La expectativa juega un papel crucial en el producto videojuego. Está esperando conocerte a cada interés tuyo. Nubla y en ocasiones altera un prisma que creíamos olvidado, el de la compra activa de un producto. Hoy en Narrativa del Videojuego, la expectativa.
El poder de la expectativa en la experiencia del videojuego: una perspectiva narrativa
Todo parte de ti. En videojuegos, como en otros tantos campos, la percepción de un producto y el juicio que vertemos sobre él se impregna y progresa en nuestro fuero interno. Es por ello que, en la mayoría de los casos, obedece a un impulso producido por la mercadotecnia, que desde su torre de marfil, mira con condescendencia nuestras cookies.
Habiendo explicado, he decidido argumentar mi artículo en tres secciones: preferencias, marketing y veredicto. Los gustos van y vienen, dejan un recuerdo que se difumina con el paso del tiempo. Ese poso jugará un papel fundamental en la expectativa de tu próxima compra.
Preferencias: el mejor aliado de la narrativa
Si algo nos ha demostrado la narrativa del videojuego es su capacidad para volar fuera de todo corsé libremente, por el vasto mundo de la creatividad. Es por ello por lo que las expectativas generadas por productos narrativamente potentes viajan mucho más en paralelo que en juegos AAA. Se alinean en mucha más sintonía lo que te venden y lo que encuentras; no suelen apreciarse trampas.
De ahí que su libertad a la hora de llevar a cabo proyectos puede llegar a conectar con tus gustos de forma mucho más genuina que un producto hecho para gustar a una audiencia mucho mayor. Ojo, que por supuesto se conecta emocionalmente con juegos AAA, de hecho están pensados para ello; solo digo que en la independencia de los estudios a la hora de enfocar un proyecto ya se están quitando, en según qué casos, el peso de deberse a fondos de inversión o empresas pantalla. Dicho de otra manera, pueden permitirse el lujo de que tu expectativa se asemeje en un mayor porcentaje a la expectativa generada en un juego masivo.
Marketing: vendiendo tus ilusiones
Hoy en día, herramientas de mercadotecnia como la nostalgia, un reparto hiper famoso o una publicidad agresiva marca el devenir de tu expectativa.
Sin embargo, dejando de lado los trailers, reseñas compradas por los propios estudios, comentarios de conocidos o influencers, ¿qué nos queda? Lo que nos queda es una imagen preconcebida de lo que está por venir. ¿Podría alguien comprarse un videojuego porque en el tráiler predomina el color verde? ¿Sería posible que alguien quisiera amotinarse en una tienda hasta el día siguiente con tal de no quedarse sin su ejemplar porque IlloJuan dijo que es un “pepinazo de juego”?
Cuando pensamos en la venta del producto, quizás nos vengan a la cabeza los publishers y distribuidoras, gente que goza de habilidades muy medidas para dotar a un producto de su propia identidad. Aunque conviene decir que no es su identidad, más bien una identidad. Una identidad basada en crear expectación a raíz de estudios de mercado que les han sido proporcionados y estimaciones de ventas directas.
Veredicto: decepción o éxito
Adoptamos como dogma la creciente opinión de los influencers, movidos posiblemente por nuestro propio consumo fast food multimedia. No da tiempo a leer críticas sinceras, ajenas al posicionamiento SEO. No podemos permitirnos comprar un juego “arriesgando” sin conocer demasiado debido a los precios desorbitados de muchas de estas obras. No podemos darnos el gusto de orientar el gameplay al disfrute y el sosiego por miedo a sufrir spoilers. Es decir, que encima de que obedecemos a la compra de un juego, cediendo a la expectativa que a su vez es la mezcla entre preferencias y marketing, ¿tenemos que darnos prisa en acabarlo?
Y cuando lo acabamos y llega el veredicto, ¿lo reposamos?, ¿lo analizamos? Oh, wait! ¡No tengo nada a qué jugar! Y seguimos haciendo que la rueda gire.
El juego no ha sido lo que esperaba: brecha entre expectativa e intencionalidad
Cuando algo te ha decepcionado porque “no era lo que esperabas”, ¿quién tiene el problema: el juego o el usuario?
La intencionalidad de los creadores/as ha ido demasiado lejos y no te han mostrado lo prometido en el trailer. Y es que amigos/as, tenemos dos opciones: o decimos que el juego es malo o hacemos un ejercicio de comprensión. La visceralidad está bien, puede aflorar en momentos de emoción pero el poso la devuelve a su lugar.
Es fácil hablar de Cyberpunk en 2024, así que no lo haré. Hablemos de juegos pequeños. Los juegos narrativos desarrollados por estudios pequeños suelen prometer una experiencia íntima y cuidadosamente trazada cuyos ecos juegan con el enfoque original del equipo de desarrollo. Sin embargo, esto no siempre suma.
Piensa global, actúa local
No todos los pequeños juegos tratan su expectativa de la misma manera. Enfocar Kentucky Route Zero es fácil en el contexto del relato, pero puede no ser igualmente fácil de vender si tratáramos de colocarlo desde algo que no es. En este perfil de producto también se cometen errores.
Como siempre, la autocrítica de tu propia expectativa marcará si finalmente entrarás al juego con buena fe, curiosidad o con la mosca detrás de la oreja. Para finalizar, recomiendo encarecidamente este estudio sobre si las emociones preconcebidas y las expectativas de los videojuegos afectan la jugabilidad, de Tallis Pholasenki.
