Análisis

Karma: The Dark World, adentrándonos en una mente fragmentada

«La mente es un lugar peligroso, años de culpa y emociones reprimidas de arrepentimiento y miedo, echando raíces en recuerdos retorcidos y distorsionados hasta que lo real se vuelve surrealista». Así empieza el impactante tráiler de Karma: The Dark World, un título de terror psicológico cinematográfico en primera persona que nos hará descender a un profundo abismo del que será muy difícil escapar.

Fecha de salida: 27 de marzo del 2025
Desarrolladora:
Pollard Studio
Distribuidora:
Wired Productions, Meridiem (edición física)
Plataformas disponibles:
PC, PlayStation 5 y próximamente Xbox Series X|S
Textos: Español
Voces: Inglés, chino
Plataforma analizada: PlayStation 5

Historia: Superando los límites de la narración inmersiva

Argumento de Karma: The Dark World

El juego se ambienta en una versión alternativa y distópica de Alemania Oriental en 1984 oprimida bajo el yugo de la implacable Corporación Leviatán. Cabe destacar que el año no es casual… pues cada detalle del juego nos recuerda a la obra 1984 de George Orwell. ¡Incluso el propio libro aparece a modo de puzle!

Dominio totalitario, propaganda política agresiva o vigilancia masiva. Sin olvidar normas de clase social enfermizas y hasta drogas de uso obligatorio para aumentar la productividad hasta niveles impensables. Esas son las herramientas de esta entidad, que promete a sus ciudadanos una utopía que nunca llega. ¿Os suena?

Mediante uso de una tecnología retrofuturista avanzada, la corporación se infiltra en las mentes de los ciudadanos que incumplan las estrictas normas de su sociedad. Y aquí es donde entramos nosotros. Como Daniel McGovern, un agente de la Oficina del Pensamiento de Leviatán, nuestro trabajo consistirá en sumergirnos en los recuerdos de los sospechosos para investigar sus «crímenes», entrevistarlos e informar de todo a «MADRE» (que interpretamos como variante de «El Gran Hermano» en la obra de Orwell).

Para que os situéis, nuestro primer sospechoso será Sean Mehndez, al que se acusa de robar un enigmático dispositivo llamado «Daseína». Este, llamémoslo objeto, será el que añada intriga y ciencia ficción a la críptica narrativa del juego.

Una narrativa de cine

Además de la obra literaria de George Orwell, Karma: The Dark World está inspirado en el trabajo de David Lynch (Twin Peaks), Hideo Kojima (Metal Gear Solid, Death Stranding) y Christopher Nolan (Origen, Interstellar). Por eso, no nos sorprende la enorme calidad narrativa y la increíble experiencia cinematográfica con la que Pollard Studio nos deleita durante toda la partida.

Durante el juego, el protagonista se verá obligado a enfrentar una creciente crisis de identidad, descubriendo por el camino traiciones y engaños. Sin embargo, serán la culpabilidad, la pérdida y los traumas los que lo harán cuestionarse su propia realidad. De este modo, la narrativa se torna eminentemente emocional, pero también deja espacio para el terror psicológico. La lucha interna de Daniel nos guiará a través de los difuminados límites entre lo real y lo surreal mientras su cordura se va desmoronando.

Jugabilidad de Karma: The Dark World

Videojuego cinematográfico, no walking simulator

Tanto en Steam como en otras fuentes se suele catalogar este juego dentro del género de los Walking Simulator, pero para nosotros esto es un error. Si bien es cierto que Karma: The Dark World no posee las mecánicas básicas de cualquier juego como agacharse o saltar, no faltan otras como la exploración y el uso de objetos clave, la resolución de puzles e, incluso, la de atacar, defenderse o avanzar usando, por ejemplo, una cámara de fotos como arma.

No se puede negar que hay una evidente falta de acción y backtraking en la jugabilidad, que es completamente lineal y se basa casi exclusivamente en explorar los entornos (tanto los físicos como los mentales, aunque nos sea difícil diferenciarlos), pero precisamente esto es lo que nos brinda una experiencia tan cinematográfica.

De hecho, al principio del juego notamos que el personaje se movía muy lento y eso nos desesperaba; luego entendimos que la mecánica estaba diseñada para generar un mayor miedo en los momentos más tensos del juego. ¡Era terrible querer huir y notar que el protagonista corría tan lento!, pero nos encantó esa sensación de impaciencia y tensión.

Puzles, mecánicas e interacción con el entorno

En cuanto a los puzles, la mayoría son opcionales y sirven para conseguir coleccionables interesantes que añaden contexto al juego. Las cajitas que contienen figuras de celebridades del régimen son un gran ejemplo. Otros son más bien tareas o desafíos visuales esenciales para poder avanzar y obtener los objetos clave que necesitamos, como encontrar los osos de peluche en la sala roja de los maniquís y colocarlos en el sitio correcto para poder abrir la puerta de la habitación de la niña.

La capacidad de Daniel para adentrarse en los recuerdos es esencial, pues nos permite explorar los diferentes entornos de la psique de los sospechosos, pero no es una mecánica en sí, ya que no podemos escoger cuándo entrar o salir de esa navegación mental. La interacción con el entorno, sin embargo, sí lo es. Leer documentos, fijarnos en los detalles de los escenarios, resolver los puzles o usar la cámara (entre otras cosas) nos ayudarán tanto a avanzar como a entender la historia. El problema está en que Karma: The Dark World tiene una narrativa tan compleja (e irónicamente no lineal) que el exceso de documentos y de lore nos resultó en ocasiones bastante abrumador.

Dificultad, controles, rejugabilidad y originalidad

En cuanto a su dificultad, tiene sus más y sus menos. En términos generales, Karma: The Dark World no es un juego difícil y sus puzles aportan cierto desafío mental. La curva de aprendizaje está bien diseñada tanto para los jugadores nuevos como para los más experimentados y los controles son precisos, aunque algo toscos y el diseño lineal de su narrativa encaja perfectamente con el tono del juego. El feedback sonoro al jugar con auriculares es un plus a tener en cuenta si se quiere disfrutar de una mejor inmersión. Si bien no tiene apenas reexploración ni rejugabilidad al no poseer nueva partida + o desbloqueables atractivos, Karma: The Dark World incorpora los elementos de configuración de pantalla, audio y juego in game, algo que nos ha parecido tremendamente innovador y no hemos visto en ningún otro título.

Apartado técnico

Si hablamos de gráficos y de cómo se ve el juego, tenemos que reconocer que Karma: The Dark World se lleva un sobresaliente gracias al motor Unreal Engine 5 y sus tecnologías Lumen y Nanite. Por otro lado, la composición musical de Geng Li para la banda sonora del juego es soberbio, regalándonos un viaje inmersivo a través del mundo físico y el espiritual.

Apartado gráfico y artístico

Una de las cosas que caracteriza al juego y de las que los desarrolladores se sienten más orgullosos es el hiperrealismo que se ha conseguido. Precisamente aquí es donde destaca, no sólo el uso, sino el aprovechamiento del motor gráfico Unreal Engine 5 y la tecnología Nanite. Es tal el nivel de detalle en sus entornos y geometrías complejas, que hasta las cosas más insignificantes tienen un nivel de fotorrealismo brutal. Sin llegar más lejos, podemos acercarnos a cualquier libro o cartel de propaganda durante el juego y leer todas y cada una de sus frases.

Una de las cosas que nos llamó la atención fue la parte en la que debemos usar una cámara para poder ver qué hay al otro lado (lo diremos así para no hacer mucho spoiler): El uso del flash al hacer la foto o simplemente de enfocar con la cámara diferentes zonas de los escenarios, refleja ese nivel de detalle en la iluminación, los colores y las sombras del que estamos hablando.

Por último, en cuanto al arte del juego, sólo podemos decir que ojalá saquen un libro de arte porque Karma: The Dark World lo necesita con creces. El diseño de los escenarios es tan variado como impactante, mezclando oficinas sobrias y sin alma que contrastan con un hogar cálido y familiar, plazas exteriores que despiertan una genuina desesperanza, terroríficos ambientes oníricos que escapan de la lógica (hasta parecen cobrar vida, pero no para bien) y una simple habitación sucia llena de zapatos que simboliza un acto de auténtico salvajismo. Por no hablar de la mezcla de géneros en alguna fase, que pasa del hiperrealismo a lanzarnos prácticamente a las páginas de un cómic o forzarnos a vivir en una casa hecha completamente de cartón.

