Análisis

Anima Flux: Ecos de un futuro perdido

Anima Flux no es simplemente otro metroidvania que se suma a la marea de títulos pixelados con inspiración retro. Es una declaración de intenciones, una tentativa osada por fusionar acción, narrativa distópica y cooperación en un entorno donde cada rincón parece tener memoria propia. Este título se perfila como una de las propuestas más interesantes y estilizadas dentro del género, con un ADN que mezcla lo mejor de la ciencia ficción soviética con el frenetismo táctico de los arcades noventeros.

Fecha de salida: 14 de mayo de 2025
Desarrolladora:
Avantaj Prim
Distribuidora:
JollyCo
Plataformas disponibles:
PC, Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces:
Plataforma analizada:
Xbox Series S

Historia: Biotecnología, fe y decadencia

La narrativa de Anima Flux no se despliega de forma convencional, sino que se desgrana a través de la arquitectura, los documentos coleccionables y las conversaciones esporádicas entre los protagonistas. El contexto es brutal: en un futuro indefinido, la humanidad ha abandonado la Tierra y ha depositado su destino en la Arca, una inmensa estación orbital donde la vida apenas se sostiene. La tecnología y la biología se han fusionado hasta límites grotescos, y una plaga ha comenzado a devorar los restos de civilización que aún perduran.

Roy y Eileen, los dos agentes de élite que protagonizan la historia, no son héroes al uso. Ambos pertenecen a órdenes distintas: él es parte de la Guardia, el puño de hierro del sistema, y ella de una orden teocrática que aún conserva la esperanza de redención espiritual. Esta dualidad no solo enriquece la jugabilidad, sino que se refleja en los diálogos, las decisiones y la visión del mundo que cada uno aporta.

La historia no busca aleccionar, sino perturbar. El juego lanza preguntas sobre el control biotecnológico, la instrumentalización del cuerpo humano, la pérdida de identidad y la fe en un sistema que ya no se sostiene. A medida que avanzamos, los escenarios dejan de ser simples fondos y se convierten en testimonios del desastre: zonas médicas donde los pacientes fueron desechados, templos arruinados por la lógica de la maquinaria, laboratorios donde los científicos se convirtieron en sujetos de prueba.

Aunque la narrativa podría haberse beneficiado de un mayor número de cinemáticas o diálogos interactivos, lo cierto es que su estilo fragmentado contribuye a crear un mundo sugerente, cargado de misterio y violencia simbólica.

Jugabilidad: Un baile táctico a dos voces

La base de la jugabilidad en Anima Flux reside en su diseño a dos personajes: Roy y Eileen, dos agentes con perfiles muy diferenciados. Roy es fuerza bruta, combate cuerpo a cuerpo, aguante. Eileen es precisión, velocidad y apoyo a distancia. Esta dicotomía no solo enriquece el ritmo del juego, sino que genera dinámicas únicas dependiendo de si se juega solo o acompañado.

En modo cooperativo local, Anima Flux alcanza su mayor esplendor. La colaboración no es anecdótica, es estructural. Hay situaciones que obligan a pensar como pareja: cubrir ángulos, intercambiar posiciones, combinar ataques, usar habilidades complementarias. Es una experiencia diseñada con mimo para el “couch gaming” clásico, con momentos de tensión y compenetración que evocan títulos como Army of Two o Lara Croft and the Guardian of Light, pero con un tono mucho más oscuro y adulto.

En solitario, la dinámica cambia. Podemos alternar entre los dos personajes con solo pulsar un botón, pero la IA del compañero, aunque funcional, no siempre actúa de forma óptima. Es posible que se exponga en combates o que tarde en seguirnos en determinadas plataformas. Esto añade un nivel extra de dificultad, especialmente en secciones exigentes, y obliga a un control mucho más táctico del ritmo de juego.

Sistema de combate: Ritmo, precisión y gestión del espacio

El combate en Anima Flux no apuesta por la espectacularidad, sino por la precisión y la táctica. Cada enemigo plantea un patrón distinto, y aunque los enfrentamientos pueden parecer sencillos al inicio, pronto se vuelven exigentes. Roy es ideal para acabar rápido con enemigos cercanos, mientras que Eileen puede eliminar amenazas a distancia o cubrir la retirada de su compañero.

