El mundo de los juegos de rol es extenso, desde títulos como los The Witcher (donde jugamos como el archiconocido Geralt de Rivia) a The Elder Scrolls: Skyrim (donde usaremos al Dovahkiin, un personaje creado por nosotros). Pero todos ellos tienen en común que transcurren en mundos de fantasía, con multitud de magias y monstruos que cazar. Pero ¿qué pasa cuando a estos juegos les quitamos la fantasía? ¿Cuándo no hay dragones o grifos, ni son mundos ficticios, sino una Bohemia en el antiguo Sacro Imperio Romano? Hoy, en Jugando con la Historia, jugaremos al Kingdom Come: Deliverance de la mano de Warhorse Studios y lo descubriremos.

El principio de todo
En el juego encarnamos a Henry, el hijo de un herrero. Henry vive en la pequeña aldea de Skalitz en la región de Bohemia, que forma parte del Sacro Imperio Romano. Su padre enseña el oficio de la herrería a Henry, aunque este está más interesado en beber y buscarse problemas con sus amigos. Bueno, eso y en tener aventuras; le gustaría salir a ver mundo en lugar de vivir toda su vida en la aldea.
Tristemente, su deseo se cumple cuando la aldea es atacada por mercenarios, matando a casi todos los habitantes de la misma, incluidos sus padres. Henry al fin vivirá la aventura que deseaba, buscando al culpable del ataque y obteniendo su venganza.

Forjando la historia
Ya en el principio empezamos con detalles históricos bastante importantes. Skalitz es una aldea real (aunque en la realidad tiene el nombre de Stříbrná Skalice). Además, el asalto que sufre al principio del juego es uno que ocurrió en 1403 (justo el año en el que se ubica el juego).
Y, como era común en la Bohemia de 1403, Henry no es ni el más inteligente ni el más fuerte del lugar. Henry estaba siendo criado por un herrero, por lo que no sabe ni luchar, ni leer, ni nada parecido. Aun así, se las arregla para ponerse al servicio del señor Radzig Kobyla, impresionándole con su empeño para vengarse.
Para sorpresa de nadie, el propio Radzig está también basado en una persona real. En concreto está basado en Racek Kobyla ze Dvorce. Poca información hay sobre él, pero se sabe que era un caballero al servicio del rey Wenceslas, y que estuvo al cargo de la aldea de Stříbrná Skalice cuando esta fue atacada en 1403 por Sigismund.

Realismo (casi) absoluto
Y es que el juego se esfuerza en reflejar hasta el milímetro el cómo sería tener una aventura en la época. Como hemos dicho antes, Henry no es precisamente el hombre más brillante. Y es posible acabar convirtiéndole en un ejército de un solo hombre, con una mente brillante y un carisma arrebatador, pero eso nos va a llevar tanto esfuerzo como tiempo. Y dinero, pues algunas habilidades solo podemos aprenderlas de un maestro (y otras simplemente se entrenan más rápido con uno).
Tendremos que cuidar también la alimentación, pues Henry necesita sustento. Incluso tendremos que cuidar la ropa que llevemos, pues armaduras más pesadas nos protegen más, pero llaman también más la atención y nos dificultan la movilidad e incluso la vista en el caso de los cascos. Incluso la más pequeña de las heridas puede derivar en problemas mayores si no la curamos enseguida. Y, por supuesto, el equipo hay que mantenerlo en buen estado, pues se desgasta con el tiempo y el uso y, si lo descuidamos, puede acabar rompiéndose en un mal momento.

Pero no todo el realismo se basa solo en lo que podemos o no hacer, sino también en la Bohemia que nos rodea. También se mostrará en la arquitectura de los distintos edificios y fortalezas que veremos, así como las conversaciones del aldeano medio y en sus actitudes.
La enciclopedia en el juego
Los desarrolladores han hecho un gran esfuerzo en investigar todo lo posible la época. Nosotros mismos podremos disfrutar de esa labor ya no solo jugando al juego, sino consultando la extensa enciclopedia que este posee, cuyas entradas iremos desbloqueando a medida que vamos avanzando.

Sin duda, es un juego muy recomendable si a uno le apetece un juego de rol que se salga de la norma. Por supuesto, también lo es para aquellos que estén interesados en la vida medieval. Por no hablar de que su segunda parte ha sido anunciada hace poco y, sabiendo que la secuela se acerca, nada mejor que jugar al primero para prepararse.