Todos recordamos 2023 como un año impresionante por el lanzamiento de superproducciones como Baldur´s Gate 3, Spiderman 2, The Legend Of Zelda: Tears Of The Kingdom o Starfield. Aun así, no debemos olvidar esas aportaciones más pequeñitas capaces de revolucionar el panorama indie con propuestas refrescantes y tremendamente adictivas. Pensando en lo increíble que fue el pasado año, intenté hacer un esfuerzo para resaltar lanzamientos de corte independiente que fuesen muy significativos. Sea Of Stars, Blasphemous 2 o Cocoon son marcas reconocibles y que han dejado huella entre sus jugadores. Si me preguntáis a mí, debo reconocer que no me quedo con ninguno de ellos. Me quedo con un juego que en poco menos de 10 horas es capaz de entregar una experiencia imborrable y definitivamente incondicional. Os hablo de Black Salt Games, su Dredge y su imborrable ambientación lovecraftniana.
¿De dónde viene Dredge?
Dredge es un videojuego muy especial porque consigue hacer que una actividad que para mí resulta tremendamente aburrida, como es la pesca, sea no sólo entretenida, sino que se convierta en tu auténtica obsesión durante las horas que dure la experiencia. No me escondo, siempre he sido de los que huyen de los minijuegos de pesca de toda entrega que se precie. No fui capaz de pescar todos los peces legendarios de Red Dead Redemption 2. Ni si quiera de cualquier Far Cry, ni mucho menos de Monster Hunter, y mira que en muchos casos son muy útiles. Pues lo dicho, la pesca no es lo mío, pero digamos que el detonante para adentrarme en las oscuras aguas de Dredge fue distinto.
H.P. Lovecraft es el culpable de esta obsesión. Después de leer La sombra sobre Insmouth o La llamada de Cthulhu se te presenta la imperiosa necesidad de que cualquier adaptación de los relatos de Lovecraft sea igual de buena que el material original. No son muchos los que consiguen reflejar el particular estilo del escritor de Providence, pero Dredge sí es uno de ellos. En esencia, la trama es simple, Dredge nos ubica en una región marítima rodeada de islas en la que aparecemos misteriosamente sin acordarnos de nada. La amnesia, el diseño de los personajes y escenarios y su atrapante atmósfera es lo que hace al característico Dredge acercarse a Lovecraft. La locura, la niebla, el desconcierto ante lo real y lo inexistente, las criaturas marinas de leyenda, los talismanes, los sacrificios, los ancianos locos que gritan malos augurios.
Lovecraft insistió en la creación de mundos interconectados mediante novelas. Asiste así a la fundación del terror cósmico y en la aparición de criaturas y deidades que van más allá del entendimiento humano. Dredge es un gran estudioso del mismo y lo pone muy bien en práctica.
Todo ello forma parte de una atmósfera sensacional, acompañada por una banda sonora del mismo nivel. Ello provoca que cada viaje en nuestro bote esté cargado de tensión, descubrimiento y, por qué no decirlo, un poco de talasofobia a cada milla que recorremos.
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En su jugabilidad radica su brillantez
Más allá del brillante contexto de la aventura, si verdaderamente te quedas en el juego es por su inmersivo y adictivo bucle jugable. Este videojuego cuenta con un sistema de progresión del barco, que constantemente es necesario actualizar para obtener más materiales y seguir mejorando y mejorando. Necesitaremos dinero, obteniéndose, esta vez sí, de la pesca y tesoros que encontremos en nuestras redes.
La mecánica de pesca es prácticamente un Quick Time Event de apenas unos segundos en el que será muy sencillo lograr la captura de muchísimas especies de peces. Distinta es, sin embargo, la obtención de materiales para la mejora del barco. Metales, madera o telares que se obtienen mediante otro minijuego no especialmente complicado tampoco. La sencillez del mismo se traduce en una efectividad y velocidad de mejora que se agradece para un juego de estas características. Es profundamente divertido planificar la ruta de pesca, llevar el equipo necesario para la misma, llenar el barco hasta los topes y tener mucho cuidado con la hora, puesto que cuando oscurece la cosa cambia.
Esta ambientación prolifera la aparición de mecánicas como el índice de locura. Es divertida y asfixiante al mismo tiempo, es algo de lo que parece que desde el estudio han sacado provecho. De esta manera el jugador es mucho más estratégico. Dicho índice de locura aparece cuando se hace noche, se manifiesta mucha más niebla, tornados, «barcos» con malas intenciones y un sinfín de apariciones que no me gustaría revelar en un artículo como este. Nuestra forma de combatir esta locura es armarnos con luz o aprovechar las múltiples habilidades sobrenaturales que tenemos a nuestra disposición. Por su parte, el juego nos recompensa con mucho más botín y especies deformadas de carácter único por las que nos pagarán mucho más dinero.
Esto es Dredge y, aunque no lo parezca, es un juego mucho más relajante de lo que aparenta. Por mi parte, os lo recomiendo muchísimo. Y sería un incrédulo si no dijese que, para mí, en definitiva, este título de pesca se ha convertido en uno de los mejores videojuegos del pasado 2023. Si no te atrapa por su bucle jugable, lo hará por su historia y ambientación. Los más completistas, entre los que me incluyo, disfrutarán capturando todas sus especies y variantes, así como encontrando sus múltiples secretos y monstruosidades de carácter lovecraftniano. Si os interesa saber más, os animo a leer el análisis que tenemos disponible en la web.