Nioh 1 fue un éxito. Su complejo estilo de combate junto a una ambientación interesante acabó siendo un completo éxito para Koei Tecmo, así que no fue sorpresa ninguna cuando anunciaron la secuela. Aunque, quizá más sorprendentemente, el juego acabó siendo una precuela del primero. Estaremos en primera «fila» durante el gobierno de Oda Nobunaga, bajo los ojos de un nuevo personaje, Hide, y de Tokichiro. Y es que aunque es un tanto largo de explicar, estos dos están basados en una persona real, que es justo de quien hablaremos en esta ocasión. Así que hoy, en Jugando con la Historia, jugaremos con la historia de Hideyoshi en Nioh 2.
La unión entre Yokai y humanos
Esta vez nuestro personaje jugable es Hide, un avatar creado por nosotros que resulta que es medio Yokai, al igual que su madre, la cual es asesinada por uno de estos seres cuando es joven, pero Hide se salva y acaba viviendo apartado en su casa, sobreviviendo mediante la caza de Yokais. Un día recibe una misteriosa carta, pidiéndole ir a una aldea a salvarla de estas criaturas, donde conocerá a un vendedor de piedras espirituales llamado Kinoshita Tokichiro; juntos deciden colaborar para hacerse con más Amrita.
Igual que el primer Nioh, este se ubica en la era Sengoku. Y es que ese es uno de los nombres con el que se conocía a Toyotomi Hideyoshi, uno de los Tres Grandes Unificadores de Japón (junto con el ya nombrado Nobunaga, y Tokugawa Ieyasu). ¿Pero cómo puede alguien de orígenes tan humildes acabar convirtiéndose en una de las personas más importantes de todo Japón? Eso es lo que veremos.
«Pero espera un momento, ¿no habías dicho que los dos están basados en UNA persona real?» Si sí, eso lo vamos a explicar también.
El humilde origen del Mono
Pese a no ser un vendedor de piedras espirituales en la vida real, Tokichiro también fue de orígenes muy humildes; era un campesino sin ningún tipo de linaje samurái. Lo más cercano a ello era su padre, que era un Ashigaru (que literalmente significa «pies ligeros» y eran campesinos contratados por samuráis y daimyos para hacer de infantería). Su padre murió cuando Tokichiro tenía solo 7 años y, según las habladurías, este fue a estudiar a un templo, pero no le gustó la vida allí y decidió irse en busca de aventuras.
Empezó su carrera sirviendo a Matsushita Yukitsuna del clan Imagawa, pero lo abandonaría tiempo después para servir a Nobunaga. En el juego, en cambio, tanto él como Hide irán completando encargos hasta llamar la atención de Saitō Dōsan. En una misión irán a rescatarlo, pero por ironía del destino, el propio Saitō es quien se acabará sacrificando para salvar a Hide al descubrir que este es su hijo perdido. Al igual que pasó en la realidad, Tokichiro pasará a servir a Nobunaga, aunque lo hará junto a Hide en el juego.
El ascenso del mono
Bajo el servicio de Nobunaga, Tokichiro rápidamente empezará a cosechar éxitos militares (aunque en el juego son en gran parte gracias a Hide). Tal es su éxito, que Tokichiro empezará a ascender entre los rangos de Nobunaga hasta volverse no solo Samurai, sino uno de los generales más importantes de este. Se ganó su respeto, aunque también el mote de «Saru» o «mono».
Durante el servicio con Nobunaga es también donde adquirió el nombre de Hashiba Hideyoshi. En la vida real, este estaba formado por partes de los nombres de otros de sus oficiales más importantes: Hashiba en japonés es 羽柴 y está formado con los nombres de Niwa Nagahide (丹羽 長秀) y Shibata Katsuie (柴田 勝家), mientras que Hideyoshi es 秀吉 y está formado con los nombres de Akechi Mitsushide (明智 光秀) y Mori Yoshinari (森 吉成).
En cambio, en el juego Nobunaga le da esa identidad tanto a Hide como a Tokichiro y el nombre es una combinación de los dos, aunque eventualmente Tokichiro acabará tomando la identidad para sí mismo después de ciertos eventos del juego.
La conquista del mono
En 1577, Nobunaga ordenó a Hideyoshi continuar la conquista hacia el Japón Oeste, lo que le llevó a atacar la provincia de Bitchū (que estaría en lo que se conoce ahora como la provincia de Hiroshima) en el denominado Sitio del Castillo Takamatsu.
Pero hubo un cambio de planes cuando Nobunaga fue traicionado por Mitsushide, en el conocido Incidente de Honnō-ji. Sabiendo de la muerte de su señor, rápidamente acabó el sitio y se fue rápidamente a vengarle, logrando finalmente dar caza y derrotar a Mitsushide en la batalla de Yamazaki. Gracias a este logro, Hideyoshi pudo ponerse al frente de las fuerzas de Nobunaga, volviéndose el nuevo señor de estos.
Hideyoshi decidió continuar el objetivo de Nobunaga de conquistar Japón. Por el camino se enfrentó a Ieyasu Tokugawa por ver quién estaría a la cabeza del clan Oda, pero después de una batalla sin un claro vencedor, decidieron aliarse en su lugar. Sin obstáculos que le frenaran y con la ayuda de su antiguo rival, Hideyoshi continuó con la conquista. El emperador le dio el rango de Kampaku y más adelante el de Dajō-daijin o Canciller del Reino, y le concedió el nombre familiar de Toyotomi. Al final, Hideyoshi logró lo que su maestro empezó: unificar Japón.
El reinado del mono
Hideyoshi hizo ciertos cambios administrativos, como la prohibición del uso de armas por parte de granjeros, mercaderes, monjes, etc. También se dedicó a la destrucción de distintas fortalezas por todo Japón, dado que ya no servían ninguna función. Luego le pasó su rango de Kampaku a su sobrino Toyotomi Hidetsugu.
Hecho esto, Hideyoshi empezó una campaña para conquistar Corea con el objetivo final de conquistar también China, India y las Filipinas, aunque jamás logró pasar de Corea. Cinco años más tarde lo volvió a intentar en 1597, con resultados similares. Estas campañas se conocen como las Guerras Imjin. El fin de la guerra la marcó la muerte del propio Hideyoshi a los 62 años. En cuanto este murió, el interés de Japón por el resto de Asia desapareció y las relaciones entre Corea y Japón se estabilizaron.
El legado del mono
Cuando Hideyoshi murió, no tenía ningún hijo con su esposa, aunque sí con una de sus concubinas, pero este solo tenía 5 años. La pérdida de un fuerte liderazgo hizo que el país se fragmentara una vez más, eventualmente separándose en dos partes: el bando de los Tokugawa con Ieyasu al frente y los leales al clan Toyotomi liderados por Ishida Mitsunari. En solo dos años, Ieyasu se hizo con la victoria definitiva en la Batalla de Sekigahara, unificando Japón y volviéndose el tercero de los Tres Grandes Unificadores de Japón.