Análisis

The Siege and the Sandfox: Plataformas en 2D metroidvania

The Siege and the Sandfox es un juego de plataformas en 2D que combina exploración al estilo metroidvania con mecánicas de sigilo, creando una experiencia diferente dentro del género. Todo transcurre en un mundo con estética pixel art muy cuidada, donde cada rincón está lleno de detalle.

Fecha de salida: 20 de mayo de 2025
Desarrolladora:
Cardboard Sword
Distribuidora:
Plaion
Plataformas disponibles:
PC
Textos: Español
Voces: Inglés
Plataforma analizada: PC (Steam
)

Historia: La traición…

Todo comienza en Kariman, la joya del desierto. Una ciudad resplandeciente bajo el sol, segura entre las arenas volubles, conocida por todos como la ciudad de las historias. Sus calles están llenas de vida, de relatos que se cruzan entre el aroma de especias y las voces del bazar. Pero en el ocaso, mientras la luz dorada se posa sobre los minaretes, los rumores se vuelven más oscuros: un ejército armuzi, numeroso y armado, ha cruzado el desierto. Se dice que viene directo hacia Kariman, listo para sitiarla.

Tú eres Fénec, un protector del reino, alguien que ha servido con lealtad y ha caminado por estas calles como guardián y como amigo. Preocupado por el futuro de la ciudad, te diriges al palacio sin perder un segundo, decidido a hablar con el rey, tu viejo amigo, y ofrecerle tu ayuda. Pero lo que encuentras dentro no es una reunión, sino una traición.

Una escena desgarradora..

En un instante todo se derrumba. La Reina, oculta tras una máscara de poder, ha asesinado al rey. Y tú, el único testigo, te conviertes en el chivo expiatorio. No hay juicio ni oportunidad de hablar: te arrancan tu daga de cristal de Kasha’i —el símbolo de tu título— y te la hunden en el pecho, no solo para silenciarte, sino para borrar tu nombre. Luego, sin piedad, arrojan tu cuerpo al abismo: la Caída del Traidor, un lugar de leyendas y condena.

Pero no mueres. Y en lo más profundo, entre ruinas olvidadas y ecos del pasado, comienza tu verdadera historia. No se trata solo de escapar o limpiar tu nombre, sino de enfrentar verdades incómodas y decidir qué harás con ese conocimiento. La historia te va atrapando poco a poco, sin contarte todo de golpe, dejándote descubrir los secretos mientras te mueves en silencio, esquivando enemigos y superando obstáculos.

Jugabilidad: Las sombras, tu mejor baza

Como kasha’i, no somos guerreros en el sentido tradicional. No vamos por ahí repartiendo golpes ni enfrentándonos cara a cara con los enemigos. Lo nuestro es otra cosa. Tenemos habilidades especiales que nos colocan por encima de un humano común: somos más ágiles, nos movemos con más sigilo y tenemos una percepción afinada de nuestro entorno.

Muévete entre las sombras

A lo largo del juego recorreremos distintos escenarios que nos exigirán movernos con agilidad y precisión. Tendremos que escalar, correr por las paredes, agarrarnos a salientes y aprovechar cada rincón del entorno para avanzar. El parkour no es solo una herramienta para movernos, sino una forma de sobrevivir, ya que el enfrentamiento directo no es una opción.

Uno de los aspectos más importantes es la luz. La iluminación está completamente integrada en la jugabilidad: cuanto más oscuras sean las zonas por las que pasamos, más seguros estaremos. Las sombras son nuestro mejor aliado. Si permanecemos quietos en un lugar oscuro, nuestro personaje agudiza los sentidos y puede detectar peligros cercanos, como guardias.

Además, podremos usar objetos del entorno para escondernos de los enemigos. Cajas, jarrones o antorchas se convierten en herramientas clave: podemos ocultarnos tras ellos o incluso apagar una fuente de luz para quedar fuera de la vista. Todo esto nos obliga a estar atentos, pensar rápido y actuar con sigilo si queremos sobrevivir.

La forma en la que nos movemos por el escenario influye directamente en el nivel de peligro al que nos exponemos. Ya sea corriendo o incluso caminando con más cuidado, generamos ruido, y ese sonido puede alertar a los enemigos cercanos. Si nos oyen, se acercarán a investigar, y si no tenemos un lugar donde escondernos a tiempo, corremos un riesgo real de ser descubiertos.

Y en este juego, ser descubierto suele significar la muerte. No contamos con armas ni con una forma efectiva de defendernos en combate, así que nuestra mejor opción siempre será evitar el enfrentamiento directo. Esto nos obliga a movernos prestando atención al entorno y pensar antes de actuar.

¡Cachiporra!

A medida que avanzamos en la historia, iremos desbloqueando 9 nuevas habilidades o herramientas que nos facilitarán el camino. Dos de las más importantes son, sin duda, la cachiporra y un tipo especial de calzado. Aunque a simple vista puedan parecer objetos sencillos, se vuelven indispensables para nosotros.

La cachiporra nos permite noquear a los enemigos que pillamos desprevenidos, lo cual es clave en muchas situaciones. Es una ayuda, no una solución definitiva, y su uso inteligente puede abrirnos el camino sin necesidad de arriesgarnos en exceso.

Por otro lado, el calzado especial nos permite correr por las paredes, lo que abre nuevas rutas y accesos dentro del escenario. Gracias a él, podemos alcanzar salientes elevados o impulsarnos hacia otras plataformas, algo esencial en zonas donde el entorno vertical nos exige más movilidad. Es una herramienta que potencia nuestra agilidad y amplía las posibilidades de exploración.

