Frédéric François Chopin nació en Polonia en 1810. Durante su vida se convirtió en uno de los mejores compositores y pianistas que conocemos hoy. Casi 200 años después, inspiró un juego JRPG por turnos basado en su música, su vida y su última noche vivo. Hoy vengo a presentaros, en El pixel perdido, Eternal Sonata, un gran juego de su generación que no tuvo la repercusión que debería.
Eternal Sonata salió por primera vez para la Xbox 360 en 2007 de la mano de Tri-Crescendo como desarrolladora y Bandai Namco como distribuidora. Un año después realizó su debut en PlayStation 3 con contenido adicional.
La última noche de un genio
La historia comienza en nuestro mundo, el 16 de octubre de 1849, en el lecho de muerte de Chopin. Tras sufrir de tuberculosis durante años, la muerte del maestro sería en la madrugada del 17 de octubre. Durante esas horas de sueño febril, la mente de Chopin creó un mundo de fantasía donde el artista vivió su última aventura (si, Eternal Sonata es un isekai).
En ese mundo, Frédéric conocerá a un variopinto grupo de compañeros que le acompañarán en su aventura con conflictos muy similares a los que vivió el propio músico en su vida. En este mundo fantástico los usuarios de la magia están enfermos por el uso del polvo mineral. Este remedio es un mutágeno con muchas propiedades beneficiosas para los humanos, pero que a la larga resulta perjudicial. Ese es el detonante principal que llevará a nuestros héroes a vivir una aventura donde tendremos que luchar contra las fuerzas del mal, que buscan el control de la sociedad y el poder a lo largo del mundo soñado por Chopin.
El guion de Eternal Sonata está muy bien escrito, con misterios que resolver, amigos y enemigos que no son lo que parecen, traiciones, giros y un sinfín de momentos que hacen que estemos enganchados al mando durante horas con la sensación de que no perdemos nuestro tiempo. Todo ello con un final digno de las mejores historias.
Una jugabilidad adictiva
El juego se basa en fases de exploración de escenarios relativamente abiertos y combates por turnos. Y es que son los enfrentamientos los que realmente tienen una mecánica distinta al resto de juegos de la época. Los enemigos se pueden ver por el mundo y cuando entramos en el modo de combate disponemos de una barra de tiempo que se consume al movernos o realizar ataques.
Durante nuestros turnos podremos realizar varias acciones, como movernos, hacer ataques básicos, curarnos a nosotros o a nuestros aliados, o usar objetos o magia. Durante los turnos de los rivales podemos realizar bloqueos y contraataques que dañan al enemigo. También podremos atacar cuerpo a cuerpo o a distancia, y muchas de las habilidades son zonales. Es por eso que hay una parte táctica muy potente al tener que mover los personajes y pensar en su localización al finalizar el turno, con un mundo de posibilidades. Si hemos colocado bien a nuestros personajes podemos, por ejemplo, realizar ataques a un grupo de enemigos y también curar a nuestros personajes en un mismo turno.
En realidad el combate es similar al típico juego táctico como los Fire Emblem, pero con libertad de movimiento. Esto hace que sea más difícil cogerle el tranquillo, pero mucho más sencillo y satisfactorio el combate cuando ya te has hecho con las mecánicas. Aún así, hay combates contra jefes que son realmente complicados y algunos requieren de varios intentos para entender sus pautas.
El culmen del Cel Shading
Desde la aparición del Cel Shading en la generación de PlayStation 2 fue una de las tecnologías más explotadas, sobre todo en juegos japoneses, y mejoró mucho a lo largo de los años (hasta el culmen del Dragon Ball FighterZ). En este juego hay una de las mejores representaciones de esta tecnología hasta esa fecha. Además, los efectos de luz a lo largo de la aventura son de las mejores, con un potente sistema de sombras que realza la belleza de los modelados.
Los juegos también son educativos
Eternal Sonata está dividido en capítulos. Cada uno de ellos se puede relacionar con un evento en la vida de Chopin y al inicio y fin de cada uno de ellos tenemos información real sobre el autor y sobre el momento socio-político que le tocó vivir. Sus viajes, sus relaciones, su enfermedad o su exilio son temas que se muestran en el juego y que dan una nueva profundidad a todo lo que ocurre en la historia. Todo ello está contado con imágenes del mundo real y con la música del compositor.
Estas partes del juego no son excesivas y, aunque corta la narración por completo, están muy bien integradas en la historia del mundo de fantasía. Si completas el juego, acabarás siendo un auténtico experto en la historia de Chopin y en una parte de la historia europea del siglo XIX.
La música que acompaña a un genio
Como era de esperar, la música de Chopin nos acompaña durante todo el juego. Sin embargo, la banda sonora creada por Motoi Sakuraba (compositor en otros juegos como Dark Souls, Baten Kaitos o Star Ocean) no se queda atrás. La música acompaña perfectamente la acción y los momentos más emotivos de la historia. Todos los temas tienen un acercamiento a la música clásica que resulta realmente inmersiva en la temática del título.
Conclusiones
Eternal Sonata es un JRPG distinto, con un argumento a la altura de los mejores, con un apartado técnico sobresaliente para la época en la que salió (a lo tonto ya han pasado 16 años) y un apartado sonoro digno de los principales referentes del género. Además, es uno de los mejores ejemplos que se me ocurren de que los juegos no son un entretenimiento vacío, sino que sirven para mejorar a la gente que los juega.
Actualmente es un título difícil de conseguir, pero os aseguro que es imprescindible jugar si os gustan los JRPG con un estilo clásico diferente. Durante muchos años ha estado en un top de mis juegos favoritos y estoy encantando de compartirlo con vosotros, pero, si todo lo que he dicho con antelación no ha sido suficiente para convenceros de la maravilla que es este juego, os dejo con un tráiler de su salida en PS3 que os pondrá los dientes largos:
