Análisis

The Hundred Line pasa de curso con todo aprobado

¿Qué pasa si mezclas Danganronpa, combates tácticos, una mascota que habla y una guerra escolar que dura 100 días? Pues que te daría como resultado The Hundred Line: Last Defense Academy. Si te gustan las aventuras gráficas con personajes intensos, giros de guion, decisiones dramáticas y diálogos a punta pala, quédate porque este artículo va a ser de tu interés.

¿Vale este título la pena realmente? ¿O es solo otro juego que intenta revivir el éxito de sus hermanos mayores? Hoy lo analizamos al detalle: sus tintes de estrategia, sus mecánicas de entrenamiento, las expediciones extrañas en las que nos sumerge y una historia que se va enredando cada vez más.

Fecha de salida: 28 de marzo de 2025
Desarrolladora:
Media Vision Inc.
Distribuidora:
Aniplex
Plataformas disponibles:
PC, Nintendo Switch
Textos: Inglés
Voces: Inglés, japonés
Plataforma analizada:
Nintendo Switch

Historia: 100 días jamás fueron tan largos

La historia arranca con Takumi Sumino, un joven que vive en un refugio subterráneo con sus padres y su mejor amiga de la infancia, puesto que esta es huérfana. Esta envidiable calma, más pronto que tarde, se ve interrumpida por el ataque de unas criaturas que parecen salidas de una pesadilla bizarra.

En medio del caos aparece Sirei, una especie de mascota escolar con cara de “yo sé más de lo que te cuento”, y le entrega a Takumi un poder llamado Hemoanima, una transformación que se activa al clavarse una hoja especial en el pecho. A estas alturas de la película, con la sangre como fuente de poder y el uso de armas vivas, entre otras cosas, se cimenta esa estética tan especial que grita: “esto se va a poner muy raro”.

Después de usar esa habilidad para sobrevivir al ataque, Takumi y otros 14 estudiantes son teletransportados a la Last Defense Academy, donde Sirei les explica que tienen que defender la escuela durante 100 días de unos enemigos llamados School Invaders. Sin más explicación. Sin elección. Bienvenidos al apocalipsis escolar.

¿Quedamos después de clase o tienes monstruos que matar?

En cuanto a los personajes, están bien escritos, algunos incluso destacan… pero si has jugado otros juegos del estudio, los vas a reconocer enseguida. El intenso, la misteriosa, la que parece inocente pero no, el que claramente va a liarla… Si bien es cierto que han tratado de darle una vuelta de tuerca para diferenciarlos, en más de una ocasión se dejarán entrever sus características «originales».

Aun con eso, es fácil encariñarse con algunos de ellos, aunque con otros quizá no tanto. Por supuesto, eso también contribuye a que el grupo funcione, generando dinámicas interesantes e incluso momentos donde la narrativa brilla de verdad. Y es que, si algo hay que reconocerle al juego, es que la historia engancha. Tiene ritmo, tiene tensión, tiene giros, y sí, también tiene deus ex machinas y decisiones locas que solo se explican echando la vista atrás a la trayectoria del estudio. Pero es parte del encanto, y sinceramente, probablemente sea principal motivo por el que seguirás jugando.

Jugabilidad: ¿Qué tal llevas las matemáticas?

Al principio, la jugabilidad parece sencilla. En esencia, días divididos en turnos de mañana y tarde, en los que puedes entrenar, hablar con tus compañeros o preparar habilidades. Si has jugado a Danganronpa, esto te resultará más que familiar, pero te diremos antes que nada que aquí no contaremos con un sistema de confianza como tal. En su lugar, mejoraremos habilidades de combate en base a asignaturas como lingüística, matemáticas o biología. Vamos, lo que todo guerrero necesita para vencer monstruos.

A medida que avanzamos, se van desbloqueando nuevas mecánicas. Como las expediciones más allá del muro, representadas en un tablero al estilo Mario Party, pero sin tanta diversión y con decisiones que, literalmente, nos pueden arruinar el día. Y es que si no jugamos bien nuestras cartas, nos podemos volver con las manos vacías y perder todo el progreso del mismo. Sin duda, se trata de una mecánica que, como el pan sin gluten, no es para todo el mundo.

Entrenamiento

En The Hundred Line: Last Defense Academy, contaremos con campos de entrenamiento virtual donde enfrentarnos a oleadas de enemigos. Esto nos servirá para grindear sin el inconveniente que supone ver el tiempo de juego pasar. Pero claro, siempre es el mismo escenario, y aunque a veces varía ligeramente, la base se siente de igual modo repetitiva. Como contrapunto, eso sí, lo salvan los pequeños cambios de ritmo y alguna que otra novedad que aporta un punto de frescura.

Ready… Fight!

Los combates en sí son tácticos, pero no alcanzan el nivel de complejidad de un Fire Emblem o un Final Fantasy Tactics; se queda a medio camino, hacia una jugabilidad más bien arcade. Usaremos PA para mover a nuestros personajes y lanzar habilidades, siempre con cuidado no quedarnos exhaustos y, por lo tanto, completamente vendidos ante el enemigo.

Algo curioso es que, si un compañero cae en combate, no implica una permadeath. Retirarán al personaje para asistirle y podremos seguir usándolo en el futuro. De hecho, a veces es interesante contemplar la posibilidad de que, tal vez, dejar que uno de los tuyos muera… no es algo tan negativo. Pero no te eches aún las manos a la cabeza, deja que te lo expliquemos. Perder a un aliado hace que la barra de ataque especial se llene. Se trata de un movimiento devastador que puedes activar a un precio alto: dejar al personaje fuera sin PA durante dos turnos.

¿Nos hemos visto antes?

Los enemigos, desgraciadamente, no brillan por su variedad, lo cual nos ha decepcionado un poco, siendo sinceros. Existen enemigos básicos, generales y jefes, pero muchos de ellos parecen reciclados. Y, aunque el sistema funciona, es innegable que es un punto clave que tal vez podría haber dado más de sí. Es divertido, cierto, pero nos arrastra a la monotonía más rápido de lo que nos habría gusto. Eso sí, el juego sabe cómo ponerte en situaciones peliagudas, aunque debemos admitir que la resolución rara vez te hace sudar.

Apartado técnico

No podemos dejar de mencionar en este apartado una de las cuestiones que más han mermado nuestra experiencia: los tiempos de carga. Cambiar de zona, abrir menús, pasar de un diálogo a otro… Desafortunadamente, a veces te encuentras con esa frustrante sensación de invertir más tiempo en esperar que en jugar.

Para el descontento de muchos, os diremos que el juego se encuentra en inglés, y es que si no te sientes cómodo leyendo mucho texto en dicho idioma, probablemente no sea un juego para ti. Recordemos que es una novela visual táctica, y eso se traduce en pasar horas y horas leyendo. Así que, si no dominas el inglés o no te apetece leer tanto, tal vez prefieras considerar otras opciones similares en el mercado.

También hemos sufrido caídas de frames en momentos que no, objetivamente, quizá no deberían exigir tanto, como simples transiciones de escena o movimientos por los pasillos. Eso sí, durante el combate todo se mantiene fluido y sin problemas, que es lo importante. Y también se agradece que puedas teletransportarte a zonas ya visitadas, porque si no, entre los tiempos de carga y los paseítos, acabarías con más conocimiento del edificio que el conserje veterano de la escuela.

Ahora bien, viendo el historial del estudio en anteriores entregas, no podemos descartar que terminen puliendo el título en futuras actualizaciones.

Apartado gráfico y artístico

A nivel artístico, The Hundred Line cumple con nota, muy en la línea de lo que nos tiene acostumbrado el estudio: personajes con diseños potentes y expresivos, y con ese punto que oscila entre anime y pesadilla y que te mantiene en todo momento atento a lo que ocurre en pantalla. Los sprites, por su parte, están muy bien dibujados y transmiten lo que tienen que transmitir: tensión, locura, incomodidad o una sensación puramente épica.

