Últimamente el Japón feudal se ha puesto de moda dentro de los videojuegos, y una prueba de ello la encontramos en el éxito que han adquirido títulos como Ghost of Tsushima, Sekiro: Shadows Die Twice o Nioh, obras que se consideran la cúspide actual de un género capaz de transmitir las leyendas más llamativas del folclore nipón. No obstante, el recién llegado Rise of the Ronin, pese a sus detractores, es un juego que no tiene nada que envidiar a estos titanes de la industria.
Para empezar, el título nos cuenta el final del periodo Edo, una época en la que las políticas expansionistas de países como Estados Unidos, Francia o Reino Unido se ponía en continuo contraste con el sogunato tradicional de un Japón arraigado a sus creencias tradicionales. De esta forma, deja atrás la gloria de los señores feudales para contarnos cómo fueron las primeras llegadas de los barcos negros a la costas del país del sol naciente.
Un factor diferencial
Centrándonos en las principales virtudes y mirando más allá de jugabilidad y mecánicas, lo mejor de Rise of the Ronin, sin lugar a dudas, es la gran documentación llevada a cabo por Team Ninja, reflejando una serie de acontecimientos que fueron transcendentales para la historia del periodo Edo. Si hablamos en términos históricos, pocos juegos llegan al nivel de esta entrega de Sony. Cada personaje que aparece en el juego tiene a sus espaldas una historia que en muchos casos supera el sello “basado en hechos reales”. Un ejemplo de esto lo encontramos en el sogún Ii Naosuke, uno de los precursores de la apertura japonesa al mundo occidental que firmó el famoso Tratado de Kanagawa con el comodoro estadounidense Mathew Perry.
Con este punto de partida, ya cuenta con algo que lo hace “especial” de cara a la comparación con sus homogéneos, ya que un juego que respeta tanto el rigor histórico no es algo común en la industria, por ejemplo, en Ghost of Tsushima se parte de la invasión del imperio mongol, pero la realidad de esta ocupación y la masacre que supuso, dista bastante de las memorias contadas a través del juego de Jim Sakai, personaje que por ciertas similitudes debería haberse llamado Daisuke Tsuji.
Con esto no pretendo desacreditar la grandeza de otros títulos como Ghost of Tsushima, ya que muchas veces es necesario mezclar fantasía con ficción para crear una buena historia. Pero en Rise of the Ronin esto es algo que, simplemente, no sucede.
Los personajes que dan vida a esta trama
Debido al gran número de protagonistas con los que cuenta este juego, me es difícil pensar cuáles son los más importantes que, sí o sí, deberíamos mencionar en este artículo. Esto se debe a que el rigor y la potencia narrativa del juego se consigue exclusivamente por los secundarios que rodean al protagonista, ya que este aporta más bien poco al desarrollo de la trama.
Los filos velados no son más que un recurso para que el jugador sienta más interés por lo que le rodea, por eso mismo, el título emplea la técnica tradicional del protagonista silencioso y, gracias a esto, podemos profundizar en figuras como Ryoma Sakamoto, uno de los samuráis más reconocidos que a lo largo del juego vive su propio periplo en un camino de idas y venidas, a favor y en contra del sogunato; sin embargo, esto ocurrió de una manera idéntica en 1862 cuando Ryoma conoció a Katsu Kaishu.
Kaishu es uno de esos personajes clave para la apertura de Japón, la historia lo describe como un hombre visionario que comprendió lo que había detrás de las fronteras japonesas, siendo uno de los personajes más importantes en la Guerra Boshin.
Un género “distinto”
Dejando atrás los aspectos históricos que marcan su evolución, el juego como tal desprende un aura de lo más peculiar. En primer lugar, el sistema de combate no puede ser etiquetado de forma sencilla. ¿Es un soulslike? ¿Es un hack and slash? ¿Por qué hay headshots dignos de un shooter? Todas esas preguntas abordarán tu mente a lo largo de la aventura, y lo cierto es que no encuentro una respuesta 100% fiable a estas cuestiones.
Esto se debe a que toma como referencia varias mecánicas para crear un sistema propio, que más allá de si gusta o no, hay que reconocer que su fluidez y dinamismo es digno de mención, sobre todo si tenemos en cuenta que el manejo de múltiples personajes durante las misiones principales es un aspecto fundamental para acabar el juego en la dificultad máxima.
No obstante, es comprensible que para los fans acérrimos del rey de los pantanos (Miyazaki), este no sea el juego que buscan, debido a que la dificultad no se asemeja con exactitud a lo que sería un soulslike puro; sin embargo, tampoco es un paseo y cuenta con batallas que pueden ser auténticos desafíos. Además, es un juego más apto para todos los públicos gracias a la selección de dificultad.
¿Rise of the Ronin está a la altura?
Llegando ya al apartado final de este artículo, vamos a realizar una profunda reflexión sobre la premisa inicial que queríamos tratar: ¿Rise of the Ronin se ha consolidado como referente de los juegos japoneses?
Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta todos los aspectos que os hemos mencionado a lo largo del artículo y, si bien es cierto que este juego está un poco por debajo de sus competidores en aspectos como la profundidad o los combates, la realidad es que cuenta con esos elementos que le hacen ser más único y un juego indispensable para todas esas personas apasionadas por la historia.
En conclusión, lo que ha hecho Team Ninja es el resultado de arduas investigaciones que nos permiten comprender y conocer cómo era Japón de verdad, mostrando la realidad más próxima en varios aspectos que denotan la verdadera forma de vivir que tenían los samuráis, pues en esta sociedad el honor no era tan habitual como otros aspectos negativos de la historia, entre los que destacan la xenofobia y las traiciones.