Apartado sonoro

Como siempre, en el apartado sonoro debemos recordar que no hay que analizar únicamente la banda sonora, sino también los efectos de sonido, el sonido ambiental, los diálogos e incluso el doblaje al español de estar disponible.

En el caso de Karma: The Dark World, al poseer una narrativa tan compleja que juega con la perspectiva tanto del protagonista como del jugador, el trabajo de los efectos de sonido es realmente interesante, ya que también cumplen un papel fundamental para manipularnos durante la partida.

Por ejemplo, en una escena en la que hemos visto unos maniquís simulando una familia, cuando los perdamos de vista sonarán ruidos de pasos o puertas para hacernos creer que algo se ha movido… Sin embargo, si nos giramos, quizá no ha pasado nada. Otros ejemplos son la estática de los televisores, el sonido o la música de la radio, voces lejanas que parecen dirigirse a nosotros e incluso el propio silencio en mitad de una sala enorme… todo diseñado para que estemos en tensión en todo momento y, en cierto punto, hasta dudemos de si lo que hemos escuchado viene del juego o de nuestra imaginación.

La banda sonora no se queda atrás, pues nos adentra en un viaje a través de dos mundos conectados, cada uno definido por su identidad sonora propia. Por un lado, tendremos melodías orgánicas, cálidas y familiares que evocan al mundo físico mientras que, por otro, la armonía será sustituida por paisajes sonoros disonantes, electrónicos, misteriosos y de ritmo inquietante, con toques sobrenaturales que evocarán al reino de la mente (igual de distorsionada que los sonidos de la música). Un trabajo del compositor chino Geng Li que puedes escuchar a lo largo de sus 58 pistas.

Edición física de Karma: The Dark World

Karma: The Dark World está disponible actualmente en digital para PC a través de Steam y sabemos que pronto se lanzará también en Xbox. Pero si lo tuyo son las ediciones físicas, Meridiem nos trae como siempre una edición fantástica del juego disponible para PS5. La Limited Edition contiene:

  • Funda de cartón especial para el juego
  • Juego físico
  • Libro de arte y banda sonora original en digital
  • Set de tres postales con arte del juego
  • La tarjeta de identificación del protagonista

Conclusión

Tras ver el tráiler del juego y leer nuestro análisis podría pensarse que detrás de este título hay un desarrollador grande, pero no es así. ¡Pollard Studio es un estudio chino con sede en Shanghai de aproximadamente veinte personas! Además, como estudio fundado en 2018, es el primer juego que hacen. Es impresionante el enorme esfuerzo y trabajo que han dedicado para traernos Karma: The Dark World.

Dicho esto, si tuviésemos que resumir el juego, sin duda diríamos que es un videojuego con el estilo cinematográfico de Kojima, la exploración del subconsciente de David Lynch, el magistral manejo del tiempo de Nolan y la intensidad narrativa de una crisis política inspirada en 1984 de Orwell. Casi nada.

Si bien peca en algunos aspectos, sobre todo en la densidad y la complejidad de su trama (al igual que sucede con la saga Hellblade) o en estar cerca de ser catalogado (erróneamente) como un walking simulator, Karma: The Dark World es cine hecho videojuego. Un título extremadamente obligatorio para los amantes del cine de terror y de las tramas complejas, profundas y oníricas dignas de ser premiadas por su soberbia propuesta narrativa.

Lo mejor

  • Su narrativa distópica e inmersiva; el propio David Lynch estaría orgulloso
  • Su banda sonora: Magistral. Amarga, solemne y evocadora. No se nos quita de la cabeza
  • El hiperrealismo de sus gráficos y el inquietante contraste en el diseño de sus escenarios

Lo peor

  • No es rejugable más allá de darle una segunda pasada para entender bien su historia
  • Una duración mínima: Aproximadamente 5-6 horas que se hacen muy cortas
  • Poca acción en las mecánicas. No es un walking simulator, pero se acerca bastante
  • Bajada de frames en PS5 fat y pequeños errores de localización al español

Nuestra valoración de Karma: The Dark World

Este análisis ha sido posible gracias a una clave cedida por Wired Productions vía PressEngine.

Gamepatry

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🏆 1992 🎮 PlayStation, Switch & Indies 🏳‍🌈 LGTBIQ+ 🍿 Cine ¡en pantalla grande! 📺 Series 🎲 Juegos de mesa 🗣️ Redactora en Punto de Respawn.

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