Pero no todo es color de rosa. La movilidad por la escuela es en 2D y bastante limitada. Se nota que se trata de una decisión de diseño, pero viniendo de un apartado visual tan cuidado, ese cambio de perspectiva se siente un poco flojo. Además, no ayuda el hecho de que, al moverte por las distintas plantas y aulas, se convierta en una experiencia algo lenta y torpe, especialmente si lo juegas en Switch, como ha sido nuestro caso.

Apartado sonoro

Aquí el juego se saca el diploma con matrícula de honor. La banda sonora de The Hundred Line es una maravilla. Gigantesca, variada y perfectamente ajustada a cada momento. ¿Combate intenso? Música que te sube la adrenalina. ¿Escena tranquila? Pistas suaves que te bajan las pulsaciones. ¿Momento inquietante o giro de guion? Sonidos que te ponen los pelos de punta. Y por supuesto, también hay hueco para lo absurdo y lo hilarante, marca de la casa… que nos encanta.

El juego entiende perfectamente lo que quiere transmitir y la música lo potencia sin robar protagonismo al resto de elementos que lo componen. No es solo ambientación, es parte activa de la experiencia. Es de esos juegos donde más de una pista se te queda rondando en la cabeza tiempo después de apagar la consola.

Respecto al doblaje, lo hemos jugado en japonés, puesto que en este tipo de juegos, la versión original nos parece que encaja mucho mejor. Aunque el doblaje en inglés está disponible y cumple perfectamente, en lo personal creemos que estas historias ganan mucho con las voces niponas, sobre todo en escenas más emocionales, cuando los personajes llegan al límite… que es algo que ocurre bastante a menudo.

Análisis en video

Edición física de The Hundred Line: Last Defense Academy

¡Hacemos un llamamiento a los jugadores coleccionistas! Somos muchos los que disfrutamos de las ediciones físicas, y Marvelous lo sabe. The Hundred Line: Last Defense Academy cuenta con dos ediciones diferentes (ambas para Nintendo Switch), para todos los gustos y bolsillos: Estándar y Limitada. Mientras que la Estándar incluye simplemente el juego físico, la Edición Limitada nos ofrece el siguiente contenido:

  • Copia física del juego
  • Libro de arte con ilustraciones de Rui Komatsuzaki y simadoriru
  • CD con la banda sonora (10 canciones)
  • Diorama acrílico de los protagonistas
  • Pin metálico
  • Tarjeta de arte lenticular
  • Novela corta (impresa) Former Lives of the SDU: File 03 – Hiruko Shizuhara’s First Battle
  • 15 tarjetas de arte de los personajes

Conclusión

The Hundred Line: Last Defense Academy no inventa la rueda, pero lo que hace, lo hace bien. Su mayor baza es una historia potente, llena de giros y momentos que te mantienen pegado al mando. Aunque muchos personajes ya resulten familiares, tienen el carisma suficiente para que empatices con ellos.

La parte táctica es más arcade que estratégica y, aunque cumple, acaba siendo algo repetitiva. Y sí, el rendimiento en Switch y las cargas eternas le restan puntos. Pero lo que más puede echar atrás a mucha gente es que solo está en inglés, y es un juego con mucho, muchísimo texto.

Aun así, si te van las novelas visuales con drama y acción ligera, encontrarás una propuesta muy disfrutable. No es una obra maestra, pero tiene alma, y eso hoy en día no es poca cosa.

Lo mejor

  • Una historia interesante que engancha
  • El sistema de gestión diaria mediante las rutinas
  • Un apartado sonoro que se te quedará en la cabeza

Lo peor

  • Un sistema de combate algo repetitivo
  • Caídas de FPS injustificadas
  • Navegación bastante plana por las instalaciones

Nuestra valoración de The Hundred Line: Last Defense Academy

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Neohype vía PressEngine.

MadRjota

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