¿Un respiro?

El juego no cuenta ni con guardado automático ni con la opción de guardar manualmente. En su lugar, usa puntos de control que se marcan con el símbolo de un zorro y, por suerte, están bien distribuidos por todo el mapa. Gracias a esto, no perderás tu progreso si mueres o si decides pausar y volver más tarde. Como el escenario es bastante grande y tiene muchos caminos para explorar, es un alivio no tener que regresar a un lugar específico solo para guardar. Es un sistema sencillo y práctico que mantiene el ritmo del juego sin castigar demasiado al jugador.

Apartado técnico

The Siege and the Sandfox ofrece una experiencia muy pulida en PC. Desde el primer momento se nota que el juego está bien optimizado: el rendimiento es estable y fluido incluso en equipos de gama media, y no hay caídas de frames ni problemas graves que afecten a la jugabilidad. El control responde de forma precisa, ya sea con teclado y ratón o con mando. Se nota que ha sido bien cuidado en este aspecto, y eso siempre suma mucho a la hora de disfrutar plenamente una aventura tan inmersiva como esta.

Apartado gráfico y artístico

Una de las cosas que más llama la atención en The Siege and the Sandfox es su apartado gráfico. A simple vista, te das cuenta de que es un juego con mucho mimo detrás. Usa pixel art, sí, pero lo lleva un paso más allá: hay una riqueza visual que no se queda solo en lo nostálgico, sino que construye un mundo creíble, atmosférico y lleno de detalles.

Los escenarios son una maravilla. Cada rincón parece tener historia: muros desgastados, pasillos colapsados, escaleras escondidas… todo transmite la sensación de que estás explorando ruinas antiguas, vivas, con secretos esperando a ser descubiertos. La iluminación juega un papel muy importante. Hay zonas bañadas por la luz cálida de antorchas y otras sumidas en sombras profundas, lo que no solo queda genial, sino que también te mete de lleno en la tensión del sigilo y la exploración.

Los enemigos están bien diferenciados y se sienten como parte del entorno. No están ahí solo por estar; su diseño encaja con la ambientación, y cada uno transmite su amenaza de forma visual. Por ejemplo, ves a un guardia con una antorcha y sabes que no es buena idea acercarse. Todo tiene sentido.

Y luego está Fénec, el protagonista. No es un héroe musculoso ni un guerrero brillante, y eso es justo lo que lo hace especial. Se nota que está hecho para moverse con agilidad, para pasar desapercibido. Sus animaciones son suaves y elegantes, y ver cómo se desliza entre las sombras o escala en silencio es una delicia.

Apartado sonoro

A lo largo de todo el juego, nos acompañará la voz de una narradora. Ella no solo nos irá contando la historia poco a poco, sino que también comentará nuestras acciones e interacciones. Es la única voz que escucharemos durante toda la partida, y su tono ayuda a darle vida y contexto a lo que sucede en el juego.

La música en The Siege and the Sandfox no solo acompaña: narra, respira, y cambia con cada rincón del mundo que recorres. Tiene un alma profundamente arraigada en sonoridades árabes, lo cual refuerza ese aire místico y exótico de Kariman y su entorno. Pero lo más interesante es cómo varía según el lugar en el que te encuentres.

En las zonas más cercanas a la superficie, más vivas o aún marcadas por la presencia humana, los instrumentos tradicionales brillan con más fuerza. Percusiones, cuerdas y vientos evocan la cultura de un reino del desierto, y hacen que todo se sienta parte de un cuento antiguo. Pero a medida que desciendes a las profundidades, la música cambia de piel. Se vuelve más sombría, más tenue, incluso lúgubre. Las melodías se alargan, se distorsionan levemente, y se mezclan con el silencio de las ruinas.

Y es ahí donde entran los efectos de sonido, que no están ahí solo para dar ambiente, sino para reforzar esa sensación de que estás completamente solo en un lugar olvidado. Puedes escuchar el goteo lento de la humedad en la piedra, el crujido de los muros antiguos al trepar por ellos, el roce de la tela contra el ladrillo, incluso tus propios pasos amortiguados por el eco. Todo se siente muy físico, muy real. Es como si el mundo respirara contigo.

Conclusión

The Siege and the Sandfox es una joya distinta dentro del género metroidvania. No busca deslumbrar con combates espectaculares ni con un ritmo frenético, sino que apuesta por una experiencia más pausada, centrada en el sigilo, la exploración y la ambientación. Y ahí es donde brilla.

No es una aventura para quien busca acción directa, pero si te gustan los juegos con atmósfera, que premian la observación, el sigilo y la paciencia, aquí tienes una experiencia muy especial.

Lo mejor

  • El uso del pixel art es precioso, con escenarios cargados de detalle y una iluminación dinámica
  • La banda sonora es rica y atmosférica, mezclando música árabe con pasajes más sombríos según la zona
  • El protagonista, Fénec, se desplaza con agilidad gracias a un sistema de movimiento acrobático muy bien animado
  • A diferencia de muchos metroidvania, aquí el combate no es el centro. El sigilo tiene protagonismo real

Lo peor

  • Es un juego de sigilo, no de acción, y eso puede chocar con algunos jugadores no afines
  • Aunque el diseño de niveles es interesante, a veces puede volverse confuso o poco claro

Nuestra valoración de The Siege and the Sandfox

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Plaion.

Rulernakano

About Author

Amante de los juegos de Rol en general, crecí con un mando en la mano y desde entonces nunca lo he soltado.

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