Análisis

Ninja Gaiden: Ragebound, dos clanes y un solo destino

Ninja Gaiden: Ragebound no es solo el ejemplo perfecto de cómo hacer bien las cosas. Es una prueba magnífica de que lo retro y lo modernos se pueden unir en perfecta armonía. Aquí lo importante es el gameplay (sin desprestigiar la historia, por supuesto), pero lo que hace de Ninja Gaiden todo un juegazo son sus tintes arcade, así como no caer en la problemática de hacerte desistir por frustración. Descubre los detalles de esta última entrega conmigo y prepárate, porque este ninja no va a dejar de correr en ningún momento.

Fecha de salida: 31 de julio de 2025 (digital) | 12 de septiembre de 2025 (físico)
Desarrolladora:
The Game Kitchen
Distribuidora:
Dotemu, Tesura Games
Plataformas disponibles:
PC, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces:
Plataforma analizada:
PlayStation 5

Historia: Dos clanes ninja y un mar de demonios

Ya ha llovido desde el primer videojuego de esta saga, nada menos que 36 años, pues el primer Ninja Gaiden salió en 1988. Y muchos os preguntaréis: ¿y qué me aporta a mí ese dato? Pues, aunque Ragebound se puede jugar sin conocer nada de la saga, es curioso saber que trascurre de manera simultánea con la historia del primer título original.

Ryu Hayabusa acaba de recibir la peor de las noticias: su padre acaba de ser asesinado. Apenado y con sed de venganza, coge su espada y se marcha a Estados Unidos a buscar al culpable. Así es como arranca la saga en su primera entrega. Y, ahora sí, centrémonos en Ragebound.

Mientras tanto, en ausencia de Ryu, su joven aprendiz Kenji Mozu se verá arrastrado por una marea de demonios que, estos, por alguna razón desconocida, asolan la ciudad. Por otro lado, tendremos a Kumori, una asesina del clan rival de los Hayabusa, Las Arañas Negras, que será testigo de la invasión de su guarida por cientos de demonios. Ambos terminarán en un portal demoniaco, atraídos sin saberlo a una trampa en la que los dos tendrán que tomar una decisión que unirá sus destinos para siempre.

La historia de Ninja Gaiden: Ragebound parece muy simple, pero cumple con creces con lo que el juego necesita. Sus personajes están bien escritos y son carismáticos, los villanos son variopintos y la relación principal entre Kenji y Kumori hace que siempre tengas ganas de seguir hasta el final.

Jugabilidad: Sabor a recreativas de los 90

Algo que destaca enormemente de este juego, aparte de su apartado artístico (del que ya os hablaré luego), es su majestuosa jugabilidad. Acción en scroll lateral 2D que, en un ejercicio casi impecable, logra trasladar todo el sabor retro de la saga a un ritmo más rápido y frenético, aprovechando la tecnología actual para dejarla brillar. ¡Y qué brillo! Lo que más llama la atención en general es que es un juego muy arcade. Casi te dan ganas de echar una moneda en cada partida.

Kenji y Kumori tienen una simbiosis maravillosa que permite al jugador exterminar enemigos a una velocidad pasmosa. Esto hace que juegues y rejuegues sus fases, a priori rápidas, hasta que asciendas en el ranking lo máximo posible.

¡Al ataque!

Como en muchos otros juegos de acción, hack & slash e incluso de esta misma saga, Ragebound se compone de fases rápidas, en las que la mayoría de veces te las tendrás que ver con un boss final. Una vez terminada, se nos asignará un rango que nos servirá para conseguir ítems y habilidades. Así, fácilmente nos picaremos con nosotros mismos para conseguir las mejores puntuaciones, ya os lo digo yo.

Cuenta con una jugabilidad de corte clásico, prácticamente retro, que le sienta a este título increíblemente bien. Lo convierte casi al instante en un clásico moderno imprescindible para todo aquel al que le gusten experiencias como Shinobi, Strider, o incluso Metal Slug y Gunstar Heroes.

En esencia, la jugabilidad no tiene pérdida. Cuenta con controles rápidos y sencillos, pero con la suficiente profundidad para poder crear tu propia build a la hora de jugar. Kenji será el maestro del cuerpo a cuerpo, mientras que Kumori nos permitirá hacer daño a los enemigos más alejados gracias a sus kunais.

Tendremos una modesta cantidad de ataques especiales que iremos consiguiendo a lo largo del juego, e incluso algunos de gran potencia que podremos ejecutar al llenar una barra mientras matamos enemigos.

Entre fase y fase, podremos configurar nuestros movimientos gracias a una tienda que nos dejará intercambiar los coleccionables por amuletos con habilidades pasivas, ataques especiales y super ataques, dándole así ese toque de personalización y profundidad que os comentaba hace un momento. Cinco minutos y listo: ¿Dónde están esos demonios?

Dificultad con peros…

No nos vamos a engañar, Ragebound es un juego normal en cuanto a su dificultad. No es una locura, ni siquiera puede llegar a ser frustrante. Es cierto que hay algunos bosses que posiblemente tengas que repetir más de una vez (y de 10), pero no resulta exasperante en absoluto.

Si, es frenético y hay muchísimos tipos de enemigos con diferentes patrones que, conforme vayamos avanzando en el juego, serán más problemáticos. La cantidad de bichos que vamos a matar no es normal, pero nada que realmente no se maneje con paciencia y un poco de memoria y habilidad. Como casi todo juego de este estilo, la clave está en el ensayo y error. Y os aseguro que cualquiera puede terminar el título si lo juega calmado y no como un pollo sin cabeza.

