Lil’ Guardsman es una aventura narrativa que se combina con el género de puzles y el point-and-clic. Dicho así, tal vez creas que es un juego más entre tantos, pero te equivocas. En el momento en el que entres en el universo en el que se encuentra el Sprawl, calzar las botas de la pequeña Lil será una responsabilidad más para ti, y es que ¡no cualquiera debe entrar en la periferia del castillo! Pero quédate con nosotros, que a ti sí que te abrimos las puertas a este análisis.
| Fecha de salida | 23 de enero de 2024 |
| Plataformas disponibles | PC, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S |
| Desarrolladora | Hilltop Studios |
| Distribuidora | Versus Evil |
| Plataforma analizada | PC (Steam) |
¿Qué nos cuenta Lil’ Guardsman?
La aventura nos sitúa en un universo de fantasía y magia, en un cóctel sumamente bien elaborado entre un estilo medieval y otro bastante actual y moderno. Manejaremos a Lil, una niña de doce años que ha tenido que cubrir a su padre, Hamish, en su puesto de vigilante de la puerta del Sprawl, la ciudad en la que se encuentra el castillo del reino. ¿Que por qué? Pues nada menos que para irse a apostar al goblinball, el deporte de moda. ¿Lo peor? Pues que el destino del reino dependerá de las decisiones que tomemos, principalmente permitiendo o no permitiendo la entrada a los distintos personajes que se presenten en la puerta.
Jugabilidad
Las mecánicas de Lil’ Guardsman se centrarán sobre todo en nuestro lugar de trabajo: la puerta del castillo. Nuestra labor será decidir, a lo largo de doce niveles, si cada visitante debe o no entrar al reino. Para ello, contaremos con tres acciones y muchas herramientas entre las que elegir para someterles a una exhaustiva investigación (así como con una máquina del tiempo, pero cuidado, podría ser peligroso!). Al terminar, dictaremos nuestro veredicto.
Aquí entran nuestras dotes de deducción, y es que no será sencillo determinar quién miente, oculta algo o tiene segundas intenciones maliciosas. Tal vez debas sacar el armamento pesado que guardas en tu caja de herramientas o apoyarte en tus consejeros reales para que te asesoren, pero… ¿estás seguro de que puedes confiar en ellos?
Al final de cada día, un breve texto nos explicará qué tal les va a los personajes a los que hayamos conocido y las consecuencias a corto plazo que nuestras decisiones hayan podido acarrear. ¿Y las consecuencias a largo plazo? Bueno… para eso tendrás que seguir jugando. Este dinamismo y tantas opciones diferentes hacen que Lil’ Guardsman sea un juego sumamente rejugable.
En Lil’ Guardsman… ¡tenemos licencia para investigar!
Lil’ Guardsman pone a nuestra disposición diversos recursos para llegar a una conclusión respecto a las intenciones de nuestros visitantes. La primera y más obvia es un mero interrogatorio, en el que, tras escuchar la respuesta del personaje, podremos dudar de él, provocarle o, simplemente, creer lo que nos dice. Esto nos puede dar alguna pista más sobre lo que realmente quiere hacer en el Sprawl una vez consiga burlar nuestra guardia.
Por otro lado, en nuestra caseta de guardián encontraremos un teléfono que nos permitirá contactar con los tres consejeros reales: Meg Stryker, la asesora de la princesa en asuntos militares; Isadora Ashe, una calculadora concejala; y el imprevisible bufón Jester Malcolm. Lejos de echarnos una mano, en ocasiones (en bastantes, de hecho) nos aconsejarán en función de sus propios intereses. Es por ello que también deberemos tener un ojo abierto con ellos. ¡Si es que no nos dan tregua!
La caja de herramientas: esta sí que no engaña…
Y es que a veces las palabras sobran, y es entonces cuando hay que recurrir a métodos más sofisticados. En nuestro puesto de trabajo dispondremos de una caja que contiene cinco herramientas, las cuales tendremos que mejorar y recargar con cristales mágicos (cada uso gastará un cristal, el cual tendremos que dejar ya puesto al inicio del nivel). El anillo decodificador, el detector de metales, el aerosol de la verdad, los rayos X y el látigo será nuestro arsenal de tortur…, digo… de investigación. Con todo ello, tendremos que buscar las incoherencias en los testimonios de quienes busquen la admisión.
Apartado técnico
Con unos controles sencillos, en el que tan solo utilizaremos el clic del ratón, Lil’ Guardsman ofrece una accesibilidad considerable, y es que solo apetece ponerse una mantita por encima, agarrar nuestra plataforma de preferencia y ponerte a jugar hasta que el cuerpo aguante. El título mezcla una divertidísima narrativa al más puro estilo de Matt Groening —entre otras muchas influencias—, con point-and-clic, puzles y, como no, aventura gráfica.
Incluso el propio juego parece reírse en ocasiones de sus propias mecánicas.
Por otro lado, en la versión de Steam no hemos notado caídas de FPS, bugs ni otras cuestiones que consideremos que deban ser solventadas en un futuro próximo, algo que se agradece mucho, puesto que es un juego que se estrena hoy mismo. El hecho de que ningún error estropee la experiencia de juego es un punto muy a favor.
Apartado gráfico y artístico
Cartoon, simple y llanamente. ¿Por su sencillez? No, en absoluto; por su buena representación de lo que ese término comprende. Se trata de un arte dibujado a mano que podría haber salido tranquilamente de cualquier serie de animación del estilo de Gravity Falls o Steven Universe, con ese humor tan característico que lo acompaña. Colores vivos y vibrantes, trazados limpios y escenarios llamativos, con unos personajes carismáticos que son la guinda del pastel.
Apartado sonoro
Lil’ Guardsman cuenta con una banda sonora original compuesta por Scott Christian, muy bien elegida, bastante variada y que, sin duda, contribuye a que todo el apartado técnico se sienta homogéneo. . El doblaje es probablemente lo que más destaca de este apartado, y es que el elenco está formado por actores de teatro y de comedia, entre otros, que dotan a los personajes de vida, dinamismo y muchísima personalidad, con unas actuaciones hilarantes que te sacarán más de una sonrisa.
Conclusión
Lil’ Guardsman es un juego que no va a decepcionar a los seguidores de los point-and-clic más clásicos. Con hilarantes actuaciones de voz, un arte digno de admirar, una jugabilidad sencilla pero con una ramificación compleja y un sinfín de referencias llenas de humor, no podemos más que animarte a darle una oportunidad.
Lo mejor
- Los apartados gráfico y sonoro, muy cuidados y acertados
- Una narrativa muy divertida, con el humor por bandera
- Muy rejugable, con muchas ramas en cuanto a la narrativa dependiendo de las decisiones que tomemos
Lo peor
- Su corta duración. No siendo extremadamente breve (12 niveles), tampoco es tan largo como nos gustaría. Aunque que un juego te deje con ganas de más no es una crítica demasiado dura, ¿no?
Nuestra valoración
Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Plan of Attack.