Aquí entra en juego uno de los elementos más interesantes del diseño: la mecánica de resurrección. Si uno de los personajes cae, el otro puede transferir su energía vital (anima) para devolverlo a la acción. Esto transforma cada combate en una danza estratégica: ¿arriesgarte a revivir a tu aliado en mitad del caos o sobrevivir solo el resto del encuentro?

A esto se suman habilidades desbloqueables, ataques especiales y potenciadores que se obtienen al explorar el mapa. Aunque el árbol de habilidades no es especialmente profundo, permite cierta personalización y adaptación del estilo de juego.

Plataformas y resolución de entornos

Anima Flux integra con naturalidad secciones de plataformas y rompecabezas ligeros que obligan a usar las habilidades de ambos personajes. Hay segmentos donde uno debe accionar una palanca mientras el otro atraviesa una zona peligrosa; otros donde los saltos deben ser milimétricos, combinando dash, doble salto y cambio de personaje para evitar trampas o enemigos.

No es un plataformas al uso, pero las secciones de movilidad están bien diseñadas, no se sienten forzadas y aportan variedad al ritmo general. Ayudan, además, a reforzar la identidad cooperativa del juego.

En cuanto a control, el título se comporta con precisión. El mapeado de botones en mando es intuitivo y responde con rapidez. Cambiar entre personajes es inmediato, y las acciones especiales, como la transferencia de anima, están perfectamente integradas en el flujo del combate.

La IA en modo un jugador, como ya mencionamos, es el punto más débil del sistema. No es desastrosa, pero sí mejorable. A veces tarda en reaccionar, y otras no entiende del todo bien su función de apoyo. Aun así, el jugador puede solventar la mayoría de situaciones con un cambio manual de personaje y una buena planificación.

Progresión y desarrollo de habilidades

La progresión en Anima Flux está ligada tanto a la exploración como al combate. A medida que descubrimos nuevas áreas o derrotamos a ciertos enemigos, obtenemos puntos de mejora que se invierten en habilidades pasivas y activas. Estas no son radicales, pero sí lo suficientemente interesantes como para marcar una evolución palpable: más daño, mejoras en la defensa, aumento del alcance o regeneración de energía.

No hay un loot system al uso. En su lugar, el juego premia el conocimiento del entorno y la elección táctica. Es un metroidvania más centrado en el “cómo juegas” que en el “con qué equipo juegas”. Esta decisión, si bien puede decepcionar a quienes buscan variedad armamentística, refuerza el tono sobrio e inmersivo de la propuesta.

Apartado técnico

En Xbox Series S, Anima Flux se presenta como una experiencia bastante sólida, aunque no perfecta. El rendimiento general es estable: el juego se ejecuta en resolución dinámica con un framerate que se mantiene en 60 fps durante la mayor parte del tiempo, incluso en los combates más caóticos o en entornos densamente poblados por enemigos.

Sin embargo, se perciben algunos tirones puntuales en transiciones entre áreas o al cargar cinemáticas. No son frecuentes ni rompen la experiencia, pero sí son suficientemente notorios como para recordar que se trata de un título de corte independiente, con limitaciones técnicas que aún podrían pulirse mediante parches.

En lo que respecta a los tiempos de carga, estos son ágiles en la consola de Microsoft. El sistema de checkpoints es generoso y permite retomar rápidamente la acción tras una derrota, algo que se agradece en un título donde los errores se pagan caro. No hay funciones online, y el cooperativo se limita al multijugador local, lo cual es coherente con la propuesta de diseño, aunque puede resultar una limitación para ciertos jugadores.

En cuanto a bugs, se detectan algunos problemas menores de colisión y comportamiento errático de la IA aliada, especialmente en secciones de plataformas. Pese a ello, no hemos encontrado errores críticos que afecten la progresión ni cuelgues graves, lo que habla bien del pulido general del producto.

Apartado gráfico y artístico

Donde Anima Flux brilla con personalidad es en su dirección de arte. El universo biopunk que propone no es simplemente una capa estética: está imbricado en cada textura, en cada criatura y en cada entorno. Desde los pasillos orgánicos plagados de carne viva hasta las estructuras tecnológicas devoradas por la infección, todo en este mundo respira decadencia y desesperanza.

