Análisis

Bambas! no es un juego, es una experiencia

Si el veranito te tiene con ganas de pasear, tenemos el juego perfecto para que lo hagas sin achicharrarte en el intento. Bambas!, el walking simulator por excelencia, te invita a recorrer la ciudad en los zapatos de… bueno, pues eso, ¡de unos zapatos! Y es que lo que no falta nunca en los trabajos del estudio que dio vida a Minabo es la originalidad. ¡Átate los cordones, que empezamos!

Fecha de salida: 27 de junio de 2025
Desarrolladora:
DevilishGames
Distribuidora:
DevilishGames
Plataformas disponibles:
PC, Nintendo Switch, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces:
Plataforma analizada:
PC (Steam)

Historia: Ni a la suela del zapato

Bambas! no cuenta con una trama propiamente dicha. Se trata de un juego que mezcla el género walking simulator y sandbox, en el que encarnamos (o embotaremos) a un par de zapatos que simplemente recorren la ciudad. Por el camino, conoceremos a varios personajes: algunos nos ofrecerán misiones que nos darán algo que hacer mientras descubrimos la urbe; otros simplemente dejarán caer algún comentario relacionado con su historia o forma de ser. Hay bastantes que descubrir, aunque sus diálogos no te tocarán la patata ni te dejarán pensando en tiempos mejores. Simplemente dan vida a su mundo, dan personalidad a su ciudadanía, pero no mucho más. Su auténtica narrativa va de otra cosa, pero ya hablaremos de ello más adelante.

Jugabilidad: Paso a paso

Para jugar a Bambas! es necesario disponer de un mando. No es que estrictamente no se pueda hacer sin él, sino que cuenta con unos controles para teclado realmente enrevesados, por lo que os recomendamos usar cualquier tipo de gamepad, juguéis en PC o en consolas. A rasgos generales, ya con nuestro mando entre manos, diremos que cuenta con uno de esos controles fáciles de entender pero difíciles de dominar, lo cual es bueno, aunque un poco frustrante cuando piensas que, para una de las pocas cosas que tenías ya controladas en la vida, que es caminar, ahora tienes que sacarlo de la lista.

Pero, volviendo a Bambas!, os explicamos cómo nos movemos. Para levantar un pie, usaremos el gatillo correspondiente, y para moverlo utilizaremos el joystick del mismo lado. De igual manera lo haremos con el pie contrario. Así de simple. Continuemos.

Interactúa con el entorno, vive la calle

La ciudad de Bambas! está viva, y no nos faltarán elementos con los que interactuar. Pisotear, patear o hacer equilibrismos en cada bordillo o barra que veamos será el ABC de este inusual título. En nuestra opinión, es uno de los puntos que hacen funcionar su propuesta. Cada nuevo objeto que veas te llevará a pensar: «¿Qué pasa si lo piso o le pego una patada?». Y os diremos que, a menudo, los creadores habrán pensado en ello antes que tú. Desde activar fuentes de pie hasta encasquillar nuestro propio talón en una lata vacía (¿quién no ha hecho eso alguna vez cuando era niño?), Bambas! desprende unas vibes tan de infancia de los años 80-90 que es casi inevitable que quienes crecimos entre yoyós y tamagotchis no sintamos algo removerse en nuestro interior. Y es ahí donde la auténtica narrativa hace su magia, es ahí donde las palabras no hablan, pero sí lo hacen las sensaciones, donde Bambas! te llama, te da veinticinco pesetas y te manda a comprar chuches al kiosco del barrio.

¿Tu misión? No dejar baldosa sin pisar

Una gran parte de las mecánicas del título se rige por la búsqueda de coleccionables. Estos no son objetos únicos como tal, sino ciertos elementos comunes de la calle con los que el juego nos animará a interactuar. Entre ellos, encontramos las hojas secas, las alcantarillas, las latas, las colillas encendidas o los charcos (estos últimos solo cuando llueve), todos ellos destinados a terminar bajo la suela de nuestro zapato. Si bien no son misiones al uso, picarán a todo jugador completista que calce las bambas. Son desafíos fáciles de completar, entretenidos y variados, aunque más allá de ello podrían no ser un motor lo suficientemente fuerte como para impulsar a los jugadores a recorres sus calles durante largas sesiones de juego.

Vuelve a ser un niño

Cuando eres niño, cualquier paso que des se puede convertir en una aventura, una hazaña asombrosa o una liada monumental. En Bambas!, esto se refleja a la perfección. Mientras callejeamos, encontramos diversos retos contrarreloj, tales como «el asfalto es lava» —en el que tendremos que pisar únicamente las líneas blancas de los pasos de cebra— o el endiablado circuito de tiza, en cuyo recorrido tendremos que guiar una pelotita de papel de principio a fin (con muchos reinicios entre medias, porque anda que no se las trae el condenado papelito). De nuevo, nos transporta a aquellos tiempos en los que los que peinaban canas eran otros.

