builds con las que disfrutar de nuestra aventura.

Partida utilizando a Moonie (Astrea: Six-Sided Oracles).
Partida utilizando a Moonie.
Partida utilizando a Cellarius (Astrea: Six-Sided Oracles).
Partida utilizando a Cellarius.

Mecánicas de juego de Astrea: Six-Sided Oracles

Las peleas consisten en la purificación de un enemigo corrupto. Tendremos que restarle puntos de corrupción (a modo de puntos de vida, para que nos entendamos) mediante la purificación (puntos de daño). De forma contraria, nosotros podremos recibir puntos de corrupción (daño) que nos resten puntos de purificación (vida). Cuando el contador de corrupción de un enemigo llega a cero, queda purificado y es vencido, quedando libre de la corrupción que le dominaba.

Los dados son el elemento más importante del juego (¡no, no se juega con cartas!). La estrategia reside en construir un «mazo» acorde a tu forma de jugar, así como los cambios que le hagas a los dados, los centinelas que elijas (una especie de compañeros que pelearán a tu lado), cómo y cuándo utilices tus virtudes (habilidades) o qué bendiciones estelares (habilidades pasivas) decidas seleccionar.

A menudo, se nos recompensará pudiendo incorporar un nuevo dado a nuestra colección. Será decisión nuestra cómo de temerarios queramos ser (el juego divide los dados «estándar» en Seguros, Equilibrados y Arriesgados).

Según vayamos avanzando en el juego, iremos consiguiendo esquirlas estelares, la moneda del juego. Con ellas podremos mejorar nuestros recursos y será de vital importancia que sepamos gestionarlas. Podremos usarlas para modificar las caras de nuestros dados, o comprar o mejorar centinelas, entre otras cosas.

Selección de un nuevo centinela.
Selección de una nueva bendición estelar.

Al inicio del turno, robaremos un número determinado de dados (puede variar en función de las bendiciones que tengamos o del efecto de ciertos dados; el límite de dados en la mano es de ocho). Los azules podremos tirarlos o no (los que no se utilicen, se descartan al final de turno, salvo excepciones), y estos serán generalmente beneficiosos o neutrales. Sin embargo, los rojos serán jugados obligatoriamente antes de que termine el turno; la mayoría de veces, tendremos que decidir si dañarnos a nosotros mismos o sanar al enemigo (aunque podríamos cambiar su color gracias a un habilidad). Pero no seremos los únicos con derecho a jugar, y es que los enemigos también tendrán uno o más dados que usar en nuestra contra; en su caso, siempre de corrupción (no nos lo iban a poner tan fácil, ¿no?).

¿Y si te dijese que corromperse no es del todo malo? Como lo lees. Nuestro oráculo tiene una serie de habilidades, a las cuales solo puede acceder cuando el nivel de corrupción las alcanza (las puedes ver justo encima de su barra de purificación). De nuevo, entra la estrategia y el modo de juego que cada uno decida llevar a cabo. Una de cal, otra de arena. Este tipo de habilidades, llamadas “virtudes”, se podrían usar varias veces por turno (si somos avispados), pero también contaremos con una virtud “especial” que solo podrá activarse una vez por turno pero que, como ventaja, no necesitará corrupción para estar disponible (se refresca al inicio de cada turno).

La barra de «vida» de nuestro personaje y las virtudes que posee.

Una de las cosas que más nos han llamado la atención es el componente roguelike del juego, nada común en el género de construcción de mazos. Cuando nuestro contador de purificación llega a 0, perdemos un corazón; si perdemos todos los corazones, perdemos la partida. ¿Y qué pasa entonces? ¿Repetimos el combate? No, no exactamente. Empezamos desde el principio, como en todo roguelike. Lejos de ser frustrante, se vuelve una forma perfecta de picarse con el juego y querer llegar cada vez más lejos.

Árbol de niveles, una interesante forma de avanzar

Aunque en Astrea: Six-Sided Oracles no existe un mapa como tal, sí que cuenta con una especie de árbol de niveles (divididos en capítulos), el cual se ramifica. En ocasiones, tendremos que decidir qué camino tomar, o incluso si enfrentarnos a un desafío mayor o menor por la diferencia entre el valor de sus recompensas.

Apartado técnico

Aunque no sea un juego exigente en cuanto a los componentes necesarios para moverlo de forma decente, debemos decir que su rendimiento es bueno y que no nos hemos encontrado bugs ni cualquier otro tipo de fallos en ningún momento.

Respecto al apartado artístico, su estilo es cartoon, sencillo pero muy cuidado. Abundan los colores fríos en su diseño, los cuales contrastan simbólica y literalmente con los rojos que representan la corrupción. Quiero mencionar también el diseño de los dados y de la interfaz, decorados en diversos casos con elementos que recuerdan a la astrología y que dotan al título de una ambientación más profunda, lo cual le sienta sumamente bien.

En cuanto al sonido, la música es bonita, pero repetitiva cuando llevas ya unas cuantas horas jugando. Los efectos de sonido cumplen su cometido, pero no destacan especialmente. Respecto a las voces de los personajes, hablan en un idioma ficticio, algo que nos parece acertado en un juego como este, dotándole de un aire místico acorde al lore que lo respalda.

Conclusión

Astrea: Six-Sided Oracles es un juego con un encanto especial. Si bien la narrativa podría ser más profunda, lo que prima aquí es la jugabilidad. Terminas una partida y te apetece iniciar la siguiente, y luego otra, y otra… Si te gustan los juegos de creación de mazos, Astrea podría ser el título perfecto para ti.

Lo mejor

  • Muy divertido y adictivo.
  • Originalidad en sus mecánicas, manteniendo las bases del género y haciendo un buen uso de ellas.
  • Buena variedad de elementos con los que personalizar nuestro modo de juego: personajes, centinelas, habilidades, dados…

Lo peor

  • El apartado sonoro cumple, pero no destaca demasiado.
  • La narrativa no es especialmente profunda, aunque por el tipo de juego que es, cumple perfectamente.
  • Hay demasiadas habilidades diferentes, lo cual es bueno, pero podría abrumar a un jugador que se inicie en el género de construcción de mazos.

Nuestra valoración

Sello - Te lo fumas (7-8)

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Akupara Games.

RedPunkda

About Author

Descubrió un mundo colosal a través del Dualshock de la PS1, del que nunca pudo salir. Desde ese momento, vive con los dedos sobre las teclas WASD, los joysticks y cualquier otro control que se le ponga por delante. Se dice que a veces suelta el mando para escribir.

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