El juego utiliza una perspectiva lateral en 2.5D que saca partido a la profundidad de campo, con fondos que cobran vida gracias a animaciones sutiles y una paleta cromática que evoluciona a lo largo del viaje. Los escenarios no se sienten repetitivos, y cada nueva área introduce variaciones visuales que mantienen el interés. Hay un uso inteligente del color: dominan los tonos rojizos, púrpuras y verdes enfermizos, pero se rompen de forma estratégica para destacar elementos clave o generar atmósfera.

El diseño de personajes y enemigos apuesta por una estética grotesca, con claras influencias del cómic europeo, el cine de ciencia ficción soviético y pinceladas del body horror. Roy y Eileen, nuestros protagonistas, no solo se distinguen por su jugabilidad: su diseño refleja su función y carácter, en una síntesis visual muy efectiva.

En definitiva, Anima Flux sabe que su mayor fortaleza visual está en la identidad, no en la potencia gráfica. No busca deslumbrar con shaders de última generación, sino con una coherencia estética que te atrapa desde la primera pantalla y te deja claro que estás en un universo único.

Apartado sonoro

La banda sonora de Anima Flux no es invasiva, ni busca robar protagonismo a la acción. Es más bien atmosférica, ambiental, y está diseñada para reforzar la sensación constante de amenaza. Compuesta principalmente por sintetizadores oscuros y texturas sonoras densas, recuerda en ciertos momentos a los trabajos de Vangelis o al sound design de Dead Space, sin llegar a imitar ninguno.

En los momentos de exploración, la música se reduce a pulsaciones sutiles y zumbidos de fondo que evocan soledad y alienación. Pero cuando irrumpe el combate, las capas musicales aumentan su intensidad sin volverse estridentes, respetando el tono del juego. Es una banda sonora más de sensaciones que de melodías reconocibles, pero efectiva en su propósito.

El diseño sonoro acompaña con acierto: los efectos de las armas, los rugidos de las criaturas infectadas, los ecos de los pasillos biotecnológicos… todo suena como debe sonar. Hay una intención palpable de crear una identidad sonora distinta, y lo consigue.

Conclusión

Anima Flux no es un título para todos los públicos, pero sí una propuesta muy consciente de lo que quiere ser. En un momento donde la saturación de fórmulas y géneros hace que muchos juegos se diluyan en la indiferencia, este metroidvania cooperativo levanta la voz desde un rincón oscuro y húmedo del biopunk soviético. No viene a revolucionar nada, pero sí a recuperar una forma de jugar que pone en valor la compenetración, la dificultad justa y el diseño con intención.

Es un título compacto, honesto, sin relleno. Y aunque a veces sus costuras técnicas o narrativas se noten, lo compensa con carisma, atmósfera y un diseño que desafía sin frustrar. Anima Flux no grita, susurra. Y ese susurro se queda contigo más tiempo del que esperabas.

Lo mejor

  • El diseño cooperativo: real, exigente y lleno de decisiones tácticas
  • Dirección artística con personalidad, coherente de principio a fin
  • Buena variedad de escenarios y enemigos dentro de una narrativa lineal
  • El sistema de resurrección como mecánica central y estratégica

Lo peor

  • La IA del compañero en solitario puede lastrar la experiencia
  • Algunas secciones de control y plataformas se sienten imprecisas
  • El árbol de habilidades es poco profundo y algo limitado

Nuestra valoración de Anima Flux

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Anima Flux.

Pedro A.

About Author

Historiador, amante del cine, de los gatos y de los murciélagos que protegen la ciudad gótica. Videojugador desde chiquitito, si quieres conquistarme, tu dame un buen personaje y una buena historia y me tendrás en la palma de tu mano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puede que también te interese

Bloodhunt: Un Battle Royale Sangriento
Análisis

Bloodhunt: Un Battle Royale Sangriento

Si quieres saber más a cerca del increíble battle royale Bloodhunt, en Punto de Respawn te lo contamos todo sobre
What Comes After: Una experiencia narrativa
Análisis

What Comes After: Una experiencia narrativa

What Comes After es una experiencia narrativa que nos lleva a vivir junto a Vivi (la protagonista) un hecho que