Ahora, la cosa cambia cuando quieres conseguir los mejores rangos. El juego premia la velocidad, el combo, las muertes y hasta la vida que te quitan. Sacar las puntuaciones más altas es una tarea ardua solo apta para los jugadores más habilidosos, ágiles y pacientes.
Por si eso fuera poco y realmente quisieras enfrentarte aún a más retos, cuando superas el juego, este te da opción de poder volver a jugar… en difícil. Está claro que si quieres volverte loco, ¡tienes contenido para rato!

Apartado técnico

Me encantaría seguir con la buena racha de hablar bien de todo, pero aquí tengo que decir algunas cosillas que no me han gustado tanto. Es posiblemente lo único que hará que el juego no tenga una nota perfecta. Es cierto que el título funciona súper bien. Es fluido, los controles responden bien, y no he notado prácticamente nada de imput lag. No obstante, hay algunas cosas que han mermado ligeramente mi experiencia de juego.

En ciertas fases hemos notado algunas ralentizaciones que pueden resultar algo molestas, especialmente en una zona con una cascada. En ocasiones, hemos sido golpeados y la barra de salud no lo ha reflejado, mientras que algunas zonas de Kumori se bugueaban y no permitían volver con Kenji. Pero la más desastrosa de todas fue aquella vez en la que el personaje cayó al vacío, pero el juego no lo dio por muerto. Por ello, no nos permitió seguir jugando y tuvimos que reiniciar el nivel, que estaba casi al final, haciéndonos volver a empezar de cero.

Probablemente sean errores que con el paso del tiempo podrán ir solucionando con parches, en cuanto la compañía recoja el feedback necesario y se pongan manos a la obra. Pero por el momento son fallos que creemos conveniente mencionar.

Apartado gráfico y artístico

Creo que sobra decir que la gente al mando del apartado artístico de este juego tienen que estar en el punto de mira de todo el mundo. El pixel art de Ninja Gaiden: Ragebound tiene un acabado sencillamente precioso. Cada elemento artístico de Ragebound está creado con mimo, algo a lo que The Game Kitchen (los papis de Blasphemous) nos tienen acostumbrados.

Los escenarios están llenos de detalles y tienen una paleta de colores muy rica. Desde aldeas incendiadas, hasta bosques, cielos azules y laboratorios, el título cuenta con una cantidad enorme de biomas y una variedad que quita el hipo. No se quedan atrás los personajes, que cuentan con un gran diseño, así como los enemigos y en especial los jefes finales.

Apartado sonoro

Nos ha encantado escuchar todos y cada uno de los temas de este juego, desde la pegadiza canción del menú de inicio, hasta las que acompañan las fases del título. Mientras avanzas, las melodías recuerdan a los juegos antiguos, aun siendo nuevas sus composiciones.

Todo cobró sentido cuando descubrí que, junto al maravilloso Sergio de Prado, habían colaborado los compositores originales de la saga:  Keiji Yamagishi, Ryuichi Nitta y Kaori Nakabai. Posiblemente esa sensación que oscina entre lo retro y lo moderno, que te hace sentir casi como si volvieras atrás en el tiempo, se deba a esta maravillosa combinación, generando así una OST pegadiza de principio a fin.

En lo que se refiere a nivel de efectos también cumple sin ningún problema. Es cierto que gracias a la música tan pegadiza puede pasar más desapercibido, pero sus sonidos son correctos y bien elegidos. Golpes, efectos, alaridos y gritos demoniacos, ninguno se sentirá molesto o sobrante, y os aseguro que van a estar presentes durante todo el juego casi sin descanso.

Edición física de Ninja Gaiden: Ragebound

Si lo tuyo son las ediciones físicas, aún no te has pillado el juego y estás deseando catarlo, te voy a alegrar el día. No vas a tener que esperar demasiado, porque en poco más de un mes sale una edición que te va a encantar.

El 19 de septiembre, junto a las Standard de PS5 y Switch, Tesura Games nos deleitará con una de esas ediciones que se convierten en la envidia de todos. Además del juego, incluirá la BSO digital, un libreto (vivan los libretos), un mapa de tela del juego, un diorama en pixel art, 4 pins de metal, un medallón con la cara de los dos protagonistas, poster de doble cara y una caja deluxe para el juego.

Conclusión

Ninja Gaiden: Ragebound es lo que pasa cuando se junta pasión y buen hacer dentro del mundo de los videojuegos. Una obra llena de cariño con aire retro, que te dan una bofetada de nostalgia desde el menú de inicio. Una vez empiezas no puedes parar y, aunque no es demasiado largo, es muy rejugable y adictivo si quieres completarlo al 100%. Sin duda alguna, un must have para todo amante del género y de la saga.

Lo mejor

  • Rápido y directo, sin apenas necesidad de tutoriales
  • Muy rejugable gracias a su naturaleza arcade
  • Su cuidado pixel art
  • La música, que acompaña perfectamente el ritmo de juego

Lo peor

  • Su historia está bien, pero algunos pueden considerarla algo simple
  • Endiabladamente difícil para los completistas
  • Algunos bugs y fallos que dejan mal sabor de boca

Nuestra valoración de Ninja Gaiden: Ragebound

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Cosmocover en representación de Dotemu.

Garustrife

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puede que también te interese

Bloodhunt: Un Battle Royale Sangriento
Análisis

Bloodhunt: Un Battle Royale Sangriento

Si quieres saber más a cerca del increíble battle royale Bloodhunt, en Punto de Respawn te lo contamos todo sobre
What Comes After: Una experiencia narrativa
Análisis

What Comes After: Una experiencia narrativa

What Comes After es una experiencia narrativa que nos lleva a vivir junto a Vivi (la protagonista) un hecho que