La libertad que ofrece una ciudad llena de elementos a los que subirse e investigar, así como los secretos que encuentras cuando ya creías haberlos vistos todos, hacen que este título tenga un algo especial, algo que te saca una sonrisa en ocasiones y que te hace rechinar las suelas en otras, pero siempre con un tinte nostálgico y tierno.

Hecho un pincel

Pero Bambas! no sería Bambas! si no pudieses gastarte las pelas que encuentres en cambiar tu apariencia. Con una considerable selección de colores y estilos de calzado, alguna vez que otra te encontrarás racaneando un par de moneditas en la fuente para hacerte con esas deportivas guapísimas que has visto en el menú de personalización. Y es que el dinero no da la felicidad, pero a mí me pone de muy buen humor estrenar unas zapas tipo skate y ponerlas perdidas de agua sin consecuencias en un día de lluvia. ¿A ti no?

Apartado técnico

Desgraciadamente, en este apartado nos toca embarrarnos las bambas y contaros que, al menos en la versión a la que hemos jugado, que es previa al lanzamiento, hemos experimentado varios errores desagradables. Sin embargo, estos no son constantes ni graves, más allá de provocarnos algún chasqueo fastidioso de lengua. En nuestro caso, hemos visto cómo objetos del entorno aparecían y desaparecían sin sentido, y hemos sufrido un cuelgue que, por suerte, no derivó en ninguna pérdida de datos guardados. Obviamente, creemos que este tipo de errores se pulirán antes del lanzamiento, pero es un detalle que en un análisis no debemos pasar por alto.

Apartado gráfico y artístico

El arte de Bambas! va muy de la mano del estilo urbano, reinando los tonos grises de las aceras y el asfalto, con grafitis que reflejan bien el espíritu callejero y diseños sencillos que lo alejan del realismo, rozando más lo cartoon e incluso en cierto modo el new school. Las figuras redondeadas de su interfaz también dotan al título de una perspectiva más amable, e incluso más noventera, con colores vibrantes que resaltan en esa moderada monotonía de las zonas más apagadas de la ciudad.

Apartado sonoro

La música en bambas es un mero acompañamiento, una lista de reproducción que da ritmo al gameplay (literalmente), pero que no se quedará en tu memoria pese a ser algo repetitiva. Tiene ese estilo urbano y animado que encaja perfectamente con el título, eso sí, y ya desde el inicio ayuda a perfilar el estilo general que nos enseña su propuesta.

En cuanto a los efectos de sonido, son francamente buenos, realistas y agradables de oír. Se escuchan un poco bajos en relación con la música, por lo que tal vez tengas que acomodarlo en los ajustes para disfrutar de sus sensaciones. Por otro lado, el sonido ambiente cae en la maldición del loop, y en ciertas zonas te aburrirás de escuchar, por ejemplo, el mismo grito de infante que se escuchará cada ciertos segundos en bucle. Aunque, quitando ese tipo de sonidos más concretos en los que algo resalta (como dicho grito, reconocible al oírlo una vez tras otra), la ambientación es buena y te ayudará a sumergirte en su mundo.

Conclusión

Bambas! es un título inusual que me ha llevado a los años 90 del barrio en el que crecí. Este walking simulator de manual te sacará más de una sonrisa y te hará recordar «tiempos mejores». Su narrativa no destaca por sus textos, ni siquiera por su trama (porque directamente no la tiene); lo hace por la forma en la que te va introduciendo esa curiosidad infantil tan difícil de paliar cuando somos pequeños y tan fácil de añorar cuando ya somos grandes.

Sus mecánicas son divertidas, sus coleccionables variados y su mapa lo suficientemente extenso como para que las cosas te queden «lejos» como para ir a pie, pero no es un juego para todo el mundo. Bambas! es un sandbox en el que perderse durante unas horas, donde tener la libertad para curiosear, romper y escalar de la que ya no te puedes permitir disfrutar en la vida real. Tiene sus contras, como fallos técnicos o una jugabilidad casi con fecha de caducidad por su sencillez, pero creemos que te hará pasar un buen rato si, como muchos de nosotros, fuiste un niño de barrio, un infante curioso que no se ha terminado nunca de marchar.

Lo mejor

  • Presenta una propuesta original y divertida
  • El factor nostalgia golpea fuerte, especialmente a quienes el callejeo de la niñez nos queda ya un poco lejos
  • Pequeños golpes de humor, tanto en ciertas interacciones con el entorno como en los diálogos con los NPC

Lo peor

  • Existen ciertos bugs que podrían mermar la experiencia de juego
  • Tras unas horas recorriendo sus calles, las mecánicas se vuelven un tanto repetitivas

Nuestra valoración de Bambas!

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por DevilishGames.

RedPunkda

About Author

Descubrió un mundo colosal a través del Dualshock de la PS1, del que nunca pudo salir. Desde ese momento, vive con los dedos sobre las teclas WASD, los joysticks y cualquier otro control que se le ponga por delante. Se dice que a veces suelta el mando para escribir.

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